Sitges 2021: Lo mejor del festival
El pasado 17 de Octubre finalizó la 54 edición del festival internacional de cine fantástico de Sitges. Después de la “edición pandémica” que supuso su anterior edición de 2020, a un aforo máximo del 50%, esta edición arrancó sus motores con un 70%, acabando el festival por todo lo alto con un 100% de aforo y un sold out en la mayoría de sus sesiones. La magia del cine había vuelto y lo había hecho en su casa, con sus templos y con sus devotos siempre al pie del cañón.
Tras pasar horas y horas anclado en las butacas, cientos de carreras entre cines y decenas de cafés, aquí os traemos las películas más interesantes que se han proyectado en esta 54º edición del festival de Sitges:
Lamb (Valdimar Jóhannsson) después de ser laureada en el festival de Cannes con el premio a la originalidad, Lamb se ha hecho con el título a la mejor película del festival. El film es casi una experiencia religiosa. Un drama tenso y lánguido donde la atmósfera y los paisajes te absorben y retienen, invitando al espectador a ser parte de la trama, del pesado paso del tiempo y donde los golpes de realidad en la película casi duelen físicamente.
Distribuido por A24 (que ya nos trajo Midsommar, Hereditary o El faro) y Vértigo, será distribuida y proyectada en salas comerciales muy pronto.
The Innocents (Eskil Vogt) es la gran película nórdica (que no la única) que ha aterrizado en el festival. Después de haber resonado en Cannes con fuerza ha conseguido la mención especial del Jurado en Sitges. Y no es para menos.
Cocinada a fuego lento, dejando que todo se desenvuelva sin prisa pero sin pausa y dejando que cada plano sea una pequeña obra de arte, un grupo de niños comienza a explorar el mundo que les rodea, totalmente ajenos a cualquier tipo de regla o código, como sólo podría enfrentarse un niño, amparados por sus recién despertados poderes psíquicos. Una historia que comienza como un día de verano cualquiera y termina en una pesadilla donde cada segundo, cada plano y cada mirada del peculiar grupo de niños pesa como una losa contra el pecho.
Titane (Julia Ducournau) tras llevarse a casa la palma de oro en el festival de Cannes y pasando por Sitges fuera de concurso, la obra firmada por Julia Ducournau (Raw, 2016) es un espectáculo de principio a fin. Altamente influenciado por grandes maestros del género como David Cronenberg o John Carpenter, Titane salta salvajemente entre el thriller y el drama durante todo el film, saturando la pantalla de una belleza salvaje y muda donde golpea con un mensaje sobre los roles de género, el concepto del cuerpo humano, como una crisálida más allá de las etiquetas y casi como castigo, la búsqueda del amor puro y la evolución de la nueva carne a través de filias, fobias y crueldad.
The Medium (Banjong Pisanthanakun) carga con una losa particularmente pesada. Desde diferentes medios culturales se ha calificado como la película de terror de la década o tan terrorífica que en Tailandia habían tenido que realizar las sesiones con la luz de la sala encendida. Con esta premisa y teniendo en cuenta películas de terror asiáticas como The Queen of Black Magic (Kimo Stamboel, 2019) o Impetigore (Joko Anwar, 2019) que se proyectaron en la anterior edición del festival de Sitges, haciendo las delicias de público y crítica, la emoción era todavía mayor. ¿El resultado? Desde mi punto de vista, el hype creado en respecto a esta película le pesa, sin embargo, para nada estamos ante una mala película (ni muchísimo menos). Rodada como mockumentary y dentro también del folk-horror, genera tensión con los minutos, poco a poco, mientras te vas empapando de la cultura del chamanismo, las cadenas particularmente gruesas que atan a la sociedad altamente supersticiosa del lugar y cómo el mal, poco a poco, se extiende como una mancha de brea, imparable, oscura y destructiva. Un imprescindible del género.
Last Night in Soho (Edgar Wright) tras haber pasado por el festival de Venecia con muy buena acogida, Edgar Wright (Shaun of the Dead, Baby Driver o Scott Pilgrim contra el mundo) aterriza en Sitges con la historia de Eloise (Thomasin McKenzie), una apasionada por la moda de los años 60 que viaja a Londres a cumplir su sueño de ser diseñadora de moda. Todo esto comienza a torcerse cuando, una vez instalada en su nuevo apartamento, comienza a tener visiones de Sadie (Anya Taylor-Joy) una antigua inquilina de esa misma habitación. Con un despliegue técnico impecable, una ambientación exquisita y una puesta en escena soberbia, Edgar Wright vuelve a crear un film absorbente, lleno de sentimiento y ritmo entrelazado con una historia sencilla a la par de intrigante. Imprescindible.
The trip (Tommy Wirkola) Del director que nos trajo películas tan locas como Dead Snow, Hansel & Gretel: Witch Hunters o What Happened to Monday, vuelve con una de las películas más desternillantes del festival. Protagonizada por Noomi Rapace (donde también aparece en Lamb como protagonista) y Aksel Hennie (The Martian, The Cloverfield Paradox) ambos forman una pareja totalmente disfuncional que, dispuestos a reparar su matrimonio deciden hacer una escapada en una cabaña alejada de la civilización. Un festival de humor absurdo, sangre, risas, golpes de efecto y giros de trama locos que te mantiene absorto en sus no despreciables casi dos horas de película. Disponible ya en Netflix.
The Green Knight (David Lowery) si el director ya nos fascinó con A Ghost Story dibujando con un lápiz muy bien afilado cada imagen del drama de un fantasma atrapado por sus propios asuntos pendientes, en The Green Knight consigue crear una poesía visual que, hoy día, parece que está reservado al alcance de muy pocos. Basado en uno de los relatos épicos de las leyendas Artúricas, Sir Gawain se enfrenta a El Caballero Verde, lo que desembocará en una aventura a través del país intentando resolver una promesa. La reimaginación de este relato, sumado a la suma destreza con la que Lowery consigue fusionar la narrativa visual y, a su vez, la narrativa de la historia, convierte este film en una joya medieval que no os podéis perder. Próximamente podréis verla en Amazon Prime Video.
Freaks Out (Gabriele Mainetti) es una fantasía. En una Italia invadida por los Nazis, un grupo circense de Freaks (al más puro sentido de la palabra) se ve obligado a vagar sin rumbo a raíz de un ataque sobre la villa en la que estaban asentados. Un trasunto de los X-men, en una explosión de color, luz y bondad todo eso con pinceladas de humor y, sobre todo, de buenas vibraciones. Pura magia lo que ha conseguido crear al fusionar todos estos elementos en una de las pelis más entretenidas y emotivas que se han pasado por el festival.
La abuela (Paco Plaza) que aparezca el nombre del director valenciano es ya sinónimo de calidad. Paco Plaza (REC, A quien a hierro mata, Verónica) vuelve a traernos una película de terror. La evolución que ha tenido a nivel artístico se nota en cada película, perfeccionando cada vez más la técnica y creando un estilo propio. Con Carlos Vermut detrás del guion, donde una modelo parisina debe regresar a Madrid a cuidar de su abuela que recientemente ha tenido un derrame cerebral, convierte el emotivo reencuentro en una auténtica pesadilla. El dúo consigue crear una atmósfera realmente opresiva, donde el terror se esconde en cada esquina y nada es lo que parece.
Veneciafrenia (Álex de la Iglesia) es otro de los directores imprescindibles dentro del panorama cinematográfico español. Con enormes éxitos a sus espaldas y presentando también en el festival la remasterización de su icónica El Día De La Bestia en calidad 4k, presenta Veneciafrenia, un slasher ubicado en el corazón de Venecia, donde unos adolescentes deciden irse de marcha en una ciudad asqueada por las masivas oleadas de turistas y donde un asesino ha surgido para solventar este problema. Con su particular sentido de humor y una acción desenfrenada, la película es una orgía de desfase y sangre con un ritmo narrativo brutal amparado por el aterciopelado telón de fondo italiano.
Y con esto damos por concluida esta edición del festival de Sitges. Con una cantidad de films de calidad nada despreciable que, esperemos, pronto puedan estar en grandes salas y medianos salones de casa.