Crítica: «Shin Chan en Australia tras las esmeraldas verdes». De vacaciones con los Nohara

Si hay algo que nos gusta de Shin Chan y su familia es que pueden, de manera casual y natural vivir un millón de aventuras. Siempre acaban en tramas inolvidables y divertidas. Y claro, en este caso no es diferente. Hablamos de la última película de Shinnosuke Nohara y compañía: «Shin Chan en Australia tras las Esmeraldas Verdes».

Daremos un dato que nos hará mayores de golpe. 30 años se cumplen ya de que la serie de anime de Shin Chan se estrenara en Japón alucinando a propios y extraños y basada en el manga homónimo de Yoshito Usui. A todos nos conquistó este niño de cinco años, ocurrente y juguetón, y muy alejado del estereotipo nipón de la educación y el saber estar. 30 años han sido y más de 1000 episodios de anime los que han encumbrado al personaje entre los más recordados y queridos. De hecho ronda ya la treintena de largometrajes y en este último demuestra estar más en forma que nunca.

En este filme, Misae propone a toda la familia Nohara viajar a Australia, aprovechando una oferta de luna de miel, ya que ella y Hiroshi no pudieron disfrutar del viaje de novios en su momento. Acaban viajando familia completa a una isla en que un novio será entregado a una princesa a cambio de un tesoro.

Será en es momento cuando cuando una noche,una misteriosa tribu de enmascarados rapta a Hiroshi, identificado como el “novio”. Ante la situación será Misae la que decide salir en su búsqueda con Shin Chan y Himawari. En su camino encontrarán quién se lo ponga difícil como Indiana Junko, una cazatesoros que también trata de localizar al “novio”.

¿Lograrán Misae, Shinnosuke y Himawari rescatar a Hiroshi ?

Estrenada el pasado 16 de octubre.