No se si sois conocedores de una nueva fiebre moderna dentro del entorno del videojugador. En mi opinión siempre ha existido parcialmente, pero no cabe duda que de un tiempo a esta parte, se ha desmadrado total y absolutamente.
No se puede hablar de los «amiibos», esas figurillas que comercializa Nintendo, sin poner el ojo en esa fiebre de la que hablo en el anterior párrafo: el coleccionismo.
Como digo, desde hace unos años, la fiebre coleccionista «asola» (es algo bueno o malo según se mire), entre otros mundillos, el del videojuego. Ediciones coleccionista (hoy día casi todos los juegos cuentan con una), guías de juegos en pasta dura y con mapa edición especial y las consabidas «figuras de colección».
Es aquí donde entran los amiibos, en ese rango de figuras de colección, y no deja de tener gracia, ya que la función principal que nos había vendido Nintendo no es el coleccionarlas en sí, sino que estas figuras actúan a modo de «DLC físico», brindándonos diversos extras en según que juegos de la compañía… por supuesto, cada juego tiene su linea de figuras y no todas las figuras funcionan con todos los juegos y viceversa, no todos los juegos nos dan extras aunque tengamos determinada figura… pero esto, como explicaré a continuación, es absoluta aguja en pajar.
Sin embargo, la realidad es otra bien distinta, la gente, los usuarios, no compran las figurillas por los extras que nos brindan (o al menos no parece ser el motivo principal), sino por el mero hecho de coleccionarlas… de tenerlas todas… ponerlas en la estantería… a cualquier precio… peeeeeero, tampoco es del todo cierto, un motivo absolutamente crucial para comprar estos muñecos, es el de revenderlos, la conocida como especulación que ya lleva bastantes años haciendo estragos en este mundo del videojuego con la compraventa de videojuegos y consolas clásicas y difíciles de conseguir a precios absurdamente prohibitivos en función de la rareza del elemento en cuestión.
La fiebre por los amiibo es tal que la pasada semana me partía de risa con una noticia que corrío como la pólvora por las redes sociales. Al parecer en un Fnac de Barcelona, Fnac La ílla, para más señas, repusieron algunas figuras que, estaban agotadas o eran de nueva colección (este tema no me quedó muy claro). La cuestión es que hubo, literalmente, ostias para hacerse con esos amiibo, se tiraron estanterías de la tienda, hubo carreras, gritos, etc, … un auténtico episodio de «The Walking Dead» en pleno Fnac… que pena no haberlo vivido en directo.
Gran parte (la principal) de la culpa de esta «ansia viva» que asola a los coleccionistas (en su mayoría nintenderos de nueva cuna, alguno de la antigua también habrá, reconozco que me gustan y tengo un par de ellas), la tiene la propia NINTENDO quien (empecemos con la conspiración), da la sensación que ha distribuido a posta muy pocas unidades de la mayoría de las figuras, haciendo crecer hasta límites insospechados, la «necesidad» de hacerse con estas figuras por el simple hecho de que se acaban, que no hay stock y que, si queremos tener la colección completa, parece que tenemos que liarnos a volcar estanterías de algún Fnac de turno.
Nintendo América ha dicho hoy por medio de un comunicado que lo siente mucho (ya lo ha dicho en varias ocasiones y no ha hecho nada) y que intentará tanto tener un stock más alto de figuras como anunciar de forma más clara las nuevas colecciones (que las habrá) que vaya lanzando con fechas estimadas de salida y demás.
No negaré que las figuras son monas, incluso tengo un compañero que ha caído en la trampa y se ha comprado de golpe unas 25 figuras por el hecho de tenerlas todas que luego se agotan… el problema de esto es que no dejarán de sacar (Nintendo aun debe estar flipando con el tema) y ha visto que esto es un auténtico filón para sacar pasta a mansalva.
Yo por mi parte os aviso, tened cuidado, esto es una droga, una vez que veas lo mono que es la bolita rosa Kirby, querrás tener a Toon Link, muy mono también… y luego a Yoshi… y luego a Bebé Mario… y luego… y luego…. lo dicho, cuidado, estáis avisados.
