Hace ya dos meses desde que nos dejó el actor británico Alan Rickman a los 69 años de edad, víctima de un cáncer. El vacío de la noticia se asemejaba, para más de uno, al de la muerte de un buen amigo.
Fueron muchos los personajes a los que Alan dio vida, pero sin lugar a dudas será recordado siempre —aquí es donde el adverbio cobra significado connotativo— como Severus Snape, el personaje de inspiración dickensiana surgido de la imaginación de la escritora británica J. K. Rowling, en la saga cinematográfica de Harry Potter.
Una de las características que hacen de un actor un verdadero y talentoso artista es su capacidad de ir más allá del personaje, de profundizar en su carácter y añadirle una esencia particular, especial. Hoy podemos afirmar que Alan Rickman lo logró con Severus.
El actor británico participó en todas las entregas de Harry Potter conociendo el secreto mejor guardado de la autora —el que ella misma le desveló—: el amor de Snape por Lily, la madre de Harry asesinada por Voldemort. Según el productor David Heyman, «hubo momentos en los que un director decía a Alan qué hacer en una escena y él replicaba: ‘no, no puedo hacer eso’. En retrospectiva, se ve que siempre hay algo más —una mirada, una expresión, un sentimiento— que es un indicio de lo que está por venir… la sombra que proyecta en estas películas es enorme, y la emoción que transmite es inconmensurable».
Alan dijo en una entrevista que cuando tuviera ochenta años le leería a su familia la saga Harry Potter. Se marchó antes. Siempre se van antes los mejores. Pero podemos afirmar con orgullo que ha conseguido algo mejor: hacer llegar la magia a futuras generaciones.
A modo de pequeño homenaje os dejamos un vídeo recopilatorio de su historia, de las escenas del hombre más valiente que conoció Harry, colocadas en orden cronológico. Nosotros le llevaremos en el corazón siempre.
