Reseña: «Ventanitas Manzana», de Enric Herce
Resumen de la Crítica
Valoración
“Ventanitas Manzana” es una de las novelas más arriesgadas del mercado actual. La mezcla de géneros que se suceden en esta obra asustaría a los lectores con gustos más tradicionales y puntillosos. Si todo cambio, toda apuesta por innovar en un mundo literario que siempre evoluciona, te produce alergia, ésta definitivamente no es una lectura apropiada.
Ahora bien, si lo que se desea es pasar un rato divertido leyendo una combinación tan audaz de géneros y subgéneros… el entretenimiento está asegurado. Por fin una editorial apuesta por hacer temblar los límites que hasta ahora han sido demasiado rígidos.
¿Por qué “Ventanitas Manzana” es un libro tan temerario? Porque mezcla dos géneros que ya de por sí suelen suscitar desdén en los lectores que no los leen con asiduidad: la fantasía (épica, para más inri) y el humor. Y a todo eso le añade un tono picaresco y lo condimenta con, nada más y nada menos, que el rol.
Ventanitas Manzana es un ladrón sin ninguna importancia al cual le acontecen, como el título completo indica, una serie de singulares vicisitudes. El libro se divide en unas cuantas etapas en las que el personaje se ve rodeado de unos secundarios que le ayudarán (o le dificultarán) las cosas a la hora de cumplir sus objetivos.
Estos secundarios tienen nombres bastante acordes con la temática: el gitano Faraoncito Multiusos, el cegato Frikito Andurriales, el inventor Simon Bell, la bella Lalianta… Y tienen tanta importancia en la trama como el protagonista. Estamos, por tanto, hablando de un libro de personajes, pues depende totalmente de éstos para entretener al lector.
Para ello, Enric Herce se sirve de una prosa muy bien escrita, con una lectura fácil y que engancha desde la primera palabra. Sabe cómo usar el ritmo en su beneficio, consiguiendo enganchar con unas aventuras que transcurren, quizá, demasiado rápidas.
Pues éste es el mayor defecto de la obra: son 182 páginas donde ocurren infinidad de hechos. Las diferentes subtramas en las que se introduce Ventanitas se resuelven con excesiva celeridad y pueden resultar vacías.
Cae en el error en el que muchos otros cayeron anteriormente al tratar el humor: temiendo dejar de ser gracioso, no profundiza demasiado en la historia. Y ésta tampoco transmite nada que marque al lector, salvo quizá algún giro inesperado que sorprende y queda grabado en el recuerdo.
Pero que sirva de contrapunto el detalle de rol que nos ofrece la historia. Llegados a un punto, los personajes se adentran en un juego de rol y deben encarnar a otros personajes y llevar a cabo una misión. Ésta es la parte del libro qué más atractiva puede resultar, pues dentro de una narración con tintes tan inusitados, nos ofrece algo maravillosamente original y que consigue encandilar a los lectores.
Es, por ello, una novela simple y entretenida, que no promete ni busca más que eso: combinar géneros que pocos se han atrevido a mezclar y conseguir un resultado a la altura de lo que se esperaba. Muy recomendable.