Reseña: «Imágenes en Acción» («Mundodisco» 10), de Terry Pratchett
Resumen de la Crítica
Valoración
“Imágenes en Acción” es la décima novela de MundoDisco, la popular saga de Terry Pratchett en la cual el autor se sirve de un mundo fantástico para satirizar el mundo real con una perfección pasmosa. Una vez más sorprende, esta vez situando el argumento nada más y nada menos que en Hollywood y todo lo relacionado con él, pero en su peculiar universo.
Debido al fallecimiento del último monje que recordaba el horroroso Hollywood de siglos antes, la idea se escapa de su largo letargo y se pasea por los descendientes de los que pertenecieron en su día a la sociedad del cine. Por ello, se pasea a sus anchas por las calles de Ankh-Morpork y cercanías, provocando que los alquimistas creen la primera cámara para grabar lo que ellos denominan “imágenes en acción” (que no es más que una versión del cine).
La cámara está compuesta por unos pequeños demonios que dibujan con celeridad todo lo que ven por la lente, provocando la ilusión de las imágenes en movimiento (de ahí el título original: “Moving Pictures”). Pero la idea no se contenta con eso, y atrae a todo tipo de personas, incluyendo a Y-Voy-A-La-Ruina Escurridizo, el vendedor de cosas nauseabundas que acaba adueñándose de la sociedad cinematográfica.
Victor Tugelbend, aspirante a mago que voluntariamente sólo quiere ser aspirante, y Theda “Ginger” Withel son los dos protagonistas de esta obra, y ambos son atraídos hacia Hollywood. Allí conocerán a multitud de trolls que aspiran a tener un papel en el cual no repartan mamporros, a enanos que no quieren cantar “aibó aibó” y a Gaspode, el “Perro Maravilla”, que no es más que un perro parlante que quiere ser independiente pero no puede evitar seguir a Victor hasta el fin del mundo y más.
En fin, una vez presentada la obra, aclarar que sí, es la décima entrega de MundoDisco, pero en la publicación española la han denotado como la número 11, puesto que “Dioses Menores” (la número 13 en la versión original) se llevó el 10 en España.
Lo mejor que se puede decir de esta novela es que cumple con los objetivos que persigue Pratchett: entretener y satirizar la realidad con una genial visión a la que no se le escapa ningún detalle. Retratan grotescamente con todo lujo de detalles, pero eso sí, con un humor siempre presente, todas las características de la Hollywood que todos conocemos por los medios.
Poco a poco, todo se va disparando en una espiral de fama conforme los actores y las películas se van haciendo famosos, con la consiguiente reacción de los fans histéricos y demás. Y todo esto remarcando que todos los filmes son casi iguales, pero con una descripción exagerada y llena de faltas de ortografía (debido a que Y-Voy-A-La-Ruina no tiene ni idea de escribir).
Por cierto, una de las bromas más repetidas es que el director Escurridizo parece obsesionado en introducir mil elefantes en todas sus películas, provocando una desesperada consternación en los sobrinos a los que ha enchufado en los numerosos puestos de Vicepresidente de (he aquí cualquier puesto).
Pero Pratchett no se limita a satirizar la sociedad del cine, sino que además se encarga de que Victor, Ginger y Gaspode tengan que investigar por qué se escapó la idea y cuáles podrían ser las consecuencias de todo esto.
Estas no podrían ser más hilarantes, puesto que Hollywood se apropia de la realidad y comienza a conquistar Ankh-Morpork, promoviendo que los viejos magos tengan que salir de su querida Universidad y ayuden a los jóvenes en su lucha contra, una vez más, la posible destrucción de MundoDisco.
Los monstruos que aparecen proceden de las Dimensiones Mazmorra, emulando y caricaturizando los mitos de Cthulu en forma de tentáculos y formas deformes que sólo quieren acabar con todo signo de vida y hacerse más fuertes al entrar en contacto con la magia.
Es, pues, una novela interesante y entretenida, pero con una estructura que no termina de convencer, como la mayoría de las demás novelas de MundoDisco. Y esto lo digo desde el punto de vista de un acérrimo admirador del universo Terry Pratchett. Sé que nuestro querido autor no es el mejor escritor inglés, aunque ostenta el segundo puesto en los más vendidos en su país (sólo superado por la imbatible Rowling).
Pero asumámoslo: Pratchett tampoco pretende ser el mejor. Como he mencionado antes, su intención es divertir a sus lectores con una percepción cínica y irónica rica en detalles y en humor inglés, que sin duda parecerá desternillante en su lugar de origen. Sin embargo, en nuestro país más bien parece un poco caótica y liosa, complaciente a quien quiere pasar un buen rato, pero que no marca en absoluto.
Como último comentario, se agradece que la Muerte haga alguna pequeña aparición en todos los libros (en algunos es incluso prácticamente protagonista). Es, sin lugar a dudas, el mejor personaje del universo.