Críticas de literatura
Reseña de «Vidas Prometidas»
Resumen de la Crítica
"Podemos cambiar algo más que tu cuerpo.
Ser joven ya no es un estado de ánimo."
Uno puede vivir una vida o varias. Puede cambiar de vida, evolucionar, o simplemente dar carpetazo con todo y empezar una vida nueva. Pude también pensar que tiene una vida prometida, una vida que será. Guillermo Busutil nos enseña eso, vidas que serán que fueron o que son, vidas prometidas al fin y al cabo. Y esto durante las 185 páginas que marcan las vidas de los trece relatos que incluye el volumen de “Vidas Prometidas”.
Los personajes de Vidas Prometidas no son héroes, podemos ser cualquiera de nosotros y esta es en cierto modo la grandeza del libro que partiendo de vidas normales nos da una pirueta y descubrimos en su interior la fuerza de tener un equipo, como en “Estrella sin Ley”, o la solidaridad humana como en “La Señorita Margot”. Descubrimos el valor de la familia y los sueños como en la magnífica “La siesta de Odiseo”. Miramos a través de las cartas en “Los futuros de Voltaire”, jugando con el destino. Vemos el peso del pasado, la cotidianeidad del presente, el juego con la realidad virtual en “La promoción de Oxford”. Nos plantea una crisis de edad en “El cumpleaños de Oliver Guide”, una crisis que se resuelve sólo en la mente del protagonista. Nos plantea la reputación profesional en “Gabinete Foreman”, cómo algunos jefes se aprovechan de sus empleados. Surge la figura del negro, del que trabaja para otro y éste se aprovecha de él.
El triunfo profesional y personal de Víctor Poe en “On the air”. La huída necesaria una vez al año en “Flor en la Ventana”. La vida de los zapatos en “Maurice”. Un homenaje a Proust en “Un hombre llamado Proust” y el amor en “Un paraguas amarillo”.
Al leer una colección de relatos, normalmente te planteas qué es lo que los une. ¿Por qué el autor los enlaza en un volumen? En Vidas prometidas pesa más la vida de cada uno de los personajes, todos ellos crean un microcosmos vital a su alrededor en pocas páginas. Personalmente me gustan los relatos cortos. Los disfruto bastante. Me concentran vidas sin dejar que el paso de las páginas las diluyan. De entre los de Busutil he disfrutado especialmente “La Señorita Margot”, “La siesta de Odiseo” y “La promoción de Oxford”. En los tres he sentido la solidaridad humana, el peso de la historia familiar, el cariño con que nos enfrentamos al presente mirando desde el pasado.
Podemos imaginarnos a Guillermo Busutil como un gato que mira las vidas a través del cristal y nos invita a leerlas. Nos las pone ante nuestros ojos y nosotros miramos en sus letras y vemos que sí, que como confiesa en el epílogo: “No soy un gato pero he conocido muchas vidas. Vidas de familia, vidas de trabajo, vidas le libros, vidas políticas, vidas de empresa, vidas de lluvia, vidas imaginarias, odiseas de vida y vidas que me contaron. Cada una era la historia de una vida prometida”. Y ustedes pueden mirar esas vidas que narra de un modo valiente y literariamente competente Guillermo Busutil. Son trozos de vida que uno puede leer y que el autor nos ha querido contar. Podemos imaginarlo trabando historias como un orfebre, tejiendo los relatos con minuciosidad y oficio. Son cuentos que nos enredan, nos hacen caer en su trampa y los disfrutamos como un chocolate caliente en invierno.
Vidas prometidas ha sido finalista del VIII Premio Setenil en 2011. Un prestigioso premio que nos da idea de la calidad del autor. Es una suerte a veces tropezar con estas vidas. Espero que alguno de ustedes se anime a descubrirlas.
Los personajes de Vidas Prometidas no son héroes, podemos ser cualquiera de nosotros y esta es en cierto modo la grandeza del libro que partiendo de vidas normales nos da una pirueta y descubrimos en su interior la fuerza de tener un equipo, como en “Estrella sin Ley”, o la solidaridad humana como en “La Señorita Margot”. Descubrimos el valor de la familia y los sueños como en la magnífica “La siesta de Odiseo”. Miramos a través de las cartas en “Los futuros de Voltaire”, jugando con el destino. Vemos el peso del pasado, la cotidianeidad del presente, el juego con la realidad virtual en “La promoción de Oxford”. Nos plantea una crisis de edad en “El cumpleaños de Oliver Guide”, una crisis que se resuelve sólo en la mente del protagonista. Nos plantea la reputación profesional en “Gabinete Foreman”, cómo algunos jefes se aprovechan de sus empleados. Surge la figura del negro, del que trabaja para otro y éste se aprovecha de él.
El triunfo profesional y personal de Víctor Poe en “On the air”. La huída necesaria una vez al año en “Flor en la Ventana”. La vida de los zapatos en “Maurice”. Un homenaje a Proust en “Un hombre llamado Proust” y el amor en “Un paraguas amarillo”.
Al leer una colección de relatos, normalmente te planteas qué es lo que los une. ¿Por qué el autor los enlaza en un volumen? En Vidas prometidas pesa más la vida de cada uno de los personajes, todos ellos crean un microcosmos vital a su alrededor en pocas páginas. Personalmente me gustan los relatos cortos. Los disfruto bastante. Me concentran vidas sin dejar que el paso de las páginas las diluyan. De entre los de Busutil he disfrutado especialmente “La Señorita Margot”, “La siesta de Odiseo” y “La promoción de Oxford”. En los tres he sentido la solidaridad humana, el peso de la historia familiar, el cariño con que nos enfrentamos al presente mirando desde el pasado.
Podemos imaginarnos a Guillermo Busutil como un gato que mira las vidas a través del cristal y nos invita a leerlas. Nos las pone ante nuestros ojos y nosotros miramos en sus letras y vemos que sí, que como confiesa en el epílogo: “No soy un gato pero he conocido muchas vidas. Vidas de familia, vidas de trabajo, vidas le libros, vidas políticas, vidas de empresa, vidas de lluvia, vidas imaginarias, odiseas de vida y vidas que me contaron. Cada una era la historia de una vida prometida”. Y ustedes pueden mirar esas vidas que narra de un modo valiente y literariamente competente Guillermo Busutil. Son trozos de vida que uno puede leer y que el autor nos ha querido contar. Podemos imaginarlo trabando historias como un orfebre, tejiendo los relatos con minuciosidad y oficio. Son cuentos que nos enredan, nos hacen caer en su trampa y los disfrutamos como un chocolate caliente en invierno.
Vidas prometidas ha sido finalista del VIII Premio Setenil en 2011. Un prestigioso premio que nos da idea de la calidad del autor. Es una suerte a veces tropezar con estas vidas. Espero que alguno de ustedes se anime a descubrirlas.
VIDAS PROMETIDAS
GUILLERMO BUSUTIL
TROPO EDITORES