Reseña: «La rebelión de los condenados», de Rolando Blanco Santiago
Resumen de la Crítica
Valoración
Muy recomendable
Una historia diferente sobre el Cielo y el Infierno
Adrián, un hombre normal y corriente que siempre ha llevado una vida tranquila y sin sobresaltos, despierta un buen día atado a una camilla en un inquietante lugar. No sabe cómo ha llegado hasta allí y pronto se dará cuenta de que se encuentra rodeado de cientos de personas en su misma situación. Todavía sin ser consciente de lo que le está ocurriendo, ve a un hombre desde un púlpito que se dirige hacia ellos con las siguientes palabras: “Mi nombre es Dante, bienvenidos al Infierno”.
Al mismo tiempo, Said, un joven que huye de la justicia y que actualmente se esconde en París, tiene un encuentro con Daniela, una antigua conocida que le revelará uno de los más antiguos misterios de la humanidad, la realidad que se esconde tras los conceptos de Cielo e Infierno».
Esas son las palabras con las que nos van preparando el camino para lo que uno se va a encontrar al leer esta magnífica obra de Rolando Blanco Santiago, un joven autor que se ha enfrentado a su primera obra. Y esa es la palabra para describirla, magnífica.
En esta «sinopsis» se habla de dos personajes, pero la verdad es que la trama es mucho más complicada que eso. No sólo nos encontramos con Adrián y Said, sino con muchos más personajes, bastante importantes para el desarrollo de la historia, que pertenecen a ambos mundos. Por un lado, tenemos a Elisa, Daniela y Abbas, que forman parte del mundo más terrenal y actual de esta historia y que acompañarán a Said, y por otra, personajes como Itsuki, Reinaldo o Rott, compañero de Adrián, y que pertenecen a la parte más onírica del argumento, la parte que se desarrolla en el infierno.
Son los personajes perfectos para una obra de estas dimensiones. Son sencillos, con sentimientos muy humanos (no está el malo malísimo y el bueno buenísimo, sino que desarrollan diferentes estados, como cualquier persona) y que le dan una credibilidad y un realismo importantes a una novela que se podría clasificar como ficción sin ningún tipo de problema.
Es cierto que, al principio, en los primeros capítulos de La rebelión de los condenados, se puede apreciar la “inexperiencia” del autor, en especial si nos centramos en la técnica. Pero según avanza la obra, la evolución y mejoría en su forma de redactar es clara. Tanto que, al final, das las gracias porque un libro así haya caído en tus manos.
Dicho esto, añadir que la obra merece la pena absolutamente. Te engancha desde el principio, y te mantiene en vilo hasta el final (no os asustéis, es un libro bastante gordo pero se lee muy fácilmente).
Uno de sus puntos fuertes es la visión, totalmente distinta, que La rebelión de los condenados nos ofrece de lo que nos depara en el más allá, tan atractiva e innovadora que se pasan por alto esas pequeñas carencias del principio, y hace que la lectura sea muy ligera y amena. Un soplo de aire fresco en un tema un tanto manido como es la religión, el conflicto entre Cielo e Infierno, y que rompe con los esquemas del bien y del mal que todos tenemos en mente. Esto, junto a esos personajes de los que ya hemos hablado, hace que la trama se mantenga sola hasta el final, sin complicación alguna.
Además, y sin adelantar nada en concreto, el final de la obra es abierto, lo que desilusiona un poco al principio, pero que te da ganas de esperar a una segunda parte.
Por eso, la conclusión es clara: es un muy buen libro, totalmente recomendable. Si os gusta el género de ficción, con algo de suspense y quizás terror, esta es vuestra obra.