Críticas de literatura

Reseña: «Mi isla» de Elísabet Benavent

Resumen de la Crítica

Puntuación

Recomendable

Si te sumerges en sus páginas, al final te será difícil desprenderte de la isla.

Valoración de los Usuarios Be the first one !

Seguro que ha habido un momento en vuestra vida en el que habéis deseado que el mundo se parara o que, si no lo hacía, pudieseis bajaros del barco y así desconectar de todo, absolutamente de todo, durante un tiempo.

Algo parecido es lo que le ocurre a la protagonista de Mi isla de Elísabet Benavent (Suma de Letras, 2016), que tras varios incidentes bastante duros en su vida decide dejar atrás su trabajo y su forma de vida ajetreada de estilista y personal shopper para refugiarse en una pequeña casa de huéspedes que ella misma regenta. Pero antes de comentar más detalles, leamos su sinopsis:

Maggie vive en una isla y regenta una casa de huéspedes. Maggie tiene un huerto y casi siempre va descalza. Maggie no quiere recordar por qué está allí; duele demasiado. Ha renunciado al amor y es complicado explicar los motivos hasta que conoce a Alejandro y la calma da paso a una tormenta de sensaciones y a la posibilidad de que tal vez sí se puede empezar de nuevo.

Porque se puede empezar de nuevo, ¿verdad? Esta es una de las preguntas que recorren las páginas de Mi isla. Se trata de una obra diferente, una historia de amor que lanza una reflexión acerca de cómo lo vivido condiciona muchas veces nuestro futuro, seamos más o menos conscientes, queramos o no.

Su autora estuvo escribiéndola durante varios años, cinco concretamente. Si tardó tantos días fue porque le costó muchísimo desprenderse de la obra y sentir que la historia había llegado a su fin. Y no es un argumento para nada extraño, porque una vez te sumerges en sus páginas, te será difícil desprenderte de ellas. Me sucedió a mí y estoy segura de que te ocurrirá lo mismo a ti también, querido lector.

mi-isla-elisabet-benavent-portada (1)El libro está dividido en cinco partes y cuenta con una voz narrativa en primera persona que bucea en los pensamientos y sentimientos de Maggie, la protagonista, pero también de Alejandro, de forma que la historia nos parece aún más cercana.

¿Que quiénes son Maggie y Alejandro? Veréis, Maggie es el personaje con el que comienza todo, la que decide dejar a un lado el que era su día a día y bajarse del mundo para adentrarse en una nueva experiencia: la de una vida sencilla en una isla, regentando una casa de huéspedes y cuidando de su huerto. Pero lo cierto es que Maggie huye de algo e, inevitablemente, le tiene que hacer frente.

Un día conoce a Alejandro, un chico atractivo, modelo, que de un primer vistazo podría parecernos el típico personaje cliché de novela romántica, pero no: conforme vamos avanzando en su historia, observamos que también tiene matices, que su vida no es ni mucho menos perfecta, y que también escapa de algo.

Juntos se embarcarán en una historia de amor real. Y digo real porque es narrada con toda su intensidad y, sobre todo, con sus claroscuros: si buscáis la típica novela del fueron felices y comieron perdices, este no es el caso: Mi isla realiza un recorrido que va profundizando desde el comienzo de una relación, con su «él y yo» inicial al que no hace falta nombrar de otra forma ni buscar otro tipo de denominación, hasta ese «algo» desconocido que antes no estaba y de repente, sin que casi nos demos cuenta, surge y cuando lo hace ya no hay vuelta atrás.

«Hoy es hoy y sólo estaremos aquí ahora. Lo que pase mañana… es otra cosa».

En general, excepto las amigas de la protagonista, podemos afirmar que los personajes están muy bien definidos y, sobre todo, mantienen los pies en la tierra. Entre ellos hay que destacar a Alejandro, que sufre una evolución bastante compleja, a la señora Mercedes, un personaje instrumental que aporta la vena cómica a la trama, y también a la propia isla. Sí, porque al final la isla acaba funcionando casi como una cura o un medio de salvación de la vida de los protagonistas. No es para nada casual que el título de la obra sea éste -ya descubriréis por qué-.

Es la primera vez que leo a Benavent, pero me ha parecido una autora fresca, que realiza maravillosas descripciones y te transporta a los lugares que menciona sin necesidad de mucho artificio y que logra modelar unos personajes con sus problemas, inseguridades, dudas, ilusiones y secretos.

En definitiva, Mi isla es un refugio, pero también un remedio, es un argumento para empezar de nuevo, para afrontar la vida y entender que nos va poniendo pruebas que hay que superar, y sólo depende de nosotros. Mi isla es una historia que traspasa el papel por su intensidad. Así que tras su lectura podemos decir bien alto: ¡no te aísles, enamórate!

«Sé que Alejandro empezó entonces a darse cuenta de lo que significaba haberse enamorado; tantos años buscando sentir algo significativo y ahora que se había topado con ello fue consciente de que la vida se le complicaba. Así es. Querer soluciona la soledad, pero entorpece la existencia porque anula el instinto de supervivencia, aviva el placer de hacernos daño y multiplica los problemas (…) siento que en esa glorificación del amor que encontramos en todas partes se les olvida la cara oscura, la que nos hace a veces peores personas porque despierta nuestros temores más antiguos. El amor nos hace capaces de las mejores y de las peores cosas, tengámoslo claro».

María Baz

Tengo papeles que dicen que soy filóloga con máster en estudios literarios, pero todavía no certifican que sea seriéfila, algo utópica y curiosa de necesidad. A veces, si me deja Internet, escribo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba