Reseña: «Animales», de Emma Jane Unsworth
Resumen de la Crítica
Puntuación
Un libro divertido, inteligente, sucio, y brillante.
Animales (Malpaso, 2016) es la segunda novela de Emma Jane Unsworth, y si alguna vez se te ha hecho cuesta arriba decidir qué es lo que quieres hacer con tu vida, estás tardando en leerla.
Podría ser clasificada en la categoría de novela generacional o «de crecimiento», porque aborda, entre otros temas, lo que cuesta hacerse mayor, pero no lo hace a la manera convencional, sino de forma inteligente, sucia, divertida. Además de dar visiblidad a las historias de mujeres, la han comparado con Girls (HBO), y la propia Lena Dunham celebró la obra considerándola un «retrato alcohólico entre almas gemelas platónicas». (Y la brillante periodista feminista Caitlin Moran declaró que le hubiese gustado escribir un libro así).
Y es que Animales es un libro único, y brillante en muchos niveles. Pero seguramente os estaréis preguntando por sus protagonistas. El personaje principal es Laura, que comparte un piso desvencijado de Manchester con Tyler, su mejor amiga desde la universidad. Laura y Tyler son hedonistas literarias inseparables; cuando una necesita algo, la otra acude rápidamente, ya sea para una noche de juerga o para ayudarse a superar la resaca de después. Se miran la una a la otra, y se entienden a la perfección. «Desde que conocí a Tyler, creí que la conexión psíquica entre seres humanos era posible», dice Laura.
Tyler es la amiga salvaje, en el mejor sentido de la palabra, que te insiste sin parar y te incita a abandonar tus planes responsables del día (entregar un trabajo, una cena familiar) para, por ejemplo, ir al centro de la ciudad a ver a unos tipos alucinantes que acaba de conocer, y cuyos nombres ni siquiera recuerda. Representa el desenfreno, la locura, la emoción, la «llamada de la noche», y se niega a aceptar que el caos rutinario que comparten Laura y ella se interrumpa porque Laura se haya comprometido con un pianista de conciertos llamado Jim, un hombre sensato (ni siquiera consume alcohol), que es el el epítome de la estabilidad y la moderación, y al que Tyler trata con visible desprecio.
Los esfuerzos de Laura por aplacar a su amiga y complacer a su prometido, para averiguar lo que quiere y con quién quiere hacerlo, conforman la base de la historia: un triángulo amoroso no convencional que desde el principio promete dejar a todos los involucrados con el corazón destrozado.
Si la fiesta tiene que terminar, o no, es una de las preguntas que se hace Laura, que se encuentra un poco a la deriva psicológicamente, y mientras escribe un libro sobre un sacerdote que se enamora de un cerdo parlante trata de dejar de estar suspendida entre Jim y Tyler, y avanzar de una vez. Su boda cada vez es más inminente y la narración, en primera persona, pasa a transmitir una urgencia real por decidirse, por terminar de entenderse porque, a sus más de treinta años, comienza a sentir que ha permanecido demasiado tiempo en el modo fiesta, mientras que sus antiguos compañeros empiezan a tener bebés y a debatir temas insospechados para ella. (Y Tyler, por supuesto, no tiene intención de formar parte de ese grupillo).
¿Cuál es la manera de ser «correcta»? Animales indaga en lo que tienes que hacer, o esperan que hagas, y lo que de verdad quieres hacer, reflejando los altos y bajos de una determinada elección de estilo de vida, y abordando la manera en la que todos parecen estar tratando de decidir si lo hay, o más bien no.
Unsworth es brillantemente mordaz en relación a varios temas controvertidos, como las supuestas presiones que las mujeres tenemos a la hora de «comportarnos», y Laura y Tyler pasan gran parte del libro rebelándose, furiosas, contra estas expectativas preestablecidas. Una actitud necesaria.
Además, Animales navega maravillosamente en las complejidades de las relaciones íntimas. Unsworth se ha referido a su novela como un libro ansioso, y es que a medida que avanza la historia Laura llega a volverse apática, incluso frenética. Comunica vulnerabilidad, dependencia y ternura, y a menudo lo consigue tranmitir en una sola línea. Deslumbrante. Es también un libro visceral: estas mujeres no son siempre agradables, son humanas; mean, vomitan y se mueven a través de unas páginas que contienen pasajes bien descritos sobre el sexo y la rutina de la fiesta constante.
Mediante una escritura impresionante (que oscila entre lo poético y lo sucio), Unsworth se aleja de la típica conclusión final y consigue dar forma a una obra emocionalmente compleja y muy ingeniosa, sobre la dificultad de tomar decisiones por ti mismo, sobre dejar ir. Sobre descubrir que las relaciones a las que te aferras con más fuerza pueden ser las que más te dañan. Sobre comprender que la persona en la que más tenemos que confiar es en nosotros mismos. En serio, léelo. Devóralo. ¡Y recomiéndalo! ¡Necesitamos más novelas así! (Y además la edición es una maravilla, y la preciosa ilustración de portada ha sido creada por Paula Bonet).