Reseña: ‘Huye’ de Lisa McMann. Un final de trilogía algo pesado.
Resumen de la Crítica
Valoración
El fin de una trilogía muy buena, una trilogía que, como ya decía en reseñas anteriores, se encuentra en los primeros puestos del top de la literatura juvenil. En esta reseña quizás sea un poco más duro con la autora, pues en mi opinión reduce la calidad de su habitual forma de escribir, pero aún así quiero que quede claro que es una trilogía que me ha dejado muerto matado.
En primer lugar, os comento la sinopsis del libro. Después de muchas aventuras, Janie comienza a ver que su don, más que una suerte, es una condena a una mala vida. Se puede quedar ciega, sin movilidad en las manos, y alguna cosa más que harán que su vida tenga poco sentido. En todo el libro se tratan los pensamientos de Janie a saco, y es uno de los primeros fallos que voy a resaltar. Se trata mucho los pensamientos de Janie de ‘mi vida va a ser una basura con esto’, ‘nunca seré una persona normal’ y ‘no puedo cortar con Cabel pero debo hacerlo’. Llegan a ser algo cargantes, ya que en todo, a diferencia de en los dos primeros ejemplares, la trama no avanza constantemente. De todas formas, tiene la escritura tipo de un cierre de saga. La autora tiene que atar todos los cabos sueltos, y lo consigue, aunque utilizando esta técnica, la de los pensamientos, que tanto dista de su forma de escribir los otros dos tomos.
En este libro Janie encuentra a su padre, que resulta ser una persona muy especial para ella a pesar de haberla abandonado. Aparecen de nuevo valores morales ya tratados en los anteriores libros, la amistad, el amor de pareja y el amor familiar. Y en esta, muchísimo de lo último. A lo largo de cada página vemos como Janie se debate entre el odio que siente hacia su madre y su padre por el daño que le han hecho, y el amor instintivo que les profesa por el simple hecho de ser los que le trajeron al mundo.
El debate que se presenta entre Janie y Cabel, la pareja perfecta que comienza a deteriorarse en este libro por el desgaste y la presión social a la que están sometidos después de darse a conocer en sociedad como ‘soplones de la policía’ está muy bien relatada, dejando de lado la reiteración continua de los pensamientos de Janie hacia Cabel. McMann saca todos los sentimientos de ambos personajes, y los relata con tanta maestría que te parece que tu estés teniendo esos sentimientos.
La comisario juega un papel muy importante en toda la trilogía, a partir del final del último libro, ya que la podemos situar como la madre adoptiva de la pareja estrella. Aunque es una persona fría y disciplinada con su trabajo y con sus subordinados, tiene su corazoncito, y se le puede llegar a coger mucho cariño. Se preocupa por la protagonista constantemente, aunque sin agobiar demasiado. Creo que sin este personaje, esta última novela habría carecido de sentido.
En general, está bien, pero como decía al principio, no es lo mismo que los dos primeros. No me atrevo a decir que es una novela comercial para meterse más dinero al bolsillo, porque el libro vale la pena, pero creo que la historia se podría haber condensado en dos volúmenes, y no en tres. Un final, por cierto, muy sencillo, pero que te marca. Que te deja contento y triste a la vez, por no saber muy bien cuáles son los pensamientos finales de la personaje. Creo que McMann hace muy bien dejando medio abierto este final, ya que le da mucho juego al lector para terminar la historia por su cuenta.
Resumiendo toda la trilogía, tiene un notable, y muy alto, rozando el sobresaliente en la literatura juvenil. Cómoda, nada tópica y sencilla, fácil de leer.
A sus pies, McMann.