Resumen de la Crítica
Valoración
Víctor Conde retoma el universo presentado en “Heraldos de la Luz” con “Heraldos de la Oscuridad”, segunda novela de su saga juvenil “Heraldos”. Y lo hace con un estilo bastante distinto del que pudiera ofrecernos en el primer volumen.
Como bien describe Susana Vallejo en el prólogo que nos ofrece, esta trilogía es un proyecto muy ambicioso. No sólo aúna géneros tan complejos en sí mismos como son la fantasía, la religión y los conflictos juveniles, sino que además lo mezcla con una descripción realmente certera y sin pelos en la lengua del mundo de los jóvenes.
El primero, cuya reseña podéis leer en este enlace, nos trajo la presentación del mundo, los personajes, sus intereses y objetivos y los dos bandos celestiales: los ángeles y los demonios. Pero ahora que la situación ya se ha iniciado, en este libro el universo está en guerra. Desde el primer capítulo, el autor nos trae continuas muestras del desequilibrio del mundo mortal en medio de una guerra de proporciones inmensas.
Los tres elegidos, Tanya, Mauro y Erik, están separados y cada uno tendrá que llevar a cabo misiones diferentes e igual de importantes. Han aceptado su condición de ángeles con brazos abiertos y se embarcan en una serie de aventuras que encantarán al lector más exigente.
Y con eso me refiero a que, para evitar que se den situaciones parecidas, Víctor Conde pone a cada personaje en unas tesituras totalmente distintas, tanto a nivel argumental como literario:
Eric nos trae la acción trepidante, la lucha de un personaje que conocemos contra todo tipo de seres del inframundo, así como la investigación de ciertos hechos que sorprenderán a más de uno, incluyendo cierta unión de intereses con un demonio. Pero lo más interesante es que debe proteger a Isaac, un nuevo “elegido” que da más de un toque interesante a la novela.
Isaac es un personaje en el cual merece la pena profundizar. Representa la visión del humano mortal en esta guerra celestial, simpatizando con el lector y su curiosa y atemorizada mirada en algo que le sobrepasa con creces. Además, como ya nos advierte Vallejo, protagoniza los capítulos más dramáticos del libro.
Tanya desempeña una serie de episodios bíblicos que nos cuentan una visión original y muy distinta de la que nos pudo traer la Biblia. Sirve como contrapunto a las escenas de acción de Eric (aunque también lidera más de una) y nos aporta la versión de los hechos que ocurrieron en el pasado en este universo y la influencia de los demonios y los ángeles en éstos.
Mauro, en cambio, nos cuenta el punto de vista del cielo, donde se libra la segunda de las grandes batallas. Descubrimos con él más sobre el personaje de Séfora y su maestro, sobre Metatrón, cómo está formado el cielo y cuáles son las consecuencias de la guerra en éste.
Si algo hay que criticar a este libro es que pierde gran parte de su ambición a la hora de tratar el universo de los jóvenes, pues se aleja de estos temas para adentrarse en algo que seguro que importa más a la mayoría de los lectores a estas alturas: cómo se desenvuelve la trama entre los ángeles y los demonios, entre el cielo y el infierno.
Pero no por ello es peor que el primero, más bien al contrario. Es diferente, único, original, te engancha tanto que no puedes dejar de leerlo… y te deja con muchas ganas para el tercero y último de la saga: “Heraldos del bien y el mal”.
