Reseña: «Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía», de Orson Scott Card
Resumen de la Crítica
Interés
Versátil
Excelente herramienta de trabajo
Aunque el texto está dirigido fundamentalmente al público anglosajón, el traductor Julián Díez ha realizado un trabajo extraordinario al extrapolar todos aquellos datos que no se ajustan al mercado español (páginas web de referencia, datos económicos y demás) en notas a pie de página que son de agradecer. Aun así, es inevitable que se le pongan a más de uno los dientes largos cuando lee lo que algunas publicaciones de prestigio llegan a pagar en los EE.UU. por un relato publicable. Por aquí ni siquiera quedan revistas físicas que hagan esa función y las digitales no pagan royalties, son solo un medio para darse a conocer.
La obra está llena de casos prácticos en los que el autor nos desvela cómo se gestaron sus obras más conocidas y ofrece consejos para vencer las dificultades que entraña el oficio. Especialmente interesante de leer es el apartado que habla sobre la creación de mundos y su importancia en la historia. Para Card, una fase previa de documentación facilitará enormemente la escritura posterior si se hace con precisión. Es preciso conocer las ciencias puras para no ser despellejado por la crítica y los lectores experimentados, pero además necesitamos conocer las soluciones que otros autores han dado para los problemas fundamentales de las novelas de ficción especulativa: el viaje estelar, el viaje en el tiempo, las lenguas extraterrestres y muchos otros. Se dedica una amplia sección del libro en exponer todos ellos, así como algunas variantes que pueden aparecer. Del mismo modo, el tema de la magia en las narraciones fantásticas es analizado concienzudamente, pues su uso indiscriminado es capaz de arruinar cualquier relato o novela que pretenda ser leído por lectores exigentes. Así, se exponen diversas maneras de introducir elementos mágicos en la historia sin que la trama se tambalee, principalmente añadiendo un coste desorbitado para el que los practica. También se plantean multitud de ideas que pueden ser el germen creativo de nuevos personajes, mundos y tramas variadas para las futuras narraciones de los lectores. Sin duda, unas doscientas páginas muy bien aprovechadas.
Mención aparte merece el desdén que Card muestra hacia la serie Star Trek como fuente de inspiración para un escritor serio. En ella, los errores científicos convivían en los guiones con algunas ideas acertadas e innovadoras, por lo que es importante distinguir los unos de los otros para que nuestras historias no chirríen. Así, un cuerpo no puede viajar a velocidad mayor que la de la luz porque se transformaría en energía. Tampoco parece plausible que el capitán de la nave esté continuamente exponiéndose en arriesgadas misiones de exploración de mundos desconocidos. En cualquier régimen militar, esta función la llevarían a cabo los exploradores o los militares más bajos en el escalafón.
En la parte final del ensayo, el autor reflexiona sobre el oficio de escritor y aporta una serie de consejos muy interesantes. Por citar uno de ellos, Card recomienda no revisar una obra que ya se ha enviado a una editorial, pues si en su día tomó la decisión de mandarla fue porque la consideraba acabada. En su lugar, es más productivo centrarse en nuevos proyectos que revisar continuamente una novela que probablemente fue la mejor que pudo conseguir cuando la escribió.
Se añaden a la edición española unas entrevistas a autores de reconocido prestigio, en las que se les plantean las mismas preguntas. Así, César Mallorquí y Andrej Sapkowski, entre otros, nos explican cómo empezaron a escribir, cómo son sus métodos y qué es lo que más y menos les gusta de su profesión. En definitiva, aunque escribir una novela no se encuentre entre nuestras aspiraciones, seguro que disfrutaremos este libro igualmente.