Resumen de la Crítica
Valoración
Gwendolin, la protagonista de la historia, es una chica normal, adolescente, con una familia muy peculiar. Parece el principio de cualquier novela juvenil. Más datos: su familia es portadora de un “gen” que les permite viajar en el tiempo, y aunque es su prima, Charlotte, la que se espera que herede esta habilidad, acaba siendo Gwendolyn la portadora para sorpresa de todos, ya que no ha recibido instrucción alguna.
En una novela de estas características no podía faltar el chico: Gideon, que pertenece a la otra familia que viaja en el tiempo. Gideon es un joven orgulloso, creído y obligatoriamente atractivo, y se ve frustrado al conocer que en vez de Charlotte es Gwen la que viajará con él.
Realmente hay pocas cosas que la hacen distinta de otros libros del mismo género, pero aun así no decepciona. Este primer libro de la trilogía nos presenta un mundo, y unas familias, que guardan muchos secretos, un mundo en el que el tiempo pierde relevancia y forma parte de todo un engranaje cuyas consecuencias son inestimables.
Los personajes son complejos, espero que los exploten mucho más en los dos libros que quedan. Porque, aunque conocemos muy bien a Gwen, que es una chica un poco petarda a veces (no entiendo por qué llora), el resto son bastante peculiares. La amiga de Gwen, Leslie, es una cerebrito, y a mí personalmente me cae mejor que Gwen. El malo malísimo es el jefe de la logia que controla los viajes en el tiempo: el conde de Saint Germain, que tiene ciertas habilidades o poderes extraños y motivaciones ocultas, pero, añado, que tiran a lo oscuro. Por supuesto están también Paul y Lucy, que en el epílogo siembran bastantes dudas; son, digamos, los viajeros en el tiempo que se han rebelado contra el sistema, pero aun no sabemos los motivos verdaderos.
La trama avanza poco en este primer libro, lo que es comprensible porque nos presentan todo el ambiente y los personajes. La misión que intentan llevar a cabo Gideon y Gwen es conseguir la sangre de todos los viajeros en el tiempo, que son doce, para cerrar el círculo. Obviamente no es tan simple, porque Paul y Lucy robaron el cronógrafo, instrumento que sirve para controlar los viajes en el tiempo y donde se deposita la sangre, y ahora tienen que reponer la sangre de nuevo. La pregunta es ¿quién se beneficiará de que cierren el círculo? ¿Y qué desencadenará? Parece que algo que no ha gustado a Paul y a Lucy, por eso huyeron. Estoy en ascuas.
El argumento tiene una cierta complejidad, espero que todos los puntos que ha abierto la autora los esplique y los cierre como es debido. Aun así, la trama está bien hilada, al estar escrito en primera persona se lee muy fácil y rápido, ya que tiene mucho ritmo y lo mantiene todo el libro.
Una cosa que agradezco, y que en los otros libros me temo que no va a ser así, es que en este, el chico, Gideon, aparece relativamente tarde, por lo que no hay historia de amor. Pero viendo el final, todo apunta a que esta suerte se me acaba, porque la relación entre él y Gwen no hará sino crecer en intensidad. De todas maneras espero que el amor sea secundario y se centre en la historia que engancha y atrae lo suyo. Total, para empalagosos ya están Paul y Lucy, con el prólogo y el epílogo, y con eso basta.
Naturalmente, como todos los de esta colección, es un libro para chicas. Porque aunque la protagonista no se hace tan pesada como otras, tiene ese carácter principal de chica de libro, entre rebelde e histérica, entre inteligente e incoherente. Lo recomiendo a las personas que les guste la literatura juvenil porque está bien escrito y la historia convence. Pero si has crecido o eres más de acción, no es para ti.
¡Juzga por ti mismo!
