Críticas de literatura

Reseña: “La canción de Cazarrabo”, de Tad Williams. Fantasía épica y gatitos

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¿Te has preguntado alguna vez cómo sería El señor de los anillos protagonizado por gatitos? Algo parecido, aunque en muchas menos páginas, sucede con La canción de Cazarrabo. Aunque es un libro del 85 y algo difícil de encontrar, creo que merece la pena conocerlo considerando que es de lo más original que podemos leer en el género de la fantasía épica.

Nuestro protagonista es Fritti Cazarrabo, un joven gato que habita en las cuevas de M’an (es decir, en una casa). La Comunidad está preocupada porque desde hace un tiempo están desapareciendo gatos misteriosamente. Cuando Pata Suave, la gatita de la que Fritti está enamorado, también se esfuma como por arte de magia, nuestro héroe emprende una búsqueda que le llevará mucho más lejos de lo que había imaginado.
 
La Canción de Cazarrabo es, en realidad, un viaje de la infancia a la madurez. A través de numerosas aventuras Cazarrabo pasará de un tímido y torpe gato cazador a un valiente gato visionario.  

Lo más destacable de esta obra de Tad Williams es la “mitología gatuna” que impregna desde la primera hasta la última página. Los gatos tienen sus propios padres creadores y su propia versión del origen del mundo. Para la Comunidad son muy importantes las leyendas que se reúnen para contar cada noche. Los miembros más respetados son los Visionarios (Oel-var’iz), aquellos capaces de interpretar los sueños y ver lo que los demás no pueden. Otro de los méritos del libro es que los gatos son gatos y hacen cosas de gatos- no se los humaniza hasta el punto de perder esta noción.

Los felinos poseen incluso su propio lenguaje (por ejemplo, hola es nre’fa-o), aunque todas las especies pueden entenderse gracias al Canto Común. Los otros animales del bosque se convierten también en razas mitológicas: los perros, sus ancestrales enemigos, o los Rikchikchik (también llamados ‘Chillones´), las ardillas.

Los nombres son una parte esencial en la vida de un gato, porque tienen que ver con su identidad, con lo que son. Existen dos tipos de nombres: el nombre de cara, que utilizan para relacionarse con los otros gatos, y el nombre de cola, que es secreto y responde a su ‘verdadero yo’. Así, tenemos nombres de cara como Cazarrabo (el rabo es la parte del cuerpo que representa lo místico y lo sobrenatural), Comebichos, Saltarín, Fela Danzacielos, Barba Cerdosa, Saltanubes, Bigotes Tristes o Ronroneo Feroz.

Los gatos son seres independientes, libres, misteriosos y mágicos. Su independencia y libertad es algo que defienden con garras y dientes. De hecho, cuando Fritti viaja a la corte de los gatos (el Primer Hogar, donde reside la reina) le parece que es antinatural que tantos gatos vivan juntos, como si fueran hombres. El antagonista de la historia atenta precisamente contra la libertad de los az-iri’le (es decir, la Comunidad de gatos). Sin adelantar acontecimientos, podemos decir que el villano es de lo mejor del libro: produce una sensación de asco y miedo a la vez.

En definitiva, se trata de una novela de fantasía épica, con su mapa incluido, entrañable y original. Aunque en ocasiones el viaje de Cazarrabo puede resultar un tanto largo y la trama y los personajes son más bien sencillos, respondiendo a todos los tópicos del género, La Canción de Cazarrabo es una lectura, como poco, entretenida. Por otro lado, si eres un verdadero amante de los gatos y, además, un fan de la fantasía épica, este es un libro que no puede faltar en tu estantería, cu’nre (hermano de corazón, amigo). 

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