Reseña: “Cincuenta sombras más oscuras”, de E.L. James. Del gris al rosa.
Resumen de la Crítica
Valoración
Me enganchó tanto el primero que sin dudarlo me compré el segundo con la única expectativa de que fuera más de lo mismo. Lamentablemente no ha sido así, la personalidad de Christian, que nos enseñó en el primero, queda totalmente anulada por el alto rasgo de petardez de Ana. Dejándome perdida en un mar de páginas, sin ningún vestigio de costa, auténticamente soporíferas.
Ni siquiera las escenas eróticas han conseguido despertarme de este pedazo de m… ontón de páginas. Es más las he notado muy forzadas como: “tiene que haber sexo… pues aquí mismo”. En el anterior en todas las ocasiones en las que se acuestan los protagonistas dan un paso, descubrimos algo de Christian… en este, es sexo gratuito que se hace repetitivo, ¡repetitivo el sexo!
La trama es un sinsentido. Espera… ¿trama? Diréis: “es un libro erótico no necesita trama”, pues sí escépticos lectores, si es un libro en condiciones debe tener algo de argumento, un principio, un nudo y un desenlace como nos decían en el colegio. Bien esto la autora se lo ha pasado por sus bolas chinas. Pensaréis: “es una segunda parte, es de transición”, ya os digo que para que haya una transición tiene que haber dos hechos que aune la misma. No los hay. No pasa absolutamente nada y lo que se saca de la manga ya se encarga ella de destrozarlo para convertirlo en algo insufrible y tedioso.
Para poner un ejemplo y os hagáis una idea y disuadiros si todavía dudáis… Como ya nos adelantó en el primero, Ana (nuestra querida protagonista), tiene un jefe un tanto… cariñoso. Digamos que la presta más atención de lo normal. Bien, cómo me voy a creer, yo o cualquiera, que en vez de conquistarla o ser plasta… la chantajee directamente de buenas a primeras. Nadie hace eso, y menos el personaje que nos había pintado… Idioteces varias.
“Oh, otra exagerada que no le ha gustado el libro”, aclaro en este párrafo que mi nivel de exigencia en este tipo de literatura está por debajo de la media, con lo cual… ¡no perdáis el tiempo leyéndolo!, que para que a mí no me guste…
Los personajes han perdido todo por los que los alabé en el primero. Todo es todo. Que recuerde dije que Ana era muy real, que no se asustaba. Bien, en este es una petarda. Oh, qué sorpresa, ¿verdad? Y es que ha decidido la autora llenarla de dudas, que no la baste que ese pedazo de hombre, que ha resultado ser más blando que un gatito bebé, la haga caso. Duda, duda y sigue dudando. Yo la entiendo, veréis, resulta que Él, Christian Grey, ha dejado de lado todas sus sombras, toda su oscuridad, para convertirse en el mejor novio del mundo. A ver una analogía que ilustre… sí, como si Batman conoce a una chica y deja de vestir de negro para ponerse la capa arcoíris. No exagero, os lo prometo. Christian todo lo que le hacían atractivo, ese aire autoritario pero en el fondo atormentado, la profundidad, que ha resultado no ser tal, que le dio en el primero, ha desparecido. No está, es como leer sobre otro personaje. Ahora es excesivamente atento, predispuesto. Más que vainilla es caramelo con dulce de leche.
¿Están mis palabras mostrando la decepción que sentido página tras página? Espero que sí.
Voy a dedicarles unas frases a los personajes secundarios… espera… estoy pensando… están… y… luego… Y es que bromas aparte, los secundarios son absolutos monigotes, marionetas, forman parte del decorado de la idílica relación que ahora mantienen los protagonistas. Aparece una ex de Christian, y hace… luego también está la Señora Robinson que… ¡Ah! Y luego están los amigos y hermanos que se lian los unos con los otros. Yo creo que esto lo ha hecho porque ha dedicado tanto tiempo en dar profundidad a los personajes secundarios que hacen que te interesen más su vida que la de los protagonistas, que no quería meter más personajes. No vaya a ser que ocupe el libro seiscientas páginas más y tenga que crear más sexo gratuito.
Ironías al margen, dejad el libro lo más al margen de vuestra mente y no lo compréis.
El estilo es… fijate que puede que porque no me haya metido nada en la historia le he visto más fallos tanto estructurales como gramaticales que en el primero. Realmente no tiene nada bueno este libro porque encima hay un tercero. Y yo me pregunto qué pasa en el tercero, porque las perdices se las han comido prácticamente en este. Habrán sobrado.
No tengo que poner ninguna conclusión, no es necesario ser subliminal, ¿para qué perder el tiempo? Que no os engañen, si os gustó el primero era una sombra, una ilusión. Con este deja de manifiesto que se ha encontrado el éxito de golpe y porrazo, ni mucho menos por su talento. No os va a gustar, a nadie, no tiene ningún pase, porque si queréis romanticismo y “flores y corazones”, ya hay muchos libros mejores y correctamente escritos, y no esto. ¿Está claro?