Reseña: ‘El Códice del peregrino’, de José Luis Corral. Unos ladrones superdotados.
Resumen de la Crítica
Valoración
Las primeras páginas del libro nos introducen en la vida de Patricia Veri y Diego Martínez, pareja y compañeros de trabajo. Ambos son comerciantes de obras de arte en el mercado ilegal internacional. Reciben un encargo en el que, por primera vez, tiene que robar algo: El Códice Calixtino. Y digo por primera vez porque ellos se dedican a hacer de intermediarios entre vendedor y comprador, nunca hacen el trabajo sucio. Pero la suma de dinero que les ofrecen es muy elevada, y además la extracción del Códice de su cámara de seguridad es tan sencilla, que aceptan. Querría resaltar que a lo largo de la novela se le da mucha importancia a decir que son argentinos, y no entiendo semejante obsesión por ello. Cada vez que se habla de Patricia y Diego, se habla de su nacionalidad.
La parte histórica de la novela está contada tan bien que yo por lo menos he llegado a plantearme que quizás lo que cuenta Corral puede ser verdadero. He consultado los pasajes de la Biblia que se citan en el libro, y los planteamientos que Patricia Veri hace acerca de la religión tienen mucho sentido.
Pero aquí viene el fallo más gordo de la novela, y es que Corral ha creado a unos personajes superdotados. Patricia y Diego son licenciados en Historia del Arte, cierto, pero una cosa es tener una carrera, y otra muy distinta es llegar a conclusiones averiguando cosas en pocos segundos para las que habría que usar, por lo menos, unas cuantas horas. La más pecadora en este asunto es Patricia, que da discursos acerca de la genealogía de Jesucristo con información que ha averiguado milagrosamente en pocos minutos. Descubre el ‘secreto del Códice’ por su cuenta, sin saber si quiera que tema trata ese secreto. Cita pasajes bíblicos sin descanso, habla sobre temas complicados con una soltura digna de un…¿catedrático? Exacto. Aquí se transparenta un poco el trabajo del autor, que no sabe ser neutro en este tema. La historia es muy espesa, y lo que se plantea como muy fácil, en realidad es muy difícil de entender.
Pasando a la parte policiaca del texto, está bastante lograda. Podemos imaginarnos a los miembros del cuerpo de policía, y la historia está muy documentada también en este tema. Nos cuenta sin ningún tapujo todas las dificultades que están teniendo los representantes de la justicia para abordar este tema, la influencia del periodismo en este tipo de asuntos, etc.
El amor , una trama secundaria en esta novela, tiene a pesar una importancia clave. Patricia Veri tiene dudas sobre seguir trabajando en el terreno ilegal, ya que nunca podrán tener una vida normal, y a Diego, en cambio, le encanta el dinero y seguiría toda su vida haciendo lo que mejor sabe hacer. La novela está plagada de rifi-rafes continuos entre la pareja, de momentos emotivos y reconciliaciones y de discusiones que le dan ese toque ‘humano’ que necesita para descargar un poco las oleadas de información que vienen hacia nosotros.
Hablando de la edición de Planeta. Impresionante, sin palabras. Un reclamo para el lector muy bueno, ya que la edición es extraordinaria, pocas he visto así. Unas solapas con una imagen a todo color de códices y de una vidriera, protegiendo un sencillo lomo gris. Pero, como muchos enamorados dirían, la belleza está en el interior (si cabe más belleza), ya que cuando abrimos el libro nos encontramos con partes del Códice Calixtino a todo color, impresos en más bien una cartulina que un folio. Un 10 para la editorial, que se lo han currado mucho y que a buen seguro supondrá más del 50 % de las ventas. Estoy completamente seguro de ello.
Resumiendo la reseña, es un buen libro. La historia contada es entretenida y da una visión acerca de lo que pudo ser el robo, recopilando todas las noticias que aparecieron acerca de esto y lo que fue todo el proceso de investigación. Además, el autor denuncia varias veces el poco interés de los españoles por la cultura, y también lo poco protegida que se tenía esta joya de la corona de la literatura española. Y qué razón tiene.