Una cola de más de media hora para comprar unas entradas. La sala de cine abarrotada. Se apagan las luces y, tras escuchar a coro una decena de adolescentes grititos nerviosos, nos encontramos inmersos en el drama juvenil sobrenatural del momento: “Luna Nueva”, la segunda entrega de la sustanciosa saga “Crepúsculo”.
El film nos muestra a una desesperada Kristen Stewart (en el papel de Bella Swan), que pasa gran parte de la proyección lanzando alaridos y llorando por las esquinas, tras el heroico abandono por parte de su novio, el vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson). Y todo, por supuesto, para salvar la vida de la joven. Durante los meses que transcurren desde su separación, Bella busca consuelo en su musculoso amigo Jacob Black (Taylor Lautner), el cual descubre ser un hombre lobo destinado, junto a su tribu, a proteger al mundo de los vampiros. Esta situación coloca a Bella entre dos frentes, viéndose obligada a escoger, al fin, a su amado vampiro. Al menos de momento…
La tan esperada producción comenzó a rodarse el 23 de Marzo del 2009 a manos de una nueva dirección. Debido al corto espacio de tiempo en que debía realizase el proyecto, así como por diferencia de puntos de vista con la compañía, como es el escaso presupuesto del que se disponía, Catherine Hardwicke (directora de “Crepúsculo”) rechazó la dirección de “Luna Nueva”. Se contrató a Chris Weitz (“La Brújula Dorada”), quien asumió entusiasmado la responsabilidad y el cual se ha encargado recientemente del no tan exitoso film “El circo de los extraños”, que irónicamente incluye también vampiros en el desarrollo de su historia. Al parecer, el abandono por parte de la anterior directora en lo que a la saga se refiere, llevó consigo una oleada de vítores por parte de sus colaboradores, quienes recuerdan los meses de trabajo junto a Catherine como una pesadilla.
El rodaje tuvo su fin a finales de Mayo de este mismo año, debiéndose la fugacidad del trabajo a la necesidad de la compañía por mantener la juventud de los actores protagonistas, así como por explotar rápidamente el éxito de un fenómeno que podría ser efímero en comparación con otras sagas como “Harry Potter”, cuyo éxito no atiende a una fiebre pasajera. Las cifras confirman la rentabilidad del proyecto, recaudándose 26,3 millones de dólares durante el estreno del film, que se proyectó en 3514 salas el 20 de Noviembre de 2009.
Por este mismo motivo, volveremos a ver en pantalla a estos ídolos juveniles en poco más de medio año. Exactamente, el 30 de Junio del 2010, con el estreno de “Eclipse”. Esta vez de la mano del director David Slade, responsable de la ingeniosa e impactante “Hard Candy” y de la de nuevo vampírica “30 días de oscuridad”, el cual aceptó el proyecto tras afirmar Chris Weitz que, pese a que le gustaría volver a participar en la saga, necesitaba un descanso tras la realización de “Luna Nueva”. No obstante, la tercera entrega no contara con la presencia de Rachel Lefevre (Victoria) encarnando a la vampira que se deshace en deseos de eliminar del mapa a la novia de Edward. La joven actriz manifestó su indignación al enterarse de que sería sustituida por Bryce Dallas Howard, decisión que tomó la productora Summit Enterntainment aludiendo a conflictos en su agenda profesional que impedirían a Rachel filmar “Eclipse”, lo cual fue desmentido por la actriz.
Pese a la ilusión de responsabilizarse del film manifestada por Chris Weitz en una carta que él mismo envió a los fans de la saga, el anuncio que éste realizo acerca de sus planes se sustituír al actor que encarna a Jacob por otro que presentara un aspecto menos enclenque, no fue acogido con ningún entusiasmo por las seguidoras del joven actor. Así pues, el hecho de que Taylor Lautner exhiba esos desarrollados músculos en la gran pantalla se debe más a un acuerdo con la dirección para perpetrar su presencia en los films que al culto por su propio cuerpo.
Por esto no son de extrañar las declaraciones de Weitz, quien bromea “¡Estoy hecho un manojo de nervios! Espero no morir despedazado a manos de una horda de adolescentes decepcionados”.