Reportaje: «Elige tu propia aventura». Se prepara una película
Con Warner y Disney explotando al máximo sus respectivas franquicias de superhéroes, era cuestión de tiempo que la 20th Century Fox encontrase un nuevo filón para explotar con sus películas. La elección parece ser la mítica saga de novelas interactivas Elige tu propia aventura.
En España recordamos con nostalgia aquellos añorados años noventa cuando nuestros Amstrad y Spectrums echaban humo después de varias horas de jugar a las aventuras gráfico-conversacionales, en las que había que resolver todo tipo de puzzles para lo cual contábamos con la única ayuda de las descripciones del texto de la historia y aquellos esquemáticos gráficos de 8 bits. Se trataba del ocaso de un género que comenzara a finales de los años setenta y que fue relegado paulatinamente por otro tipo de videojuegos más espectaculares.
La versión literaria de estos videojuegos (que hoy en día, probablemente, ningún niño querría jugar), llegó a nuestras estanterías de la mano de la editorial Timun Mas, con aquellas novelillas interactivas de inconfundible lomo rojo. En la portada se dejaba bien claro que era posible guiar al protagonista de la historia a través de la trama hasta alcanzar un final que podía ser la consecución del objetivo, el fracaso o incluso la muerte. Lo cierto es que aquella serie fue responsable de que muchos niños y no tan niños a los que no les gustaba la lectura empezasen a adoptar ese saludable hábito.
La historia, narrada en segunda persona, estaba contada de tal manera que el lector se sumergía en la lectura y se sentía partícipe de ella. Solía haber un trasfondo didáctico en ellas, premiando las decisiones prudentes o éticamente correctas para llegar a buen fin. No obstante, a medida que la serie avanzó se introdujeron elementos nuevos, como bucles sin fin que nos obligaban a interrumpir la lectura y volver a empezar para no volvernos locos. En una novela, Ovni 54-40, el objetivo de viajar a un planeta paradisíaco solamente se podía alcanzar haciendo trampa (leyendo las páginas aleatoriamente hasta encontrarlo), tras lo cual se felicitaba al lector por haber sido capaz de deducir la única solución posible al rompecabezas.
Sus creadores, Edward Packard y R. A. Montgomery, desarrollaron una colección de 180 títulos durante los años ochenta y noventa, de los cuales se vendieron más de 250 millones de copias en todo el mundo. Con el tiempo, contrataron a más escritores para satisfacer la demanda del mercado y variaron la saga en distintos sellos temáticos: para los más pequeños, de aventuras en el espacio, de superhéroes y del joven Indiana Jones.
Paralelamente, otros editores se sumaron a la corriente y en las librerías empezaron a proliferar las versiones de historias ambientadas en los mundos de Dungeons and Dragons, cuyos derechos para España también adquirió Timun Mas, que contaron con autores tan famosos como Margareth Weis (coautora de la saga Dragonlance).
Más tarde aparecieron otros libros interactivos que introdujeron la novedad de que para jugar se necesitaba dos dados y una ficha de personaje, incluida en la novela, en la que teníamos que apuntar los objetos que se iban incorporando al inventario del héroe y una serie de modificadores como las que se usaban en los juegos de rol (destreza, fuerza, agilidad…). Ediciones Altea publicó los libros originales de Ian Livingstone (El bosque tenebroso, Laberinto mortal) y Forum hizo lo propio con una serie de adaptaciones de personajes de Marvel que hoy en día se han convertido en una codiciada pieza de coleccionista (Capitán América, Lobezno, La Patrulla-X, Spiderman en dos ocasiones, La Cosa, Daredevil y Doctor Extraño fueron los protagonistas). La editorial Plaza y Janés hizo lo propio con La saga del cruzado, en la que el mítico personaje Preste Juan recorría distintos lugares misteriosos de la Antigüedad (Babilonia, Egipto, Persia, África…) para vivir sus aventuras.
¿Qué podemos esperar de la adaptación cinematográfica de esta serie de novelas? Lo que no parece probable es que vayamos a ver una adaptación exacta de alguno de los títulos que la componen, pues la pareja de autores se separó y cada uno se quedó con una parte del pastel: Packard con los derechos de la mayoría de las novelas y Montgomery con el nombre de la marca. Se sabe que, de los dos, solamente Montgomery está relacionado con el proyecto de la Fox, lo cual nos hace pensar que el elemento con el que se va a jugar tendrá más que ver con el espíritu de la colección que con su contenido.
Según la Fox, su propósito es fundar una franquicia para su explotación en varias plataformas. Así, no sería descabellado pensar que veremos videojuegos, películas e incluso nuevas novelas relacionadas con la marca. También se ha dejado entrever que se plantea la posibilidad de convertir la película en una experiencia interactiva, lo cual no es totalmente nuevo, pero sí interesante. No olvidemos que la tecnología 3-D era ya utilizada en los años cincuenta, pero no ha sido hasta hace poco que se ha explotado de manera extensiva. ¿Estaremos ante una nueva forma de ver cine? ¿Se nos proporcionará al entrar en la sala un mando a distancia para votar qué acción tomará el protagonista en la siguiente escena? El tiempo lo dirá… Y nosotros esperamos estar ahí para contarlo.