“Apartamento en venta” es el nuevo y brillante espectáculo teatral de Ángel Lucas tras sus celebradas incursiones en la parodia cinematográfica que constituyeron sus Stop Staffs 1 y 2, mano a mano con la colaboración inestimable de Maribel Casany.
Se trata de una obra en cuatro actos, en la que cada uno de ellos constituye un episodio independiente, cuyo nexo común con el resto es el escenario en el que se desarrolla: un apartamento por el que van pasando diversos y variopintos inquilinos. Esta estructura da mucho juego para poder explorar diferentes variantes de la comedia: el screwball, la sitcom (cuyo referente más directo y conseguido sería la serie Friends), el slapstick, la comedia romántica, la friki, la de adolescentes, y hasta la musical; bebiendo de diferentes fuentes con total naturalidad, sin resultar un conjunto deslavazado, sino que se acaban integrando todos estos ingredientes en un cocktail, que como las sibaritas preferencias del sofisticado agente Bond, se sirve bien mezclado, y no agitado, sin más.
Mención aparte merece el apartado actoral, dadas las características de esta obra, puesto que cada uno de los actuantes ha de interpretar a varios personajes, a veces incluso dentro del mismo episodio, con la enorme dificultad que eso entraña. Algo de lo que salen todos totalmente airosos, brillando a gran altura, y demostrando una gran versatilidad y vis cómica. Por señalar sólo un aspecto de cada uno ellos, destacaría el poderoso dominio del escenario de Paula Rego (aún más, teniendo en cuenta que es su debut teatral), la asombrosa capacidad camaleónica de Luz García, la gran energía interpretativa de Juanjo Grau; y la naturalidad y el timing cómico de Ángel Lucas, que además de ser el autor y de estar presente como actor durante toda la obra, se encarga también de la dirección.
En definitiva, nos encontramos ante un artefacto humorístico de engranajes bien ensamblados y engrasados para conseguir totalmente el objetivo que pretende: divertirnos y hacernos olvidar nuestros problemas a lo largo de una hora y cuarto de duración, que se hace corta… ¿Qué más se puede pedir en los tiempos que corren que lograr el escapismo de uno mismo?
Esta obra se encuentra actualmente todavía en cartel en la Sala Carolina, los días 7, 8 y 9 de junio
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