La distopía del mes (XXIX): La carretera
La carretera (The road, 2009) es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Cormac McCarthy. Protagonizada por Viggo Mortensen, relata la lucha por la supervivencia de un padre y un hijo en un mundo postapocalíptico donde el peligro acecha a la vuelta de cada esquina.
El director
John Hillcoat es un director australiano, responsable de La carretera, además de otras obras como Sin ley (Lawless, 2012) o La propuesta (The Proposition, 2005), así como de numerosos videoclips musicales. Ha demostrado ser un director de cine competente, aunque la crítica se muestra unánime en afirmar que no siempre sabe exprimir del todo las buenas historias. Actualmente se encuentra preparando su última película, Triple 9, con Casey Affleck, Kate Winslet y Woody Harrelson entre el reparto.
La trama
El mundo tal y como lo conocemos ha dejado de existir. Los animales y las plantas han muerto, así como la mayoría de los seres humanos. Los supervivientes comparten un destino cruel, sin comida ni hogar, y muchos de ellos han sucumbido al canibalismo. En este entorno extremadamente hostil, un hombre cuida de su hijo y procura que adquiera las herramientas necesarias para poder sobrevivir por sí mismo.
La distopía
La Tierra se ha vuelto hostil. Los recursos naturales son extremadamente escasos, y esto hace que los supervivientes del incidente que ha provocado esta situación se mueran de hambre, llevando al extremo a la raza humana. Se pierde cualquier tipo de civismo, llegando incluso al canibalismo. En La carretera se cumple el dicho que el ser humano puede llegar a ser su propio enemigo. Es por ello que la paranoia y la desconfianza introducen una semilla de locura en cada superviviente. Depende de cada uno si dejarla desarrollarse o mantenerla a raya.
Una de las cosas más llamativas de La carretera es el hecho de que no aclara del todo el motivo de cómo se ha llegado a crear este mundo absolutamente destrozado, sino que se centra en describir cómo es actualmente. Este detalle es extremadamente importante, ya que centra la mirada del espectador más hacia el futuro que al pasado. De este modo, una de las ideas centrales de La carretera es la mirada desesperanzada hacia el futuro. El miedo, el hambre o el frío están presentes la mayor parte del día a día en mayor o menor medida. ¿Merece la pena vivir cuando no hay esperanza? ¿O debemos seguir adelante para mantenernos vivos en la búsqueda de una situación mejor?
La crítica
La carretera comienza con unas imágenes de felicidad, vitalidad y libertad para traernos bruscamente a la realidad: una paisaje muerto y desolado es la tierra ahora. Los planos de estos paisajes, con el esqueleto de lo que era la civilización, son realmente impresionantes.
El apartado más sobresaliente de la película es, sin duda, la fotografía. Javier Aguirresarobe, veterano director de fotografía español, consigue crear una imagen excepcional. La impresionante calidad de los detalles revela la suciedad que impregna hasta la piel de los protagonistas. Los colores ocres y grises son absolutamente predominantes, generando una atmósfera particularmente opresiva, tan oportuna que forma parte de la trama sin ser nombrada.
La historia de La carretera puede contarse de infinidad de formas, pero Hillcoat elige una visión más calmada, más estática y pausada. Lo que se puede interpretar como una dirección lenta es en realidad una profunda reflexión sobre la supervivencia, el bien y el mal o la insignificancia del ser humano, según el caso. Sin embargo, durante el metraje existen varios momentos de elevada tensión, que Hillcoat resuelve excepcionalmente, demostrando que es capaz de manejarse en las escenas de acción con tanto acierto como en los momentos más contemplativos.
La banda sonora, que recae en Nick Cave y Warren Ellis, es excepcional. Cuando las imágenes pueden resultar demasiado distantes, la música despliega toda su sensibilidad para remover al espectador. Piano, violines e instrumentos de cuerda inundan los oídos para acompañar la devastación que aparece en la pantalla.
Viggo Mortensen, conocido por películas como Una historia de violencia (A History of Violence, 2005) o por encarnar a Aragorn en la trilogía de El Señor de los Anillos es el protagonista de La carretera. Es muy probable que en esta película, Mortensen haya logrado su mejor actuación. El estilo de dirección que hemos comentado con anterioridad hace que la interpretación tenga un papel esencial, recayendo sobre sus hombros gran parte de la credibilidad de la película. El actor neoyorkino supera el reto con holgura, convirtiéndose así en uno de los principales pilares de La carretera.
Estamos ante una película que presenta gran disparidad en las críticas, por ese motivo lo mejor es que cada uno la juzgue después de verla. Quien piense que estamos ante una película de terror, la afronta con un punto de vista erróneo. La carretera es una película profunda, con un planteamiento filosófico excepcional, y que no deja indiferente al espectador. Estamos ante una de las distopías más desnudas y crueles que se han llevado a la gran pantalla, que además de goza de elementos ciertamente excepcionales, lo que hace que sea (casi) obligatorio disfrutarla.