La distopía del mes (XXII): La Antena
La Antena es una película argentina rodada en 2007. Película silente y en blanco y negro, construye una fábula en la que una ciudad ha perdido la capacidad de hablar, aunque no de comunicarse. La Antena ha ganado numerosos premios internacionales, especialmente en el apartado de edición cinematográfica.
El director
Esteban Sapir, nacido en Buenos Aires, es el director y guionista de La Antena. Su ópera prima, Picado Fino (1996), también fue rodada en blanco y negro, y recibió una buena acogida de público y crítica. Ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la dirección de fotografía, por lo que es uno de los elementos más cuidados y trabajados en su filmografía como director.
La trama
Mr. TV ha robado la voz a los habitantes de la cuidad, mientras transmite a través de la televisión una señal hipnótica que mantiene a los ciudadanos consumiendo su alimento y sus transmisiones, en un macabro ciclo sin fin. Una familia está dispuesta a arriesgarlo todo con el objetivo de revertir la situación y devolver la normalidad a la ciudad.
La distopía
Esta distopía se sitúa en un futuro indeterminado, cuando la gente ya se ha acostumbrado a no poseer voz. Sin embargo, no se ha perdido la comunicación, ya que las palabras continúan teniendo todo su poder. Esta distopía es un cuento, una fábula que no busca una base científica o realista para su desarrollo; de hecho, tampoco la necesita. Si lo hiciera, perdería gran parte de su encanto.
La crítica
La película comienza con una máquina de escribir y unos dedos, que, presionando sobre sus teclas, explican al espectador la situación. Desde los primeros fotogramas, se intuye la influencia del surrealismo y el expresionismo alemán que se hace más evidente a medida que avanza el metraje. Al tratarse de una película silente, se reproducen los mensajes mediante subtítulos poco convencionales, que se mezclan e interactúan con a acción o incluso forman parte de ella. Un gran acierto de Sapir.
La fotografía es uno de los puntos clave de la película, no en vano (como hemos dicho anteriormente), Sapir tiene en la dirección de fotografía su mayor desarrollo profesional. El blanco y negro es vibrante, dotando a la película de mayor dinamismo. Los decorados, el vestuario y el diseño artístico es admirable. A pesar de las evidentes referencias hacia el estilo de los años 40, introduce elementos muy novedosos y futuristas, logrando que se integren a la perfección en un universo extremadamente particular.
Los actores tienen una mayor experiencia en el mundo de la televisión (algo bastante irónico, dado que este medio es el elemento dominante en el argumento de La Antena) que en el cine. Todos realizan un trabajo correcto, imitando la exagerada forma de actuar de los intérpretes del cine más clásico. A pesar se ser algo bastante arriesgado, la teatralidad expresada encaja con naturalidad en la película.
La música es sublime. No sólo ayuda y apoya el metraje. Como en el cine clásico, enfatiza las emociones y sirve de catalizador de la acción. Es más, en La Antena, la música tiene momentos de protagonismo absoluto. Además, es necesario remarcar su belleza, su sensibilidad y su pertinencia. Las acciones de la película son acompañadas por la música y ésta marca el ritmo, convirtiendo todo movimiento en una genial coreografía capaz de hipnotizar al espectador.
Las técnicas cinematográficas utilizadas se erigen como un excepcional homenaje al cine clásico, especialmente a Fritz Lang y su Metrópolis (1927), a quien dedica continuas referencias. Aunque imita técnicas presentes en los primeros años del cine, también se intercalan otras más modernas, como la animación, el stop-motion o los efectos especiales generados por ordenador. Todo ello consigue construir una amalgama de recursos cinematográficos muy particular, y que funciona sorprendentemente bien. El montaje, por su parte, es el punto más fuerte de la película, dotándola de un ritmo absolutamente imparable, y que suaviza un evidente exceso de metraje.
En definitiva, estamos ante una obra única, absolutamente recomendable; La Antena es una fábula de ciencia ficción que hará las delicias de todos los amantes del cine más clásico.