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La vigilia de Poe
La vigilia de Poe es una tradición con treinta años de solera. Todo empezó cuando, en 1978, Jeff Jerome, el encargado de vigilar y cuidar la casa museo de Poe en Baltimore, Maryland, decidió salir a esperar al extraño personaje que, en el aniversario de la muerte del autor, acude por la noche a visitar su tumba.
Le llaman el Poe Toaster, y acude en las primeras horas de la madrugada del 19 de enero. Y esto lo ha hecho todos los años desde 1930. Siempre aparece vestido de negro, con sombrero y una bufanda blanca, y consigo trae tres rosas y media botella de cognac, que deposita junto a la tumba de Poe. Después de eso, suele servirse un vaso y brindar por el autor, de ahí su mote (toast en inglés, además de tostada, significa brindar). Según algunos, Poe Toaster es un personaje que ha pasado de padre a hijo, continuando éste las visitas.
El año 78 Jerome salió a esperar al Toaster. Luego fue llamando, poco a poco, a seguidores del escritor, hasta que esa vigilia de la tradición se convirtió a su vez en costumbre. Y así ha sido desde entonces… hasta 2010. Ese año, el misterioso desconocido no apareció por ningún sitio. Muchos lo achacaron a algún motivo puntual, asegurando que al año siguiente volvería por allí. Pero no, que va, en 2011 tampoco fue el Poe Toaster. La gente comenzó a especular, los imitadores baratos aparecieron como setas y Jeff se temió lo peor.
Y por el momento no tenemos motivos para llevarle la contraria, pues este año tampoco ha visitado la tumba de Edgar Allan Poe. Jerome afirmó que la tradición se había acabado por completo y no cree que se pueda volver a retomar de la misma manera. El tributo de rosas y el cognac siguen apareciendo allí, dejadas por seguidores incondicionales del autor que acuden a rendirle homenaje. Sin embargo, no se ha vuelto a saber nada del Toaster. Algunos dicen que está enfermo, otros que se ha ido de Baltimore, y, los más, que ha muerto. ¿Qué habrá sido de él?