La distopía del mes (XXXII): Ghost in the Shell 2.0
Ghost in the Shell es un manga de ciencia ficción creado por Masamune Shirow. El éxito de Ghost in the Shell ha permitido que la historia se fuera desarrollando con 3 colecciones de manga, dos largometrajes, tres viedojuegos y tres series de televisión. Además, en 2017 está previsto el estreno de un largometraje de imagen real protagonizado por Scarlett Johansson.
Ghost in the Shell 2.0 (2008) es una revisión de la película original de 1995. En esta versión se incluyen escenas eliminadas, así como secuencias de animación CGI que sustituyen a las originales. Parte de la justificación de esta revisión se halla en la búsqueda de una estética común para todo el universo de Ghost in the Shell.
El director
Mamoru Oshii es un director de cine y escritor, conocido especialmente por dirigir animes como Ghost in the Shell (1995), Ghost in the Shell II: Innocence (2005) o películas de imagen real como Avalon (2001). Director recurrente en el Festival de Sitges, posee una forma de dirigir pausada, reflexiva, casi hipnótica, lo que destierra el mito de que una dirección calmada es aburrida. Tras su éxito más internacional, Ghost in the Shell, Oshii se ha dedicado a crear y explorar diversos mundos distópicos y futuristas, con una clara predilección hacia el cyberpunk.
La trama
Año 2029. Motoko Kusanagi es una policía que trabaja en una gran ciudad asiática. Esta mujer es una cyborg policía encargada de detener las actividades de un peligroso criminal llamado El Titiritero.
La distopía
Los avances tecnológicos han comenzado a formar parte del ser humano. Literalmente. Mediante la biotecnología se han modificado las capacidades de los seres humanos hasta tal punto que son casi más máquinas que personas. Los cerebros se pueden ampliar o piratear como si de discos duros informáticos se tratara. La línea entre humano y máquina parece más delgada que nunca. Sin embargo, la esencia del ser humano se intenta mantener. Pero, ¿qué es la esencia del ser humano? ¿Qué nos hace diferentes de una inteligencia artificial sofisticada?
En el mundo de Ghost in the Shell es difícil definir lo que es humano y lo que no, y durante la búsqueda de identidad de cada individuo pueden encontrarse respuestas poco satisfactorias. ¿Sabríamos diferenciar una conciencia humana de una virtual?
La crítica
Ghost in the Shell comienza con unas letras luminosas cayendo sobre un fondo negro, a la vez que una voz en off pone en situación al espectador. Ghost in the Shell 2.0 abre con animación C.G.I., y la vuelta a la animación tradicional en la siguiente secuencia es más natural de lo que pueda parecer en un primer momento. A lo largo de todo el metraje se intercalarán diversos efectos digitales, de distinta naturaleza, pero tan bien ensamblados que no se cuestiona su efectividad, más bien todo lo contrario; resulta estimulante el aprovechamiento de los puntos fuertes de las diversas técnicas con el fin de mejorar el producto final.
Los colores dorados de Ghost in the Shell 2.0 inundan la pantalla – sustituyendo a los verdosos de la versión de 1995 – , diferenciándose de este modo de la fotografía más utilizada en el estilo cyberpunk (azules y verdes), creando un rasgo único. Las luces son intensas, y los colores apagados. Este juego de luces y sombras es esencial para las escenas de acción, dotándolas de mayor dinamismo y atractivo.
Blade Runner (1982), es, sin duda, una inspiración para la ciudad de Ghost in the Shell. Sin embargo, no es tan viva como aquélla. El marco estético es similar, pero su significado es radicalmente distinto: todo es menos humano. Durante el metraje , se presentan distintos rincones de la ciudad, exhibiendo un diseño de decorados espectacular, pero la ciudad no se presenta formalmente hasta bien avanzada la trama. La inquietante música acompaña un recorrido por sus calles, creando una de las secuencias más bellas de toda la película. La sublime decadencia de la ciudad es pura poesía.
Algunas de las ideas de Ghost in the Shell, en mayor o menor grado, aparecen en películas como Matrix (The Matrix, 1999), Origen (Inception, 2010) o Westworld, almas de metal (Westworld, 1973), una de las primeras distopías del mes de Hello Friki. Sin embargo, a Ghost in the Shell se la debe mirar con mayor profundidad, sin quedarse en la mera anécdota . Lejos de tramas criminales, intrigas políticas, héroes o villanos, el tema central de la película es la búsqueda de la propia identidad, el tema universal y eterno acerca de qué es lo que nos hace realmente humanos. Una película para reflexionar, dejarse sorprender y – sobre todo- DISFRUTAR. Si, con mayúsculas.