La distopía del mes (III): La fuga de Logan
La Fuga de Logan, dirigida por Michael Anderson, y protagonizada por Michael York, es una adaptación de la novela original de William F. Nolan y George Clayton Johnson.
El director
La película que catapultó a la fama a este director fue la adaptación de la novela de Julio Verne La vuelta al mundo en 80 días en 1956. No en vano,consiguió la nominación al Oscar a la mejor dirección. Sin embargo, el resto de películas que realizó no estuvieron a la altura de la anterior. Una de sus películas más conocidas, aparte de la que nos ocupa, es Las sandalias del pescador (The Shoes of the Fisherman, 1968), protagonizada por Anthony Quinn, que ganó el Globo de Oro a mejor película en 1969.
La trama
Año 2274. Una pequeña parte de la humanidad sobrevive en una ciudad aislada del mundo, que sufre las consecuencias de un holocausto nuclear. Los habitantes de la ciudad se someten a un sistema controlado por una computadora inteligente, que evita la superpoblación, estableciendo un equilibrio entre nacimientos y muertes.Los nacimientos no son naturales, sino que se recurre a la clonación. Las muertes se producen a los 30 años de vida, a través de un ritual suicida llamado «El Carrusel». No todas las personas están de acuerdo con el sistema, y algunas pretenden vivir más de 30 años en un idílico refugio llamado «El Santuario». Los rebeldes son perseguidos por los Vigilantes, el cuerpo de seguridad encargado de mantener el orden en el sistema. Al Vigilante Logan 5 se le asigna una misión de extrema importancia: descubrir «El Santuario» y destruirlo. Sin embargo, en su investigación, Logan irá descubriendo diferentes puntos de vista que le harán recapacitar y comenzar a dudar del sistema que siempre ha defendido.
La distopía
Se trata de una distopía a varios niveles: es una distopía socio-política (por el cruel sistema implantado en la ciudad), y post-apocalíptica, ya que, en el exterior (fuera de la ciudad), las condiciones tras el holocausto nuclear hacen de la Tierra algo completamente inhabitables. Como se puede comprobar la historia es muy rica en ideas filosóficas.
El holocausto nuclear es un tema recurrente en cine y televisión. Hay diversos ejemplos como Cuando el viento sopla (When the Wind Blows, 1986) o La hora final (On the Beach, 1959). Por otro lado, el sistema que tiene la «ciudad inteligente» para prevenir la superpoblación elimina a los jóvenes a la edad de 30 años para sustituirlos por clones. En primer lugar, en el hecho de establecer una edad límite de vida a los ciudadanos puede subyacer un rechazo hacia los seres humanos adultos. Esto bien podría ser una medida de seguridad del sistema para evitar que seres humanos maduros puedan plantearse la conveniencia del sistema, aprovechándose así de la inexperiencia de los jóvenes.En segundo lugar, está el controvertido tema de la clonación humana, que en esta historia se utiliza como mecanismo de control de natalidad, garantizando la estabilidad. Estas dos situaciones hacen de la ciudad una sociedad aparentemente controlada por la ciencia, donde reina la lógica matemática por encima de los sentimientos de las personas.
Ahora bien, ¿es esto factible? Con respecto al holocausto nuclear, existen en la actualidad varios países que poseen armas de este tipo, las cuales podrían ser utilizadas durante una guerra. La irresponsabilidad de un líder podría llevar a la catástrofe, ya que cabe la posibilidad de que pulse «el botón rojo» sin tener en cuenta las consecuencias que puede desatar. Por su parte, la clonación es un tema relativamente conocido, gracias a la famosa oveja Dolly. Ya se han realizado experimentos con células y embriones humanos, de modo que no estamos ante ciencia-ficción; es parte de la realidad. Por último, el tema de la superpoblación es explorado en películas como Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973). Los estudios demográficos afirman que en 2050 habrá sobre la Tierra 10.000 millones de personas, 3.000 millones más que en 2011. El aumento de la esperanza de vida está entre los factores que favorecen este crecimiento, cabe pensar que una mente retorcida pueda encontrar en la reducción de la esperanza de vida una solución a la superpoblación. Quién sabe.
La crítica
La película comienza con un texto que introduce la situación, narrada por una voz en off. Una panorámica presenta la ciudad en la que viven los protagonistas. Los edificios plateados, brillantes y monocromáticos dan sensación de orden y lógica. La música de Jerry Goldsmith no tarda en aparecer, dando a la película un aire de ciencia-ficción muy particular, que mantendrá a lo largo del metraje. Goldsmith fue uno de los músicos más famosos durante los años 80 y 90, gracias a sus trabajos en películas como El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1967), Patton (1970) o La profecía (The Omen, 1976).
El estilo futurista está impregnado en los blancos y sintéticos decorados y en el vestuario de los actores. Ernest Laszlo, director de fotografía, consigue plasmar en la pantalla unos colores muy particulares a través de un magnífico uso de la luz que le valió la nominación al Oscar. Los ciudadanos visten túnicas de color verde o azul, mientras los vigilantes llevan un uniforme negro cruzado por una banda gris en el pecho, que resalta su formalidad. Su uniforme va acorde con su dura actitud, que resulta intimidatoria para los ciudadanos.
El Vigilante protagonista, Logan 5, es encarnado por Michael York, conocido por su papel en Cabaret (1972). Su interpretación es muy acertada, y es capaz de ir transformando a su personaje, «humanizándolo», a medida que avanza la historia.
Como aspecto negativo, es necesario resaltar algunos fallos de montaje que hace que, en momentos decisivos, se pierda fluidez y se genere confusión en el espectador.
La película no llega a la calidad de la novela. De hecho, es más una versión libre que una adaptación, ya que hay numerosos e importantes cambios. Existen numerosas incógnitas sin despejar, y se simplifica la historia original hasta límites en los que se pierde la esencia de la misma.
Esta película no tiene el privilegio de haber envejecido bien con el paso de los años, pero, con todo, es muy recomendable. Es todo un clásico del género que no merece ser olvidado.