Crónica: EXPOCÓMIC 2014
La cita este año al igual que la pasada edición tuvo lugar en el Pabellón de Cristal, cosa que se agradece, máxime con el considerable número de stands y departamentos que aglutina el evento. Sí es cierto que el año pasado contamos con la apertura de la primera planta, al contrario que esta, pero también es verdad que las editoriales nacionales sobre comics más poderosas decidieron no acudir. Quizá el volumen de puntos de ventas era inferior y ello motivó que contáramos con una única superficie, o que acotaron el espacio para emisoras de radio, ya sean amateurs o profesionales, o sencillamente que hubo pocas peticiones a este respecto. En cualquier caso, y es lo que importa, la accesibilidad a los diversos puntos de interés de la presente edición era perfecta.
Quien suscribe estuvo en la totalidad del horario del sábado y la mitad del domingo, y comprobado la numerosa concentración de personas el sábado tarde (hora punta en este tipo de eventos) no hay comparación con las instalaciones de otros años, que prácticamente hacía imposible el paso. Entiendo que a lo largo de los años los responsables han tomado buena nota, y es que cada vez más gente está interesada en nuestro evento (el que escribe es madrileño). Por fin podemos contar con una plena consolidación del concepto Expocomic para los interesados no habituales.
En cuanto a las distintas parcelas del evento: puestos, exposiciones, actividades, talleres, etc., es de significar que hay para todos los gustos. Desde las tiendas que venden directamente novedades o en formatos para grandes superficies, hasta las clásicas con material de segunda mano y venidas de distintos puntos geográficos del territorio nacional. En lo personal, y visto el considerable número de tiendas especializadas que contiene material actual y atrasados de corto plazo en la Capital, supone un acontecimiento concentrar en tan poco espacio tanto material atrasado antiguo. Y en lo personal es ahí donde muerdo el anzuelo. Y eso que aquí quedan algunas tiendas de segunda mano, pero ni de lejos como antaño. Ni de lejos.
En relación con el resto de posibilidades que ofrece el evento, es de significar el escenario. Muy alejado de los puestos con la consecuencia lógica que no molesta a nadie. Sin perjuicio de que los horarios musicales estaban bien escogidos y no eran perennes. Coincidirá con esto el clásico sistema de mesas plegables donde los aficionados se disponen a echar partidas de rol, Hero Clix y demás. Con la correspondiente zona para las academias de dibujo es un gusto comprobar con que pasión los dibujantes de forma incasable ilustran lo que consideran oportuno. Y todo ello debidamente separado del grueso comiquero. Y es de agradecer la separación de los ámbitos, comparado con espacios anteriores, no hay color.
En los laterales nos encontramos con las exposiciones. En mi caso ha sido un alucine ver originales de importantes firmas como Alfonso Azpiri, Nacho Arranz, Jordi Bernet, Cels Piñol o David Rubín, entre muchos otros homenajeando los 80 años de existencia de un personaje tan querido como Flash Gordon. Y sin desmerecer las fabulosas planchas de los jóvenes creadores que han participado en el concurso con motivo del 80 aniversario de Flash Gordon.
Sumamente interesante la recopilación histórica de distintos hitos desde la República hasta la actualidad realizados por autoras españolas, tomando nota de su tremendo talento en el Ciclo Mujeres de tinta, ellas en el comic. Como interesante ha sido comprobar el recorrido intelectual de la autora madrileña Teresa Valero con una combinación asombrosa de animación, ilustración y comic, con un uso del color extraordinario. Sobre la autoría y para conocer su trayectoria decir que en animación realizó tareas en series como Tintín, Pantera Rosa o Corto Maltés, en películas como Astérix en América y Astérix y los Vikingos, y en cómic obras como Sorcelleries (2008) con Juanjo Guarnido (Blacksad).
En cuanto a las áreas donde más interactúan los aficionados, que decir, el cosplay. La verdad es que hay reconocer la dedicación de los aficionados en este particular. Absolutamente maravilloso ver a una Patrulla X que ya quisieran los estudios cinematográficos, codearme con Iron Man y ver a cierto trepamuros por la zona codo con codo con tanto Batman transitando por los pasillos. Qué decir de los desfiles de personajes del universo Tolkien, de manga y de anime. Sabiendo la importancia del fenómeno, la organización no se ha quedado atrás y les dedicó un espacio para alternar fondos fotográficos de ficción encajando con el distinto y exclusivo uniforme y personaje. Y hay imágenes espectaculares, por ejemplo, un Flash en modo velocidad impactante.
Por último, las firmas de los autores. Decir que el año pasado se permitió en la primera planta dedicar a grandes profesionales la sucesión de firmas directamente para el evento en sí, al margen de las propias de las editoriales. Este año las firmas más conocidas se han sucedido en los distintos puntos de venta con los autores que han firmado obras en las distintas editoriales. Los calidad de estas se puede comprobar en la página web, pero si decimos que Paco Roca, Salvador Larroca, Alfonso Azpiri, Gene Ha, David Rubín, Juan Díaz Canales son las principales nos estaremos equivocando y mucho.
En definitiva, un Expocomic muy ordenado y accesible, con mucho material para todo tipo de aficionados y coleccionistas, con la posibilidad de reencontrarse con los libreros con los que uno ha mantenido contacto a lo largo de los años y para ver in person autores que nos han acompañado en nuestras estupendas lecturas. Y lo más importante, la posibilidad de sumergirnos en lo que nos mola, mantener tertulias sobre nuestras aficiones y respirar comic por los cuatro costados.