Críticas de cine

Crítica: The Karate Kid

Resumen de la Crítica

Valoración

Valoración de los Usuarios Be the first one !
Uno de los remakes más esperados del año ha sido sin duda la adaptación del film norteamericano dirigido en 1984 por John G. Avildsen: Karate Kid. 
 
Sustituyendo esta vez al director por Harald Zwart (cuyo nombre hasta ahora sólo podemos vincular a unas cuantas comedias que han pasado con más pena que gloria) y al pequeño actor italo-estadounidense, Ralph Macchio, por el hijo del mismísimo Will Smith.
 
Y así, con papi y mami (Jada Pinkett Smith) como productores de la nueva adaptación de este clásico, Jaden Smith ha conseguido protagonizar el remake de semejante obra de culto, trabajar al lado de Jackie Chan e incluso salir (haciendo algo parecido a rapear) en un video musical del fenómeno preadolescente Justin Bieber. 
 
Todo un enchufazo.
 

 
Esta vez, la inversión monetaria de Will Smith pone a su retoño en la piel de Dre Parker, un popular muchacho de Detroit que se ve obligado a mudarse a China por el trabajo de su madre. Sin amigos, en un país desconocido y con un idioma que para él es extraño, Dre deberá soportar el maltrato de algunos de sus compañeros de colegio. Hasta que conozca al Sr. Han (Jackie Chan), el encargado del mantenimiento de su edificio, que se convertirá en su maestro de Kung-fu y en su mejor amigo.
 
Una bonita historia de integración y auto superación, que nos invita a seguir al protagonista a lo largo de su entrenamiento, acompañado por un Jackie Chan correcto en su papel (y nada más que correcto) y del descubrimiento Wen Wen Han, la pequeña y siempre sonriente (y cuando digo siempre, es siempre) amiga de Dre.

Y Jaden Smith…es, simplemente, el hijo de Will. El niño de dos estrellas de Hollywood que han pagado para ver a su retoño fruncir el ceño durante toda la película (en contraste absoluto con la artificial y continua sonrisa de su compañera de reparto, Han) y hacer muecas de dolor a cámara lenta. 
 
Un papel embadurnado de una heroicidad tan excesiva como la que ha estado desempeñando últimamente su padre en películas del estilo de “Siete Almas”, en la que muere a manos (o a aletas) de un pez luminoso.
 
No obstante, la mediocridad del reparto se ve compensada por una fotografía espectacular y una calidad visual en lo que a luchas respecta, por la que tan sólo ya merece ver la película.
 
Harald Zwart no habrá conseguido, de momento, que Jaden sea igual de respetado que su padre, pero sí que todos acabemos amando un poquito más las artes marciales.
 
 

Marta C. Catalán

Foto, vídeo y gestión cultural. Aprendiendo a gestionar vías de escape al aburrimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba