Crítica: «John Carter». Una película ¿De otro planeta?
Resumen de la Crítica
Valoración
¿Cómo consigues que un producto del que han derivado tantos otros a lo largo de los últimos 50 años -Star Wars, Star Trek, Avatar- brille con luz propia?
La respuesta a esta pregunta está en el film de la todopoderosa Disney, John Carter. Que dicha respuesta sea agradable o no ya es otro asunto. John Carter de Marte se titula la producción, si bien los resultados que está cosechando no son para nada "de otro mundo".
Un acierto seguido de una larga cadena de errores. Así podríamos clasificar esta superproducción de 250 millones de dólares, que se queda a medio camino entre la serie-B en que se encuadran muchos de los descendientes que han bebido de la novela original y la maravilla visual de éxitos recientes como el Avatar de Cameron.
Taylor Kitsch interpreta al protagonista que da nombre a la cinta, John Carter, un ex-combatiente de la guerra civil norteamericana que se ve teleportado a Marte y se cruza en una batalla decisiva por el destino del planeta. La exótica Lynn Collins se convierte para la ocasión en la princesa (marciana) Disney. Willem Dafoe aporta su voz y sus gestos al líder humanoide Tars Tarkas.
La fórmula original no era mala: Cojamos una novela con solera, como es "Una Princesa de Marte" de Edgar Rice Burroughs (sí, el mismísimo creador de Tarzán) y a un director experto que no tema a los CGI, por ejemplo Andrew Stanton, a la cabeza en el pasado de las producciones de Pixar, Nemo y Wall-E.
El producto final: Un film lento en su desarrollo, algo vacío argumentalmente e incluso risible en muchos momentos. Una película que tiene todo cuanto podría desear cualquier producción de ciencia ficción desarrollada en los últimos cincuenta años… excepto personalidad propia.
Quizás ese es el problema, la falta de carisma. Tal vez el mundo ha olvidado a Burroughs o desconoce a John Carter, el hombre que viajó desde el antiguo oeste al planeta rojo, Barsoom. Tal vez haría falta continuar la saga para ver esta película como una más que decente introducción al mundo marciano. La realidad es que John Carter adolece de la misma patología que han sufrido las últimas producciones "de acción real" de la casa del ratón Mickey. La Alicia de Tim Burton, Tron Legacy, El príncipe de Persia o las secuelas de "Piratas del Caribe". Impresionantes a nivel visual, escasas en contenido.
John Carter es esto. Un caramelo para los ojos con un muy débil desarrollo argumental. Caótica en cuanto a guión, su colorido y su riqueza visual son dignos de la casa de la que proceden (en ocasiones demasiado perfectos para una película que bien debería ser más oscura y/o sucia). Se nota la marca Pixar en más de una y dos secuencias. La esencia de Michael Giacchino también deja huella con una enérgica y casi omnipresente banda sonora.
Aún así, ¿es John Carter una película disfrutable? Lo es. Como de costumbre todo depende de las expectativas. Las novelas de Burroughs, bien su saga marciana, bien las del hombre mono, eran un género en sí mismo, romance y fantasía unidos. Eso lo tenemos en esta cinta. Romance, fantasía. ¿Aventura? La tenemos. A un ritmo a veces exasperantemente lento, pero la tenemos. ¿Un mundo digital exquisito? Ahí está también. ¿Qué todos esperábamos a un John más musculado, una Dejah Thoris más exuberante o un ambiente más bárbaro? Es posible, pero repito, es una cuestión de expectativas.
Para todo lo demás, la película cumple porque recordemos una cosa, un hecho inalterable: ahora, John Carter no es de Marte, es de Disney.