Crítica: «Intocable»

Anuncian Intocable como una de las mejores películas de la historia del cine francés y antes de verla me sonaba algo pretencioso, más aún teniendo en cuenta a la reciente The Artist, que sigue cosechando premios allá por donde pasa. De lo que no me cabe duda, ahora que la he visto, es que esta es una de las mejores películas que yo he visto últimamente, del cine francés, americano, iraní o español.

Escrita y dirigida por Eric Toledano y Olivier Nakache, está basada en un hecho real y en ella nos cuentan como dos personas muy distintas, situadas en los extremos opuestos de la sociedad, entablan una estrecha relación de amistad.

Phillippe, interpretado por Françoise Cluzet, es un multimillonario atado a una silla de ruedas por una tetraplejia. Esta dependencia le lleva a buscar a alguien que se ocupe de él las 24 horas. Omar, Sy Driss, es un tipo conflictivo de los suburbios, sin trabajo ni esperanza de salir de su estado de pobreza, está abocado a recurrir a la delincuencia y los servicios sociales como única manera de sobrevivir.
Los servicios públicos de empleo envían a Omar a casa de Phillippe para que realice la entrevista de trabajo. Y aunque Omar solo acude para que le firmen el parte y así seguir cobrando el subsidio, algo nace entre ambos: una extraña química que lleva a Phillippe a contratarlo y a Omar a aceptar el empleo.
La convivencia entre dos personas tan distintas da pie a múltiples escenas cómicas que son aprovechadas con maestría, con clase y con ingenio por parte de los directores.
Poco a poco, las distancias que los separan caen… mostrando que en realidad ni ellos ni las vidas que llevan son tan diferentes: uno, atrapado por su cuerpo y sus crueles limitaciones y, el otro, condenado a una existencia de carencias materiales y afectivas. Son, al fin y al cabo, dos seres solitarios e incomprendidos. Cada uno, a su manera, aprenderá a ver su reflejo en el otro y así superar sus propias limitaciones y disfrutar de lo que la vida les ofrece.

No es nada facil llevar una película así adelante sin caer en una producción menor, de esas que podemos ver un mediodía en TV, después de comer. La diferencia con uno de estos dramas caseros radica en varios factores: por un lado tenemos a dos actores excepcionales, metidos absolutamente en sus personajes y transmitiendo a las cámaras una realidad asombrosa. Ambos llevan el peso de la película de forma compartida sin solaparse, sin destacar uno más que otro, lo que contribuye a dar esa sensación de amistad que existe entre los personajes y que es la base y el motor de la historia. Por otro lado tenemos un guión sólido, trabajado, lleno de humor inteligente y respetuoso, pues utiliza la minusvalía de uno y la pobreza de otro para "quitar hierro" al drama y aprender a reirse siempre de uno mismo.

Mencionar también la música… piezas clásicas se suceden a música electrónica y disco, siendo reflejo de los mundos tan distintos en los que viven los protagonistas. Da esto un resultado curioso y original que llama la atención pero que no molesta, pues cada tema está situado en su momento justo y ayuda a reconocer la diferencia existente entre ambos personajes… y la semejanza que se evidencia entre ambos conforme avanza la trama.

Por buscar un defecto, quizá señalar que el ritmo de la película decae al final de la misma: la intensidad y el buen hacer de la película deja el listón tan alto que la trama decelera de forma evidente cuando se acerca el final… pero es un defecto menor eclipsado con un final entrañable.

Intocable es una auténtica lección de amistad y respeto que nos enseña a mirar de frente la vida… con decisión, sin complejos y, siempre, con una sonrisa.