Resumen de la Crítica
Valoración
Dirigida por el Director Islandés Baltasar Kormakur (Jar City o Inhale) apuesta esta vez por un thriller lleno de acción y sentimiento. Aunque el resultado final es francamente decepcionante.
Chris Farraday (Mark Wahlberg) es un contrabandista retirado que ahora trabaja en una modesta tienda de alarmas de seguridad. Cuando su cuñado Andy (Caleb Landry Jones) tiene un problema con un pez gordo del oscuro mundo de la droga llamado Tim Briggs (Giovanni Ribisi) Chris se ve obligado a retomar su antigua vida, con tal de salvar la vida de su cuñado y así saldar su deuda pendiente.
Hasta aquí todo perfecto, si no fuera porque la historia tal y como transcurre y se transmite a través de la pantalla resulta del todo inverosímil. Un guión bastante mediocre, lleno de errores y situaciones con desenlaces absurdos como el protagonizado por el pez gordo de la droga Tim Briggs que amenaza a la mujer de Chris Farraday, Kate Farraday, a punta de pistola amenazante de disparar a ella y sus pequeños cuando ella grita: "¡Vete de aquí y déjanos en paz!" y él se limita a mirarla, darse media vuelta como si se tratara de un robot e irse con el coche a toda velocidad. También hay situaciones peliagudas que siempre acaban favoreciendo a los protagonistas.
La cámara deja mucho que desear (y cuando digo mucho, es mucho) con bastantes planos desenfocados durante varios segundos, movimientos innecesarios y un total descontrol de la luz.
Los planos estilo "Esto es Miami" en el que un helicóptero sobrevuela la ciudad que se quiere presentar está excesivamente utilizado en esta película y al final se convierte en algo repetitivo.
Lo único que parece salvarse en este barco a la deriva parece ser la banda sonora que, aunque contiene varios errores y muchos de ellos bastante graves de descoordinación, está bastante acertada y es acorde a las situaciones que se representan.
Los actores presentes en este film están lejos de conseguir ningún premio a la interpretación. La inexpresividad de Mark Wahlberg es palpable en cada plano al igual que su compañero de reparto Ben Foster. El único que consigue darle algo de emoción al film es el benjamín Caleb Landry Jones y un siempre excelente J.K. Simmons.
En resumidas cuentas, este es un film que está plagado de errores, parches e irregularidades en el guión. Los actores no transmiten nada y hay bastantes momentos que se podrían calificar casi como absurdos.
