Resumen de la Crítica
Valoración
“Confessions” es una de esas pequeñas joyas del cine, presentada en el pasado Festival de Sitges, que se lanzan sólo en formato dvd para que bodrios como "Resacon 2" (y eso que no es de las peores) puedan disponer de dos o tres salas en cada cine.
Yuko Moriguchi (Takako Matsu), profesora de instituto, anuncia a sus alumnos que deja la docencia y les confiesa que su hija Manami fue asesinada por dos alumnos de su clase a quienes denomina "Alumno A" y "Alumno B". La descripción de sus comportamientos pronto revela sus identidades. Ella admite haber inyectado sangre de su marido muerto por VIH en los cartones de leche que los asesinos de su hija acaban de beber.
Y lo primero que me ronda la mente cuando veo una película japonesa es si el público de su país verdaderamente se sentirá identificado con esos personajes. Pero supongo que eso sería como afirmar que los españoles estamos todos sacados de una cinta de Almodovar.
El caso es que, sin que resulte una novedad en el cine oriental, los protagonistas de este film de Tetsuya Nakashima son extraños, perturbados, atormentados por la tortuosa relación madre-hijo que tanto les gusta plasmar a los directores nipones.
Pero quizá la novedad reside en mostrar, a modo de pequeñas confesiones y reflexiones con uno mismo, los diferentes puntos de vista de cometer un asesinato.
Un acto que enlaza a los protagonistas en una relación bastante insana y que culmina con una de las mejores venganzas del celuloide (lo siento, pero creo que el primer puesto se lo merece la coreana "Old Boy").
Y así es como conocemos a Yoshiteru Terada (Masaki Okada),el psicopatía frío e inteligente que orienta su genialidad hacia fines macabros, sin aparente punto débil ni sentimiento alguno; a Naoki Shimomura (Kaoru Fujiwara), su estúpido cómplice, cuya psicótica actitud pone un punto de humor a lo que debería ser un drama; a Shuya Watanabe (Yukito Nishii), el perrito faldero de Yoshiteru; y a Yuko Moriguchi (Takako Matsu), la heroína, la profesora que consigue darnos a todos,y al propio psicopata, una útil lección.
Lo cierto es que abundan las películas sobre crímenes y se echa de menos alguna que otra que ahonde en el móvil del asesinato o en la personalidad del autor, haciendo en este caso de los personajes seres más complejos y difíciles de etiquetar dentro de los estereotipos de asesino y víctima. Porque en “Confessions”, todos pueden ser y son cualquiera de estas dos cosas.
“Confessions” es un crimen convertido en fábula, en una caricatura social apoyada por unos personajes extremos y llamativos que parecen sacados de un tomo de manga y que pretenden aleccionarnos, mostrándonos el vacío de la pérdida, sobre el valor de la vida.
"Pop. Es el sonido de algo que amas desapareciendo"
Y así es como conocemos a Yoshiteru Terada (Masaki Okada),el psicopatía frío e inteligente que orienta su genialidad hacia fines macabros, sin aparente punto débil ni sentimiento alguno; a Naoki Shimomura (Kaoru Fujiwara), su estúpido cómplice, cuya psicótica actitud pone un punto de humor a lo que debería ser un drama; a Shuya Watanabe (Yukito Nishii), el perrito faldero de Yoshiteru; y a Yuko Moriguchi (Takako Matsu), la heroína, la profesora que consigue darnos a todos,y al propio psicopata, una útil lección.
