Resumen de la Crítica
Valoración
Cuando entras a la sala de cine con una entrada en la mano en la que pone “Blancanieves” esperas ver en pantalla una recreación más o menos fidedigna al recuerdo entrañable que todos tenemos sobre la recreación del cuento clásico llevado a la gran pantalla por Disney, pero no es así.
Dirigida por Tarsem Singh (Inmortals) le ha dado una vuelta de tuerca a la historia. Esta comienza siendo narrada por la reina y madrastra de Blancanieves (Julia Roberts) y nos muestra el comienzo de la historia tal y como todos recordamos, a partir de ahí es cuando viene los cambios.
Se nos muestra a una reina desenfadada, sarcástica y nada oscura (aunque conserva su mala baba característica y su espejito mágico) y a una Blancanieves (Lily Collins) dura, rebelde y luchadora que huye de casa para observar de cerca como su pueblo muere de hambre.
Después de volver a palacio y ser descubierta, la reina manda a su criado Brighton (Nathan Lane) a que la lleve al bosque y allí asesinarla, pero se acobarda y decide abandonarla en el bosque a su suerte. Al poco tiempo unos siete enanitos bastante peculiares la rescatan. Hasta aquí más o menos la historia no es muy dispar a la que puedes encontrar en el cuento de los hermanos Grimm o en el clásico de Disney, pero a partir de aquí, la cosa cambia.
Los enanos no son mineros, sino que abandonados por una sociedad que los discrimina por ser distintos, tienen que sobrevivir robando a todo aquel que cruce el bosque; subidos a unos zancos retráctiles, para así parecer temibles gigantes. Después de recibir una lección de moral de parte de Blancanieves, ellos deciden ayudarla a recuperar su reino, entrenándola en distintas artes de combate (Sí, has leído bien, artes de combate) como son esgrima o lucha libre. Poco después le toca luchar con el mismo príncipe (Armie Hammer) al cual había rescatado en su primera huida de palacio, ya que había sido asaltado y amordazado por los siete enanitos.
Aunque lo más inquietante sin duda es el final, ahí de nuevo el director le da otra vuelta de tuerca a la cosa y desencadena todo en un final típico de made in Bollywood.
En resumen, es una película de aspecto retrofuturista con dosis de humor adulto. La puesta en escena es grandiosa y los actores geniales. No esperaba ver a Julia Roberts tan brillante encarnando tan bien el papel de "mala" al que no está acostumbrada en esta película. También es posible que la falta de experiencia de Lilly Collins haya jugado un pequeño rol en su contra, pero sin embargo se desenvuelve bien ante la cámara.
Los planos, movimientos de cámara y efectos especiales están realmente logrados en esta película, añadiéndole una gran especatularidad. El guión está claramente encarado al público más pequeño, aunque sin embargo contiene ciertos comentarios e incluso diálogos especialmente dirigidos hacia los padres.
Si dejas atrás todo lo que conoces de Blancanieves por los clásicos te cautivará desde el primer momento.
