Crítica: «Wynd» Libro Dos: El secreto de las alas

En nuestra crítica del primer tomo de Wynd ya os contamos, a modo de prólogo, lo que pensamos de estos cómics orientados al público joven/adulto, así que no repetiremos frases ni insisteremos en lo mucho que nos gusta y todo lo que significa potenciarlo y apoyarlo de cara a mantener una buena base de lectores. Sí que insistiremos en el hecho de que estos cómics deben ser excelentes, pues su carácter de «lectura de iniciación» les confiere una importancia capital a la hora de fidelizar lectores.

Wynd es el paradigma de esto. El primer tomo nos dejó maravillados y nos rendimos entusiasmados ante él. Por eso esperábamos la llegada de esta continuación, el segundo arco argumental, recopilado también en formato tomo por Planeta Cómic. Si bien mantener el ritmo intenso de aquel iba a ser difícil, al menos en esta continuación no se baja el listón ni se pierden las espectativas. Pero pongamos un poco de contexto…

Wynd es un joven, recordemos, que vive en la capital de un reino donde la magia está absolutamente prohibida bajo pena de muerte. No solo la magia, sino todo lo que tenga que ver con ella. Nuestro protagonista, recogido siendo bebé por una pareja humana, descubrió que había sido abandonado porque tenía las orejas en forma de punta, denotando que en sus venas corre la sangre de algun ser no humano. Con el pelo siempre largo y revuelto, Wynd ha conseguido burlar a las autoridades, pero ahora ya ha crecido y comienza a hacerse preguntas sobre quién es, de donde viene y, sobre todo, como demonios va a sobrevivir si las fuerzas locales cada vez buscan con más intensidad rasgos mágicos entre la población.

Tiene los días contados, sobre todo por la llegada de un misteriosos cazador/soldado que huele, literalmente, a los seres mágicos. Por eso Wynd debe huir, y eso nos lo contaban los autores en el primer volumen. Bueno, eso y mucho más… pero no es cuestión de arruinaros su apasionante historia. Solo apuntar también que el final de aquel tomo nos dejaba a Wynd y sus amigos fugitivos en una situación delicada e insegura.

Este segundo volumen nos sigue narrando su huída, con momentos frenéticos, dramáticos, graciosos… de todo hay. Y tiene tiempo para pararse un poco y contarnos más sobre el alucinante mundo en el que se desarrollan estas aventuras. Aquí conoceremos una raza hostíl y beligerante, los vampyros… además de otras que serán aliadas circunstanciales. llegarán nuevos personajes, amigos o no, y asistiremos a la evolución del protagonista. Comienzan a descubrirse algunos secretos… aunque al mismo tiempo se abran nuevos interrogantes.

En definitiva, la aventura sigue siendo fascinante y magnética. Es obra y gracia de James Tynion IV y de Michael Dialynas. El primero escribe un cuento que exprime y mezcla personajes y mundos de la fantasía popular, los describe con gracia y les hace hablar con naturalidad y cercanía. Consigue hacerlos reales y eso mismo es fundamental para que nos importe cada cosa que les sucede durante su aventura. En apariencia no son personajes complejos, pero sus interacciones y sus conversaciones esconden temas vitales y trascendentales… el amor, el desamor, el rechazo, la xenofobia…

En el dibujo sería difícil poder encontrar un artista que encaje mejor para la obra que Dialynas. Con trazo claro y fabuloso (porque parecen ilustraciones de cuento), se preocupa para que cada escena sea entendible y centremos nuestra atención bien en los rostros expresivos de los protagonistas o bien en lo macabro y terrorífico de los villanos. Se recrea un entorno fantástico-medieval orientado al target de edad al que va dirigido el cómic. Sus dibujos y sus colores son agradables y cálidos, pero cuando la escena y la narrativa lo exige, muestra sombras y sangre, violencia y castigo.

Tienen muy claro lo que tienen entre manos y da la impresión de ser una obra de largo recorrido que trascenderá el papel. Ya comienza a recoger premios y nominaciones y es seguro que Wynd aun dará mucho que hablar.

Posiblemente una de las obras más recomendables si tienes intención de regalar cómic a alguien joven… o si quieres entregarte a una muy buena lectura, da igual la edad que tengas.