Crítica: «Villano de vacaciones núm. 02», adorar y conquistar el planeta

Cuando uno de esos mangas divertidos, originales y bien realizados llega así, sin avisar y sin aviso previo, pillándonos por sorpresa, es fácil que se haga un hueco entre las series que seguimos. Unos pocos ejemplos han aparecido últimamente y uno de ellos es este Villano de vacaciones de Yuu Morikawa.

Ha tardado poco, apenas un par de meses, en llegar hasta nosotros su segundo volumen, publicado por ECC Ediciones. Y en él comprobamos que nuestro villano y comandante favorito sigue aprovechando sus días libres para integrarse e investigar nuestro planeta, nuestras costumbres, antes de conquistarnos y someternos con toda su flota espacial.

Porque de eso va este simpático manga humorístico: nos cuenta como pasa sus días de vacaciones un super villano llegado de otro mundo con la misión de conquistar el planeta.

Pero en realidad este villano esconde un corazón tierno y deseoso de experimentar emociones. Así que, cuando sus días libres los pasa investigando a «pie de campo», se encuentra con todo tipo de situaciones que, para nosotros triviales, para él se vuelven de máxima intensidad. Probar un nuevo sabor de bollitos rellenos o degustar uno de esos cafe latte decorados con mimo y mucho arte… cualquier cosa la va a vivir con intensidad. Vamos, con tanta intensidad y pasión que va a dar paso a las situaciones más hilarantes.

Para colmo, ha descubierto a los osos panda. Si ya en el primer volumen mostró un desmedido aprecio por esos animales, su «enamoramiento» llega ahora a nuevos niveles. Vamos, hasta sueña con ellos. Tiene pensado, cuando conquiste la Tierra, repoblar el planeta solo con osos panda.

En esta ocasión vamos a conocer a otro gran villano que es su rival y con el que se lleva fatal, además de que conoceremos a esos trasuntos de Power Rangers que luchan contra nuestro protagonista. Bueno, la verdad es que no luchan y se relacionan de las maneras más… inesperadas.

Tenemos, en definitiva, una sucesión de historias cortas con ese leitmotiv que siempre, siempre, conseguira hacernos sonreir y, en no pocos casos, emocionarnos. Como las buenas obras, este Villano de vacaciones se basa y se sirve del humor para contar algo más. Y en ese viaje narrativo hace que conectes con su personaje, tan lejano y extraño a la vez, para que llegues a sentir por él.

Yuu Morikawa, autor completo, avanza muy poco en la historia de fondo preocupado más en realizar una serie de sketchs que nos vayan perfilando al protagonista, a medias ridículo y a medias temible, pero casi siempre más tierno y preocupado por los demás de lo que a él le gustaría reconocer. Y el autor lo hace sin prisa y dejando que nos divirtamos/emocionemos, conscientes de que lo importante no es el qué sino el cómo.

Con una narrativa ágil y sencilla, tanto en lo lírico como en lo visual, obligado por la corta duración de los capítulos, consigue meternos muy dentro de la historia. Hay viñetas y detalles que demuestran de lo que es capaz el autor, reflejando personajes y escenarios de una manera sensacional, a veces muy realista… pero huye de ese estilo en la mayoría de las ocasiones y exagera rasgos, o los «cartooniza», para dar más empaque humorístico a la situación.

Y cuando acabas el tomo, sus 130 páginas, te quedas con ganas de más. Sabes que volverás a leer más de este curioso villano y de sus experiencias cotidianas en sus días libres. Un manga muy divertido que no descarta, en ocasiones, tocarnos la fibra. Por todo eso, y por su buena factura artística, ya se ha hecho un hueco entre nuestros favoritos.

Y es que hasta el peor villano se vuelve un blando cuando llegan las vacaciones.