Crítica: «Usagi Yojimbo: Encrucijada», viejos y nuevos compañeros

Ya llevamos cuatro tomos, veintitantos números, y esta nueva etapa (aunque continuación de la serie) en IDW del conejo samurai, se me sigue haciendo extraña por la llegada del color. Han sido muchos años disfrutando de sus aventuras en blanco y negro, acompañándolo por todos los rincones del Japón ancestral apoyándonos en lo visual solo en las tintas y el arte tan personal que tiene Stan Sakai. Y no es que le siente mal, pues el trabajo que realiza Hi-Fi Design, los encargados de cromatizar la serie, es realmente encomiable. Pero son muchos años de intensa lectura, de tramas palaciegas, de momentazos que mezclan la aventura, el terror, lo sentimental… y todos con esa ausencia de color, ya característica e intrínseca a la serie. Y aunque lamento comenzar así, porque pensaba que a estas alturas ya me habría acostumbrado, no puedo evitar mencionarlo y aceptar que se trata solo de una percepción personal, subjetiva.

Pero en el fondo la serie sigue siendo esa genialidad que lleva con nosotros ya unas cuantas décadas. Es la crónica de este Usagi Yojimbo, un ronin vagabundo de noble corazón que recorre el Japón antropomorfo creado por Stan Sakai, donde realidad y ficción se dan la mano para crear una lectura que nunca defrauda.

El presente tomo se divide en dos aventuras, cada una de ellas compuesta por varios capítulos y, aunque no tienen un argumento excesivamente elaborado, sirven de puente para futuros acontecimientos. Lo que sí tienen es acción y dinamismo, además de recuperar algunos de esos secundarios tan potentes que pueblan la serie. Llegan en la primera aventura las recurrentes Kitsune y Kiyoko, las simpáticas ladronzuelas que aportan tanta diversión como dolores de cabeza al bueno de Usagi. Aunque, en realidad, él ya las conoce y quien es blanco de sus bromas es el nuevo co-protagonista de la serie, el primo de Usagi, Yamamoto Kinichi.

Los cuatro se verán enredados en una trama de corrupción que les pondrá en peligro, sobre todo, a la más pequeña, Kiyoko. La segunda de las historias es la que sirve de puente y preparación para lo que viene: la llegada del temible y terrorífico Jei. Este demonio sigue los pasos de Usagi desde hace, literalmente, años… y parece que el desenlace de esa rivalidad está muy cerca de concluir con un enfrentamiento brutal. Al menos, es lo que está construyendo, con ese ritmo y ese temple, el siempre genial Stan Sakai,

La narrativa del autor sigue siendo sencilla de seguir, buscando siempre la accesibilidad y teniendo más cuidado aun en ese aspecto ya que esta nueva etapa puede atraer a nuevos (y jóvenes) lectores. Bien por la llegada del color, su reenumeración desde un nuevo número 1 o el reciente estreno de su serie animada.

Para los veteranos no es ninguna sorpresa comprobar como el autor recrea el mundo que ya tanto domina, con soltura y con intensidad. La aparición de los secundarios, que tanto han enriquecido y enriquecen esta saga, aporta un punto de interés extra al relato haciendo interactuar a los personajes «de siempre» con los recién llegados. Y el equilibrio en la historia se encuentra también en el tono, pues comenzamos con la gracia y el desenfado de unas y acabamos con el sombrío tono amenazante de otros.

Kinichi sigue siendo un extraño para nosotros, pero algo nos hace imaginar que puede llegar a sustituir al propio Usagi. Esperemos que eso suceda dentro de mucho tiempo, porque cada nuevo lanzamiento de esta serie sigue siendo, y no falla una, una experiencia de lectura única.

• Usagi Yojimbo: Encrucijada. Planeta Cómic
• edición original. Usagi Yojimbo núms. 22 al 26 USA. IDW
• cartoné. 144 pp. color. 20€