Crítica: «Usagi Yojimbo. Colección Fantagraphics 1 (de 2)», Imbatible Samurai.

Las aventuras del conejo samurai llevan publicándose desde la década de los ’80 y es a este personaje al que su autor, Stan Sakai, se ha dedicado en exclusiva, creando un particular mundo donde fantasía y realidad se mezclan de manera única. Sakai es un autor que goza del cariño de la industria y del público, que ha sabido conectar con unos y con otros a través de una obra inigualable, inaudita por lo longeva, seria y respetuosa que se desarrollaba a su aire, sin atender los vaivenes de la industria. En otra ocasión hablaremos por aquí, más profundamente, de Usagi Yojimbo y de su autor, pero hoy nos detenemos en la recopilación recién editada de todas las aventuras del personaje bajo el sello Fantagraphics… nada menos que dos tomos que reúnen en su casi millar de páginas la primera década del conejo samurai. Nos detenemos ahora en el primero de ellos, publicado por Planeta Cómics y conteniendo las primeras historias de Usagi.

Aun así, una pequeña introducción para situarnos es absolutamente inevitable: Usagi Yojimbo es un cómic que nos traslada a la época de los samurais, a aquel Japón medieval en el que las luchas entre clanes por usurpar el shogunato sumieron el país en un verdadero campo de batalla. Miyamoto Yojimbo, nuestro protagonista, servía a un señor menor, Hikiji, que resultó traicionado y muerto en una batalla por lo que pasó a ser un ronin (samurai sin señor al que servir), que dedicó su espada como guardaespaldas (Usagi). Lo característico del cómic es el hecho de estar protagonizado por animales antropomórficos, siendo Usagi un conejo que, lejos del estereotipo de cobardía, dulzura y candor, es fiero en combate y con nervios de acero. Este ficticio Japón está poblado por todo tipo de animales con ademanes y costumbres humanas… aunque no es raro ver también a humanos, normalmente encarnando a campesinos embrutecidos o al villano de turno. Curioso, no? El marco histórico en el que se desarrolla el cómic es real y personajes reales son nombrados o aparecen directamente, por lo que incluye un valor añadido como producto introductorio a la Historia de Japón.

Recordamos que aquí se cuentan sus primeras aventuras, por tanto nos encontramos ante una toma de contacto con Usagi en la que conoceremos los que más adelante serán compañeros o enemigos. Además, Sakai aprovecha para narrarnos su origen, entrenamiento, etc. a través de relatos que el propio Usagi cuenta a su amigo Gen (otro ronin, encarnado como un testarudo rinoceronte, que ejerce de caza recompensas) No faltan los relatos cortos donde Usagi enfrenta amenazas sobrenaturales, en forma de los conocidos yokai. De hecho, una de esas historias se convierte en un clásico automático… por su atmósfera, por su ritmo, por su dibujo… Me refiero a Kappa, en la que Usagi se enfrenta al yokai del mismo nombre descubriendo, con un giro genial de guión, un secreto celosamente guardado por los lugareños. Destacable la historia doble del regreso al hogar, en la que intuimos por las conversaciones y los gestos de los protagonistas los sentimientos antiguos que vuelven a despertar. No podemos olvidar la trama de las últimas historias, en la que confluyen todos los personajes anteriormente presentados para desarrollar una aventura trepidante y divertida.

Stan Sakai se ha dedicado como autor completo en exclusiva (bueno, casi) a este cómic y el producto es, por tanto, sobresaliente. Destaca en todos y cada uno de los aspectos que hacen del cómic un medio artístico. Un pulso narrativo cambiante que se adapta al tipo de historia, un dibujo nítido y detallista que muestra sus imágenes siempre de la manera más oportuna, unos guiones inteligentes que huyen de excesos y florituras literarias para dedicarse a enfatizar personajes, acontecimientos y ese valor añadido que es el componente histórico. En un cómic tan extenso hay tiempo para todo y Sakai lo hace todo bien… Manchado es la mascota absurda a la que le cogemos cariño sin darnos cuenta (algo que entendemos al llegar cierto samurai ciego) y es entonces cuando entendemos que Usagi Yojimbo nos ha calado más adentro de lo que creíamos y que tras acompañarlo en tantas aventuras y tras saber tanto de él, hemos llegado a crear un vínculo. De eso es responsable el señor Stan Sakai, que sabe como meternos en nuestras cabezas el cariño hacia unos personajes con formas de animales pero con actitudes más humanas que las de los propios humanos.

Por si fuera poco, las referencias nos saltan a la cara cada vez que bajamos la guardia. Nos sorprenderemos cuando veamos al mismísimo Groo (el bárbaro creado por Sergio Aragonés, buen amigo de Sakai) o cuando entre la gente podamos distinguir una Tortuga Ninja, que no desentona en realidad en el contexto de la serie. por no mencionar personajes como Zato-ino, el samurai ciego. Este cerdo (no por guarro, sino porque está representado por ese animal, un cerdo) es una alusión directa a Zatoichi. Y hay más, como la ropa que viste Gen en uno de los episodios (Bruce Lee!), así que os invito a que busquéis más guiños y referencias. No quiero llevar a engaño y que penséis que puede convertirse en una especie de juego, el ir buscando por las viñetas esos huevos de pascua… porque no los hay en tanta cantidad, el autor los usa como guiño de complicidad y jamás abusa de ellos, por lo que se mantiene lo más importante, que es la atención en la gran epopeya que protagoniza Usagi.

Planeta Cómics ha estado publicando Usagi Yojimbo en tomos desde su primer número pero, si no lo conocéis, es esta una oportunidad inmejorable para acercarse a uno de esos clásicos modernos que todo aficionado debe leer y así disfrutar del particular e inigualable mundo de Usagi Yojimbo. Más aun si tenemos en cuenta que en estos dos tomos se van a incluir las historias que compartió con las Tortugas Ninja, entrevistas, bocetos, introducción de Stan Lee…

• Usagi Yojimbo. Colección Fantagraphics 1 (de 2). Planeta Cómics
• rústica con solapas. 586 pp. b/n. 35 €