Crítica: «Usagi Yojimbo 33. Los Ocultos», cuestión de Fe.

Hemos llegado al final de una etapa, de una época: Usagi Yojimbo se despide de la editorial que lo ha estado publicando en los últimos años y donde se han podido leer algunas de las mejores aventuras que ha ideado ese sensacional autor que es Stan Sakai. El personaje y su mundo han crecido con cada saga, con cada historia, modelando un universo propio tan encantador como irresistible. Todo tipo de sensaciones y sentimientos hemos experimentado en esta larga etapa y cualquiera que la haya seguido recordará varios momentos que, por un motivo u otro, le han conmovido. Después de este tomo 33, número USA 172, la serie no cierra… pero se re-enumera y comienza con un número 1 a todo color, bajo el paraguas de otra gran editorial independiente: IDW. Pero eso lo veremos dentro de un par de meses. Hoy toca centrarse en esta saga final, llamada Los Ocultos (The Hidden), que tiene peso, entidad y contenido tan interesante como el que vais a poder leer a continuación.

Fiel a su tradición de mezclar ficción y realidad, Stan Sakai nos sumerge con esta aventura en la apasionante investigación de un crimen. Algo se oculta tras ese asesinato que nadie parece ser capaz de desentrañar, y una misteriosa caja portada por la víctima ha desaparecido… ahí puede estar la clave de todo. En la ciudad donde esto transcurre, las fuerzas del shogun intentan averiguar quien pertenece a esa nueva secta occidental que ha llegado con los navíos de velas negras. Los kirishitan, los cristianos. Una nueva fe que se multiplica y propaga entre los propios japoneses y amenaza a las milenarias tradiciones y creencias locales. Por eso, las fuerzas vivas arremeterán sin piedad contra todo aquel que la profese. ¿Tendrá algo que ver esta nueva religión con el asesinato que perturba la paz de la ciudad?

Los Ocultos tiene un protagonista absoluto… y nos es Usagi Yojimbo. El inspector Ishida, uno de los más queridos y entrañables secundarios de la serie, toma las riendas de la historia y nuestro habitual protagonista hace de acompañante. Con su habilidad narrativa acostumbrada, Sakai sabe hacernos descansar alternando la importancia del personaje y dejando todo el peso en el carismático inspector al que es muy difícil no cogerle cariño. Como es tradicional en las historias donde Ishida aparece, la aventura se transforma en un caso de investigación policial, en una madeja que se revelará paso a paso. Y así, también hemos cambiado la habitual historia de samuráis por otro género.

Fiel a su estilo, el autor aprovecha también para enseñarnos algo de Historia. Es cierto todo lo que cuenta en Los Ocultos: entre los siglos XVI y XVII llegaron los monjes y religiosos europeos al Japón, portugueses y españoles. Al principio acogidos con recelo pero con tolerancia por motivos comerciales… conforme fueron propagando su fe, se ganaron la animadversión de los estamentos más poderosos. Fueron perseguidos y en muchas ocasiones ejecutados, y los japoneses convertidos al cristianismo fueron también buscados y obligados a retractarse, a apostatar. Si no, se les torturaba y, en ultima instancia ante su negativa, se les ejecutaba. Detalles concretos de esta persecución los podemos ver en este cómic, además de descubrir a Usagi como firme defensor de las tradiciones japonesas y poco tolerante con estas tradiciones extranjeras. Puede chocar esa intolerancia en un personaje tan querido, pero no olvidemos que se trata de un samurai muy pegado a ciertas prácticas. El debate sobre la fe y la libertad de culto se produce en el transcurso de la historia… y además se acompaña de grandes dosis de acción.

Volvemos a tener una grandísima historia creada por ese genio que es Stan Sakai. La mezcla de géneros y el ritmo cambiante de la narración consigue tenernos pegados a cada página, descubriendo como el misterio nace, como se enreda y como los protagonistas lo desentrañan… con ese rumor de fondo que es la aparición de los kirishitan.

Contemplando estas páginas y disfrutándolas (fijaos que maravilla la que reproducimos justo arriba) nos planteamos si vamos a echar de menos este glorioso blanco y negro que tan bien le sienta al personaje y su mundo antropomórfico de samurais tradicionales… si el color no «infantilizará» de alguna manera la colección. Evidentemente, por la narrativa ágil y experimentada de Sakai no tememos… pero el carácter peculiar de sus personajes y su mundo quizá sí resulte afectado. Pensad que vamos camino de los 40 años de colección y tenemos ese blanco y negro absolutamente interiorizado.

Pero ya habrá tiempo de reflexionar sobre todo esto cuando llegue el momento. Los Ocultos, la saga final con la que Usagi Yojimbo se despide de su editorial es una obra digna como gran colofón, como esa despedida por todo lo alto que se merece. Y de rebote, aunque parezca contradictorio, se trata de una aventura independiente que funciona de maravilla como puerta de entrada a nuevos lectores. El tomo que publica Planeta Cómic en su formato habitual incluye una historia complementaria de Chibi Tomoe, galería de portadas e ilustraciones, el acostumbrado prólogo (en esta ocasión lo escribe Mark Schultz, nada menos) y las notas históricas finales del propio autor. Una delicia.

No puede tener mejor final esta serie. Un final que es un hasta luego, porque Usagi solo cambia de casa y volverá en un par de meses para continuar sus aventuras.