Crítica: «Todas las princesas mueren después de medianoche», desamor generacional

Quentin Zuitton está dotado de una sensibilidad especial. Como autor de cómic es capaz de verterla en sus páginas, en sus guiones y en sus personajes y su última obra, que publica aquí Planeta Cómic, es uno de los mejores ejemplos. El título es tan largo como explícito, Todas las princesas mueren después de medianoche, y aun así no spoilea su contenido.

Lulu es un niño que está a punto de entrar en la adolescencia, esos años «tontos» en los que se despierta la sexualidad. Aun juega con muñecas, concretamente con princesas (Disney) y se siente identificado con ellas más que con el príncipe. El pelo largo y rojo de Ariel, el vestido de Bella y sus vaporosas y románticas aventuras en las que son rescatadas por los fuertes brazos del príncipe. Esos días de vacaciones se aprovechan para descansar y jugar y un amigo del cole, Yoyo, viene a pasar unos días. Lulu se siente atraído por él sin saber que ese tipo de amor, en muchas cabezas, no está permitido.

Paralelamente conocemos la vida amorosa de su hermana adolescente, Cam, sus miedos a «la primera vez» y su visión romántica del amor, que choca de bruces con la realidad. También tenemos otra historia de fondo, la de los padres. No pasan su mejor momento, por decirlo de forma suave, y las nubes del divorcio asoman en el futuro cercano.

Tres historias románticas en paralelo que marcan distintos momentos en eso que llamamos amor. El inicio, de distintas formas, visto por los hijos y el final, encarnada en sus padres. Y como telón de fondo las noticias siempre presentes, en la tele o en la radio, dando la primicia de la muerte de la Princesa Diana, Lady Dy, en su fatídico accidente.

Zuitton superpone todas estas historias y hace un retrato global del desamor, de como surge y de como nos marca, de como el amor romántico se hace pedazos ante la dura realidad, que golpea sin piedad pero que, si rebuscas, encuentras lo hermoso que esconde. Porque cuando somos inocentes y sin prejuicios como Lulu, pinta la vida de ilusión… pero cuando las perspectivas no son las reales, como Cam, puede tornarse en una gran decepción.

El autor compone sus páginas con ilustraciones vaporosas, elegantes y suaves. Personajes dibujados con un estilo claro, intencionado siempre para marcar la emociones y también la cotidianeidad. Como cuando Cam se pone a tomar el sol sin protección, para ponerse morena pronto, y solo consigue una insolación. O como se muestra al padre, semi ausente, taciturno, pero también dolido y abatido.

Con un color que recrea la época estival, pero pasado por un filtro que parece velar la luz, de composición rugosa, arenosa, donde se pierden los límites de los personajes y de sus emociones… aunque en ocasiones se clavan esas emociones, bien con una mirada o con una frase, dando paso a momentos intensos en ocasiones y tiernos en otros.

Una historia repleta de sensibilidad y buen hacer que marca el gran momento de una autor en estado de gracia. De hecho cuenta sus obras igual que los premios que recibe. Sin ir más lejos, esta obra que estamos tratando resultó ganadora del Premio Especial Juvenis del Gran Jurado en el Festival Internacional de Angoulême 2023.

• Todas las princesas mueren después de medianoche. Planeta Cómic.
• Toutes les princesses meurent après minuit. Editions du Lombard.
• cartoné. 160 pp. color. 22€