Crítica: «Thor Dios del trueno» de Marvel NOW!

Hoy os traigo una de las grandes sorpresas del pasado 2013, que he terminado de leer recientemente, Thor: Dios del Trueno.

A los lápices nos encontramos con el aclamado dibujante croata Esad Ribic, artista gráfico que ha llevado a cabo con gran éxito las colecciones de Loki, Sub-Mariner y para mí, uno de los mejores y más emotivos cómics Marvel que jamás he leído, Silver Surfer: Requiem, para el cual espero poder hacer un post en este mismo blog algún día, lo merece.

En cuanto a la historia, esta corre de la mano del guionista americano Jason Aaron, el cual entró en Marvel por la puerta grande en 2001, ganando el premio Marvel Talent, además, fue nominado al premio Eisner 2007 por su trabajo en The Other Side. Ha sido el encargado de llevar entre otras, las colecciones de Wolverine, Ghost Rider y PunisherMAX. Como podemos intuir por los personajes que ha escrito hasta ahora, se trata de un guionista al que se le dan muy bien las historias centradas en un único personaje, siendo este un violento y solitario justiciero. Este “nuevo” Thor, a su manera, no iba a ser menos.

Aaron ha hecho un trabajo espectacular con el personaje, llevando la colección a un plano más épico, medieval y fantástico, y lo ha hecho precisamente en el momento adecuado ya que estos géneros se encuentra en auge desde hace un par de años gracias a las nuevas película basadas en el universo Tolkien, y series de indudable éxito como Vikings o la propia Game of Thrones.

Nos alejamos del Thor Avenger, de las grandes urbes, de los tiempos modernos, de la tecnología, y nos adentramos de lleno en una tierra fría y oscura habitada por vikingos, gigantes, bárbaros, y sus respectivas deidades. Pero no es la ambientación de este cómic lo que me ha fascinado, si no la forma de tratar al personaje, de modo que se nos presenta en tres etapas distintas de su vida.

Aunque el Dios del trueno nos tiene acostumbrados a su imagen de superhéroe, salvador de la humanidad y miembro de un supergrupo, si indagamos un poco en la mitología nórdica, en algunas culturas Thor fue un belicoso señor de la guerra, y es precisamente esta versión más salvaje e inmadura del Dios de los vikingos la que se nos presenta en la primera etapa.

Se nos muestra un joven Thor sin su martillo Mjolnir, al no ser digno de este todavía, y por lo tanto sin la capacidad de volar ni el poder del trueno. Sin embargo, en esta primera etapa hace uso de una gran hacha de batalla que es capaz de blandir con una sola mano gracias a su ya devastadora fuerza. Vemos un Dios ambicioso, disfrutando de los placeres terrenales como el alcohol, las mujeres, los manjares y las riquezas.

En la segunda etapa cronológica, tenemos la versión actual de Thor, podríamos decir el Thor Avenger, donde lo vemos ahora al Dios del clima, las cosechas, la protección, la consagración, la justicia, y los viajes, todas ellas también, interpretaciones nórdicas del hijo de Odín. En esta fase disfrutamos de un héroe maduro y justo, que trata de ayudar al resto de culturas y mundos que demandan su auxilio.

Por último, se nos muestra un Dios viejo, cansado, con una larga barba, tuerto (lo cual recuerda enormemente a su padre, Odín) y lo más impactante, sin un brazo, el cual sustituye por el que parece el servo brazo metálico del destructor que aparecía en la primera película, el cual es enviado por Loki a Nuevo México para acabar con Thor. En esta ocasión está armado tanto con su martillo como con la espada de Odín, la cual entendemos que ha heredado tras la supuesta muerte de este. Francamente, es impresionante ver a Thor blandir ambas armas.

En resumidas cuentas, es una gran historia que recomiendo no os perdáis bajo ningún concepto, en la que se nos plantean cuestiones tan profundas como la ausencia de los Dioses y las consecuencias que ello tiene en las diferentes culturas, donde podemos ver como interactúa Thor con los humanos y lo que significa ser un Dios en la cultura nórdica. Conoceremos a un gran villano que sorprenderá a más de uno como es Gorr, el Carnicero de Dioses, y nos fascinará como Jason Aaron alterna las tres secuencias temporales con la búsqueda del mal que está acabando con la vida de todas las deidades como hilo conductor. Un cómic imprescindible y repito, una auténtica sorpresa.