Crítica: «The Outlast Trials», el sufrimiento compartido
Valoración
GRÁFICOS
SONIDO
JUGABILIDAD
DURACIÓN
Un buen juego de terror.
Tensión y mal rollo asegurados en un título bien ejecutado, muy recomendable para los amantes del género.
Es 1959, y la Murkoff Corporation está utilizando una agencia de reclutamiento para identificar posibles sujetos de prueba y convertirlos en los agentes durmientes perfectos. Estos “Reactivos” se ven obligados a pasar por terribles pruebas físicas y psicológicas, hasta que hayan sido condicionados para una obediencia perfecta y estén listos para ser liberados nuevamente en la sociedad, esperando ser activados en el momento oportuno.
En esta casa somos muy aficionados a los juegos de género de terror y nos encanta cada vez que llega uno de esos, sin avisar, capaz de ponernos los pelos de punta y causarnos auténtico malestar: algo cada vez más difícil a estas alturas pero que, a pesar de todo, sigue pasando. The Outlast Trials es el nuevo juego desarrollado por el equipo de Red Barrels y es el mejor ejemplo de esto.
Algunos redactores lo recibimos unos días antes de su lanzamiento y hemos estado disfrutándolo/sufriéndolo y gozando de una experiencia «a lo Saw». Porque recuerda mucho y en varios aspectos a la conocida saga cinematográfica, como os vamos a contar en los siguientes párrafos, tanto Giacco como Luis Martínez.
Lo tenéis ya disponible en Xbox SerieS/X, PS5 y PC pudiendo jugarlo en solitario, cooperativo y en modo cruzado entre plataformas. Empezamos…
Meras coballas humanas
El argumento del título nos presenta a una especie de organización, la corporación Murkoff, encargada de captar a personas que no tienen nada, ofreciéndoles una salida de las calles. Pero aceptar esa ayuda supone convertirse en una especie de rata de laboratorio, ya que todos los sujetos entrarán a formar parte de unas terroríficas pruebas que pondrán a prueba los límites mentales y físicos de las víctimas en todos los sentidos.
Nosotros seremos una de esas víctimas, pudiendo ver de primera mano como se nos inoculan diferentes inyecciones, para luego atornillarnos directamente a la cara unas gafas de visión nocturna y lanzarnos a un primer lugar, donde comenzaremos nuestra poco agradable aventura…
El hecho es que vamos a vivir una experiencia angustiosa en todo momento, pues deberemos movernos en distintos tipos de experimentos, con una vista en primera persona, y el objetivo de conseguir un objeto determinado, o bien llegar a un lugar, o interactuar con algún personaje, todo ello intentando que los seres que por allí merodean, no nos encuentren, pues lo pasaremos bastante mal de ser así.
Un prólogo de infarto… y lo que nos queda
La primera media hora de juego es el agobiante y asfixiante (añadidle más adjetivos que os torturen) tutorial y prólogo del juego. En él debemos sobrevivir a unas primeras pruebas en las que se muestran las mecánicas de lo que está por venir: se nos va a someter a todo tipo de experimentos, llevándonos al límite, mientras se nos pide que cumplamos ciertos requisitos. Para ellos tendremos diferentes escenarios laberínticos, de auténtica pesadilla, repletos de maniquíes, cadáveres y elementos de mal gusto.
«Encuentra la pista A y llevala al punto B», pero para hacerlo tendremos que esquivar algunos personajes psicópatas, asesinos y demás, que nos querrán dar caza constante y sin cuartel. Olvidáos de combatir, pues más allá de tirarles una botella o un ladrillo para frenarlos unos segundos no nos queda más que correr, escondernos… y rezar.
Este es el ambiente y el reto constante del juego y, si te gusta su propuesta, te va a encantar.
Súmale el factor cooperativo, que es para lo que se diseñó el juego, y tienes una propuesta impecable e imbatible para los amantes del sufrimiento digital. Sobre todo cuando, una vez superado ese mencionado prólogo, llegas a las instalaciones de La Corporación Murkoff y te encuentras en una peculiar base desde la que comenzar a jugar las distintas… «misiones». Además desde allí podemos tunear a nuestro personaje, modificar su celda/habitación y muchas cosas más.
Destacable técnicamente
A nivel gráfico, el título cuenta con una ambientación bastante bien conseguida. Encontraremos unos escenarios que recorreremos en primera persona, repletos de zonas iluminadas, así como otras oscuras, que nos obligarán a utilizar nuestras gafas de visión nocturna, al igual que pasaba en anteriores entregas de Outlast. El cambio de visión nos dará, eso sí, más de un susto.
Los escenarios gozan de un buen diseño a nivel general, así como el diseño de personajes, sobre todo de los enemigos que nos pueden ir apareciendo a lo largo de la historia del título, los cuales pueden llegar a dar bastante mal rollo. Incluso se vuelven muy agobiantes: cada vez que escuchemos una sirena, significa que entra en escena uno de nuestros siniestros perseguidores.
Lo que si que vamos a ver con detalle es todo lo relacionado con cortes, sangre, desmembramientos, electrocuciones y todo aquello que pueda causar dolor, tanto a nuestra persona como a otros.
Maravillosas y sangrientas referencias
El regusto a Saw no nos abandona nunca. Las pruebas que debemos superar guardan mucha relación con los intrincados y sádicos juegos que propone el bueno de Rigsaw, así que igual nos vemos rebuscando una llave entre las tripas de un cadáver o revolviendo inmundicias. Tan pronto somos víctimas de alguna peculiar tortura como cómplices de una de ellas, para poder obtener una dichosa y vital pista que nos ayude a sobrevivir.
Como podéis observar, no estamos ante un juego apto para todos los públicos. Vamos a encontrarnos con sustos, pero también vamos a sentir la angustia de querer escondernos, querer que todo pase, querer salir de allí a toda costa. Es un título que consigue ponernos un nudo en el estómago y que, al terminar de jugar puede llegar a dejarnos un tanto desconcertados moralmente…
Este es sin duda el aspecto más destacable y reseñable del juego. Es como un título de supervivencia y terror llevado al extremo, potenciado por unos gráficos sensacionales y con un sonido envolvente repleto de intención. No podemos imaginar lo que puede ser llevar esto a la VR, pero si sufriéndolo en una pantalla casi infartamos… mejor no probarlo.
La ya conococida saga de terror da un paso más con esta entrega de la que no dudamos se generará un buen nicho (nunca mejor dicho) de jugadores.
Una experiencia perturbadora pero entretenida solo apta para los más valientes.