Crítica: «The Dark Pictures Anthology». Semper Fi.
Historia.
Jugabilidad
Gráficos
Duración.
No es que se mantenga a la altura de la saga, es que cada juego es mejor que el anterior.
Como es tradición desde el 2019, cada octubre sale una nueva entrega de The Dark Pictures Anthology, una maravillosa antología de juegos de terror autoconclusivos cuya última entrega es House of Ashes. Desarrollado por Supermassive Games y publicado por Bandai Namco Entertainment, House of Ashes está disponible para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S y PC. Un nueva propuesta, nuevos escenarios, nuevos personajes, pero ambientada en el mismo universo de la saga.
Una historia que se remonta a la antigüedad.
Para entender esta historia hay que viajar muy atrás en el tiempo, a la época sumeria, exactamente al año 2231 a.C.. Aquí conoceremos la historia de Naram-Sin, que se autoproclamó rey divino del Imperio Acadio y saqueó un templo dedicado a Enil, el dios de la tierra, el viento y las tormentas. En venganza, los dioses desataron una maldición que aniquiló a todos los habitantes y terminó con el pueblo sepultado bajo la arena.
Tras esta introducción el juego nos traslada al 2003, al final de la guerra de Irak, donde formaremos parte de un equipo de las fuerzas especiales estadounidenses formado por el coronel Eric King, su mujer y agente de campo de la CIA Rachel King, el teniente Jason Kolchek y el sargento Nick Kay . El grupo se dirige al desierto con el objetivo de encontrar las armas de destrucción masiva que Sadam tiene ocultas. Mientras investigan la zona son sorprendidos por el ejército iraquí y comienza un enfrentamiento en el que las granadas y las balas suenan por doquier. De pronto la tierra empieza a temblar, un enorme agujero se forma en el suelo y engulle a soldados ambos bandos, que aterrizan en unas ruinas muy antiguas pertenecientes a un templo sumerio, en el que habitan unos terroríficos seres bastante más peligrosos que los enemigos de carne y hueso. A través del agujero también ha caído el oficial de infantería iraquí, Salim Othman. ¿Podemos confiar en él o nos asesinará en cuanto nos descuidemos?, ¿Debemos unir fuerzas contra este enemigo que nos supera en número?. Este es solo el comienzo de la historia, el final lo decides tú. Según tus respuestas y las decisiones que tomes, la historia y tus personajes tomarán un rumbo u otro totalmente diferente que nos puede llevar a la salvación, o a la muerte de varios (incluso todos) los personajes.
No nos olvidemos de El Conservador.
Es único personaje que aparece en todos los juegos de la saga y aunque no es un personaje jugable, disfruto muchísimo los minutos que aparece en escena. El Conservador es el encargado de tomar nota de todas la acciones y decisiones que tomamos durante el juego. Tiene un sentido del humor bastante irónico y en varios momentos hará balance de nuestra historia y se mofará de nosotros si cometemos un error. Lástima que en esta entrega sus apariciones sean menores ya que es un personaje con un carisma increíble, repleto de diálogos y frases llenas de doble sentido envueltas en un halo de misterio, al que es una gozada ver en pantalla. En esta ocasión el actor de doblaje es diferente al los títulos anteriores y aunque al principio choca un poco, enseguida te haces a la nueva voz y el resultado es igual de bueno que siempre.
Explorando la zona.
Si conoces la saga, verás que el sistema de juego es igual a los títulos anteriores. Tendremos que explorar concienzudamente la zona y encontrar objetos y pistas, como notas o reliquias, que son las que nos permiten avanzar en la trama. Como novedad, esta entrega nos permite mover la cámara libremente, lo cual nos da más sensación de control a la hora de explorar y además nos permite disfrutar mejor los escenarios, aunque hay que reconocer que en lugares muy estrechos resulta algo incómoda.
También encontraremos un diario en forma de vídeos, pertenecientes a una expedición que investigó el templo unas décadas antes y además de aportar más consistencia a la historia, descubrir todos los vídeos desbloquean unos extras que podemos ver al final del juego.
Por supuesto, aquí también encontraremos los típicos “presagios” que nos muestran unos breves segundos de un futuro que suele ser bastante inquietante, y que puede llegar a cumplirse o no, dependiendo única y exclusivamente de nuestras decisiones.
Nuestros actos marcarán nuestro destino.
La base de este juego es la toma de decisiones. Siempre que se plantea una pregunta, tendremos un tiempo para elegir entre dos respuestas, o la opción de no responder. Con eso no solo modificaremos el rumbo de la historia, también modificaremos las relaciones con nuestros compañeros de equipo y de ellas dependerá la supervivencia del grupo.
En algunas ocasiones nos veremos inmersos en situaciones complicadas en las que seremos obligados pelear, disparar o permanecer escondidos en completo silencio, y todo eso lo haremos mediante quick time events. Algunos consisten que pulsar repetidamente un botón para abrir una puerta o desatascar algo, en otros tendremos que apuntar y disparar rápidamente a un enemigo si no queremos morir. Hay otros en los que tendremos que pulsar un botón en el momento justo para soltar un puñetazo, o hacerlo al ritmo de los latidos de nuestro corazón para mantener la calma.
Al igual que ocurría en “Little Hope”, el anterior título de la saga, un mensaje en pantalla nos avisa de cuando van a empezar los QTEs para que no nos pillen por sorpresa, ya que disponemos de muy poco tiempo para reaccionar y un simple error puede ser catastrófico. Otra novedad que han incluido en House of Ashes, es que disponemos de 3 niveles de dificultad para los QTEs. La opción fácil está pensada para aquellos jugadores ocasionales, que quieren pasarlo bien pero que la parte de acción no suponga un reto. Incluso podemos desactivar por completo el tiempo de respuesta, lo que le quita gran parte de la emoción al juego pero permite que alguien que nunca ha cogido un mando pueda jugarlo.
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Un juego que luce increíblemente bien.
He jugado esta aventura en PS4, así que mi experiencia es desde esta consola y ojalá hubiera podido jugarlo en una de nueva generación. Las animaciones hiperrealistas de los personajes están a un nivel muy parecido al de Little Hope aunque algo más pulidas, y el resultado es espectacular. Los escenarios están muy trabajados y repletos de detalles, la recreación del templo te deja con la boca abierta, las gigantescas estatuas que encontramos son impresionantes. Para mi son los mejores escenarios hasta la fecha, aunque he de decir que las texturas en algunas ocasiones tardan un poco en cargar, al igual que ocurre en las transiciones de algunas cinemáticas, pero son momentos muy puntuales que para nada afectan a la experiencia de juego.
La iluminación también está muy trabajada, buena parte de la aventura transcurre en el interior de las catacumbas situadas muchos metros bajo tierra y jugaremos alumbrándonos con linternas, bengalas o la luz de algún mechero. Esta semioscuridad crea una atmósfera opresiva e inquietante, que consigue mantenerte todo el rato pensando que algo malo va a suceder de un momento a otro, y apretando el mando como si te fuera la vida en ello.
En el apartado sonoro, Jason Graves repite como compositor y ofrece una banda sonora variada. Los efectos sonoros están muy bien insertados y suenan realmente bien, sobre todo si jugamos con auriculares, cosa que recomiendo encarecidamente ya que ayudan mucho a crear esa sensación de peligro e inquietud que sientes durante todo el juego. Está doblado perfectamente al castellano y tiene subtítulos en 8 idiomas.
JUEGA CON TUS AMIGOS
Al igual que ocurría en Little Hope, esta entrega ofrece la posibilidad de jugar con otro jugador online en el modo «Historia Compartida», en el que cada jugador solo ve su parte de la historia y tiene que confiar ciegamente en las decisiones que tome su compañero, ya que durante el juego el chat de voz está desactivado y no sabremos lo que está haciendo, lo que le da un toque extra de emoción a la historia. En el modo «Noche de Pelis» pueden jugar hasta 5 personas en la misma habitación y los jugadores se irán pasando el mando según el personaje que esté en pantalla en ese momento.
Resumiendo.
Si bien es el juego menos terrorífico de la saga, ha sido el que durante más tiempo me ha mantenido en tensión y más he disfrutado. Los escenarios son increíbles, las cinemáticas están muy trabajadas y tiene una gran historia inspirada en personajes que existieron realmente. Tiene sus fallos, es cierto, pero es tanto lo que ofrece a cambio que yo lo perdono.
La historia la terminaremos en aproximadamente 6 o 7 horas, pero incluye tantas posibilidades de respuestas y tantos finales diferentes que es imposible no rejugarlo, y esas 7 horas se convierten fácilmente en muchísimas más. Además, cuando lo terminamos se nos abre una opción extra, Curator’s Cut, que nos ofrece escenas de la misma historia pero contada desde el punto de vista de otro personaje, lo que nos ofrece otro amplio abanico de posibilidades que suman todavía más horas de juego.
Merece la pena que perdamos tiempo explorando a conciencia los escenarios ya que cuantos más secretos encontramos, más extras desbloquearemos al final del juego, y podemos ver desde una entrevista con Ashley Tideslay, la actriz de High School Musical que da vida a Rachel en el juego, a otra con los desarrolladores de monstruos donde vemos cómo es el proceso de creación. Si sientes curiosidad por los entresijos de los videojuegos como es mi caso, vas a disfrutar mucho con estas entrevistas.
Además, como ocurre en todas las entregas de la saga, hay escondido un pequeño adelanto del próximo y último título de la saga, que se llamará The Devil In Me y que podemos ver al acabar el juego, después de los títulos de crédito, como si fuera una escena post-crédito de una peli de Marvel, que me ha dejado las expectativas por todo la alto.