Crítica SW 11. “Años del Futuro Pasado”, de Margueritte Bennett y Mike Norton.

Puesto que con el evento Secret War se pretende revisitar las sagas más relevantes de la historia marvelita, no podía faltar la mítica saga mutante “Días del Futuro Pasado” que dio inicio a la vertiente distópica del universo X con entramados relatos gráficos de futuros alternativos y viajes en el tiempo. A partir de aquí se crearon con efectos retroactivos en las determinadas épocas de publicación numerosos escenarios, interesantes planteamientos así como personajes que han ganado relevancia a lo largo de los años como son Rachel Summers, Cable, Bishop, Apocalipsis, Dyscordia, Acab, etc, etc. En este caso los autores no recogen un momento determinado de la saga clásica y lo modifican partiendo la historia desde ahí, sino que desarrollan otra totalmente nueva con los elementos clave de la mencionada como base expansiva. El grupo clandestino de la resistencia mutante serán los mismos: unos envejecidos Lobezno, Kitty Pryde (en su enésima versión alternativa del macro evento), Coloso, Magneto (en la mítica silla de ruedas), Tormenta y Rachel Summers (sin la versión adulta de Franklyn Richards como noviete). Los campos de concentración mutante supervisados por letales Centinelas y el Acta de Registro Mutante como fondo donde justificar estos planteamientos no se moverán de sitio, con el presidente Kelly como director de orquesta en una versión distinta de ese futuro alternativo creado por Claremont y Byrne donde su muerte inició todo. La escenografía distópica de rigor con parajes desolados y con infraestructuras y mobiliario urbano destrozado se sigue respetando, así como el tono gris y pesimista que se apreció en la repetida saga. La gran diferencia radicará en los dos protagonistas, ya que no he dicho que los anteriormente citados forman parte del elenco secundario por pura nostalgia y por respetar el canon futurero, puesto que el peso de la historia lo levantan Chrissie Pryde, la hija de Gata Sombra y Coloso (que no Rasputín…, si es que las Pryde son tan omnipresentes en los dominios que no hay apellido que se les resista) y Cameron, el hijo de Lobezno, alternando traumas adolescentes en un contexto social desolador con planes estratégicos antisistema. Todo para evitar el plan definitivo de exterminación mediática mutante en un espacio donde Dios Muerte le tiene bien echado el ojo a través de los Centinelas de Muerte, un buen homenaje a los centinelas clásicos con buen diseño, donde los segundos figurarán como vanguardia para detener a la ahora sí real amenaza mutante. La historia, ligerita pero nada pretenciosa, se deja leer muy bien, es canónica en la forma y novedosa en el fondo, y cuenta con un puñado de buenos momentos donde destacan unas espectaculares splash page homenajeando viñetas míticas del recordado John Byrne y otras ad hoc de gran calado, que servirán como guinda a las distintas situaciones climáticas y cliffhangerianas que procuran ofrecer una presentación más que digna como para que entre en una segunda ronda de entrevistas laborales.

En este sentido el dibujo de Norton me parece muy solvente, de un trazo limpio y nada sucio donde se esfuerza en presentar situaciones muy corales, alejándose de primeros planos con una inspirada proporcionalidad, resolviendo muy bien los fondos teniendo en cuenta que la obra se reparte en exteriores e interiores de distinta naturaleza. Tendré en cuenta a este dibujante para el futuro porque me ha sorprendido gratamente. Por parte de Bennet, los diálogos son bastante convencionales, las idas y venidas de los personajes es el tiovivo clásico de toda la vida y las motivaciones de los personajes se han visto mil veces. Aún así es de significar que tiene giros interesantes, alguna que otra buena sorpresa y la insertación de las primeras páginas mencionadas en su ideada trama encajan muy bien. Teniendo en cuenta que no pretende compararse con el clásico, se aprecian muchas ganas al encargo para entretener al lector y para pedir al servicio de catering un barra libre de fanserviscismo a lo Claremont y Byrne que hará gracia a más de uno. No es una historia para lanzar cohetes pero no es una lectura incómoda en absoluto. Por último mencionar que las portadas están dibujadas por el mítico Arthur Adams y son una auténtica delicia, tanto en composición y acabado como en espectacularidad, con el personal y auténtico toque adams, un contenido extra de primer nivel que da al arco más empaque que su propio título.

Secret Wars: Years Of Future Past nums. 1-5 USA, Marvel Comics. La Nueva Patrulla X nums. 30-32, Panini Comics. Grapa. Color 40/48 pags. PVP: 2,95 €/3,50 €.