Crítica: “Superman: La Orden de la Lámpara Negra”. Menos es más.
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Un instante en la infancia de Superman
Narrativa visual al servicio de una gran aventura clásica con elementos de ciencia ficción.
Cuarenta y ocho páginas son más que suficientes para desarrollar una historia de Superman que atrape y llene. Como antiguamente, que con una grapa o dos se encontraban auténticos tesoros. No sólo de Superman, sino de cualquiera. La explicación es el talento de sus autores, que es lo que pasa en este caso. Sobre todo cuando el escritor se queda a un lado para que el artista sea el protagonista. Javier Rodríguez arrastra a Superman por una aventura muy pulp, con referencias a las teleseries en blanco y negro de aventura pura y ciencia ficción retro.
DC rescata a uno de sus héroes primigenios, el piloto Hop Harrigan, para conectar el concepto de la infancia de Clark a través de la ilusión de los niños cuando nos aficionamos a determinadas ficciones que interactúan con su público con suscripciones donde se reciben objetos míticos en forma de juguetes de esas ficciones. Alimenta la ilusión de las pequeñas cosas pero que son muy grandes al llenar de imaginación las absorbentes mentes de los críos. Esta base argumental es lo que convence a Superman para averiguar un misterio sobre un héroe de su infancia, pero la importancia radica en que lo puede lograr al ser Superman, pero como medio no como fin, siendo el recuerdo del Clark niño lo que hace mover al superhéroe. Rol superheroico que a su vez exige transparencia y responsabilidad, legado de Clark a través de su viaje como Superman. Esto está en esta humilde pero importante historia.
A partir de ahí, por un aviso misterioso, Superman se embarca en una aventura llena de imaginería visual, enfocada a una ciencia ficción a lo villano de James Bond y sus subalternos, con unos diseños apabullantes en arquitectura imposible, uniformes impactantes y robots letales pero visualmente enamorables.
C. Cantwell (Halt and Catch Fire) escribe una historia pegadiza, con mucho amor por la aventura clásica con aspectos de ciencia ficción y villanos con grandes y malignos planes pero muy sintetizado para que el peso de la narración y la historia la lleve su dibujante, un Javier Rodríguez muy eficaz con su narrativa tan animada y móvil.
Destacar el color, también de Rodríguez, sobre todo en la parte más interesante del cómic. En la zona climática, la de la mejor acción y conceptos visuales más molones. Aquí experimenta a partir de las arquitecturas creadas, cambiando de tono en función de la iluminación del entorno, ardiente por la sobretecnología cargante y oscura cuanto más desciende a la solución del misterio.
La Orden de la Lámpara Negra engancha y se lee en un pispás.
Batman: The Brave and the Bold (2023) núm. 1-3, DC Comics. Superman: La Orden de la Lámpara Negra, ECC Ediciones. 48 páginas. Color. Cartoné. Pvp: 14 euros.