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Crítica: “Superman: La Caída de Camelot”. Pacheco Forever.

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“La oscuridad se acumula alrededor de la humanidad”

Todo lo que uno debe pedir al tebeo de superhéroes está en la Caída de Camelot.

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A excepción de la última etapa de Astro City, Kurt Busiek ha tenido poco bagaje en DC. Y es raro cuando tampoco era un autor exclusiva de Marvel en plan Geoff Johns. Durante los noventa, sobre todo a finales, tuvo un pase, ya que gracias a él Marvel se sostuvo hasta que las ideas de Quesada empezaron a cuajar, pero durante los dos mil, tras alejarse progresivamente de Marvel una vez el tono ultimatizado de esos tebeos le estaban dejan sin nicho, se prodigó muy poco en DC. Uno de esos escasos encargos escogidos es la serie Superman a partir del número 654 USA, cuyo primer arco argumental recopila la línea Focus de ECC en un formato de lujo.

Tras la joya “Superman, Identidad Secreta”, al margen de que es una historia poderosa y bien armada, el amor del autor por el personaje quedó demostrado. La verdad es que esa función arqueológica y enciclopédica que tiene Busiek en el cómic de superhéroes podría haberse desarrollado más con los años en Superman pero al menos, en el poco tiempo que estuvo, con más o menor acierto, dejó su firma inconfundible. Profesionalidad, solidez y alma. Creo que su alta dedicación y respeto por el medio y el género son su mejor aval pero es su sello personal sobre el género su mayor valor, como si Busiek sea una denominación de origen en sí mismo. Sus producciones nunca han resultado de un cheque alimenticio.

Y esta premisa, este algo especial, esta sensación de “vaya, se nota que este es el autor de Identidad Secreta” no nota en el primer capítulo del volúmen. Un día cualquiera en la vida de Clark Kent que se les va y se las desea para celebrar con Lois Lane el aniversario de un evento muy especial en sus vidas. El tratamiento sobre el impacto del rol súperheroico en la vida de uno, como altera esta, como afecta a las amistades y en el trabajo pero sobre todo en pareja y lo importante para estos individuos al encontrar a alguien con la fuerza, templanza, generosidad paciencia y comprensión necesarios en justo equilibrio para soportar su carga. Pero sobre todo al conjugar estos elementos moviendo a Superman de aquí pará allá y enfrentándolo a amenazas de todo tipo. Una pieza maestra.

Lo curioso es que tras un prólogo a lo Astro City pero con la satisfacción y adrenalina a tope por ser el mismísimo Superman quien pasa por ese rasero, de golpe nos zambulle en la gran historia que tiene en mente y que va a pasar por varias fases en acción, drama y aventura. Y me llama la atención no sólo por lo ambicioso que supone, ya que podría alterar todo el statu quo de la editorial por la amenaza real aquí presentada que subyace en todo el universo a medida que las heroicidades de todos los protectores de la humanidad se suceden sin solución de continuidad, que daría para montar un evento, sino que Busiek lo concentra en siete grapas más o menos. Igual no quiso repetir la experiencia de aquella saga tan larga que le salió con Kang y Los Vengadores. Lo que pasa es que a veces te lleva de aquí para allá con una serie de sucesos y personajes que entran y salen recordando los montajes locos de Jack Kirby. Que es importante porque empezaba una nueva etapa en la colección y había que presentar adversarios y amenazas nuevas para el futuro pero te atiborra de conceptos hasta el empacho. Al menos después, paso a paso, todo fluye y las piezas casan bien, facilitando la digestión.

Pero claro, con independencia de que el montaje me haya parecido algo aparatoso en algunos momentos, la razón de que la cantidad de conceptos fueran un continuo bombardeo y tan alta la ambición de grandeza y épica proyectada para mover a Superman fue el presupuesto con que contó Busiek. Con uno de los más altos. Con uno de los pocos que pueden elevar a Superman a la emoción y epicidad máxima para el lector con el nivel de detalle formal y narración gráfica que haga vibrar la lectura a la vez que mantenga el estilo visual del género de superhéroes. El alto presupuesto es Carlos Pacheco. Sin un autor de este nivel en fondo y forma, ningún escritor puede escribir una historia tan enorme como esta sin esperar el resultado deseado. Sería como si James Cameron quisiera rodar Avatar en los ochenta.

Tras su salida de Marvel, Pacheco estaba a un nivel altísimo. JLA/JSA, Arrowsmith, Green Lantern, Superman/Batman y Superman (los episodios de este tomo) marcan esta etapa y considero que en este grupo de historias debieron ser todo una gozada para alguien que amababa tanto el medio y el género como a su profesión. El artista total (fan, erudito, profesional y talentoso) dándolo todo en Superman.

Con Pachecho a pleno rendimiento, no me extraña que Busiek metiera en la cubeta a un nuevo alienígena (con un diseño brutal) con un origen en la tierra antagónico al de Superman, con el dilema moral que supone para Kal El; un futuro alternativo y apocalíptico conceptualmente apabullante, conceptos de El Cuarto Mundo, La Atlántida, villanos a tutiplén, equipos militares antimetahumanos y mucho más. Y además, en tierra, mar y aire,… combates épicos, drama, emoción, splash page, dobles páginas … Todo lo que uno debe pedir al tebeo de superhéroes está en la Caída de Camelot.

Superman 654-658, 662-664, 667, Superman Annual 13, DC Comics. Superman: La Caída de Camelot, ECC Ediciones. Cartoné, 256 págs. Color. Pvp: 30,50 €.

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