Crítica: «Siete Secretos», shonen americano

Cada mes traemos nuevas series de BOOM! Studios que bien llegan a nuestro país o bien lo harán próximamente, envueltas casi siempre en buenas críticas y buena aceptación del público. La editorial se está haciendo un nombre que empieza a despuntar con claridad entre la multitud de editoriales independientes que pueblan el cómic americano. Hoy traemos otra de esas series, todavía abierta en su país de origen, que debuta en nuestras librerías gracias a Planeta Cómic. Se trata de Siete Secretos.

El primer arco argumental está compuesto por los seis primeros números americanos, que son lo que completan el volumen uno aquí publicado… y ya solo con la lectura de estos primeros compases, vemos como se trata de una prometedora serie de acción con claras referencias al cómic japonés. Al manga, vamos… más concretamente al shonen.

El prolífico y solicitado Tom Taylor es el guionista y creador de Siete Secretos, acompañado por el arte del dibujante italiano Daniele Di Nicuolo y por los colores de Walter Bajamonte y otros coloristas. Se nota que la serie se ha creado para diversión de sus creadores y de sus lectores, porque huye de toda profundidad y reflexión y se limita a narrar de manera directa y frenética su propia historia. No es un dechado de originalidad, pero funciona la mar de bien.

Simplificando y evitando desvelar demasiado… Existe una antigua organización que se dedica a proteger siete secretos ancestrales que acompañan a la Humanidad desde sus inicios y que, bajo ningún concepto, deben ser revelados. Se guardan en sendos maletines y se da su custodia a una pareja de guerreros entrenados hasta el límite en todo tipo de disciplinas. Así que tenemos dos personajes por maletín, un Guardián y un Portador, catorce en total, entregados en cuerpo y alma a su protección… porque también existe una organización secreta que quiere saber qué demonios se esconde en tan celosamente vigilados maletines.

Este argumento da para que se nos presente un nutrido grupo de personajes de variado aspecto y personalidad, siempre envueltos en persecuciones, combates y frenéticas escenas. Y entre medias… una historia de amor. Una de las parejas que custodian un maletín cae presa del amor, cosa totalmente prohibida. Fruto de esta relación nacerá un niño, Caspar, que será el protagonista de la serie y al que acompañaremos en su crecimiento y entrenamiento hasta que forme parte integral de La Orden (que es como se llama la organización secreta)

La aventura está servida y ojo, que la serie no tiene freno. En tan solo seis números asistimos a todo tipo de situaciones y a múltiples giros argumentales… llega a ser casi extenuante y se echa en falta un segundo de reflexión aunque solo sea para conocer un poco más a los protagonistas. Porque hay tantos que apenas nos da tiempo a encariñarnos con ninguno salvo con los cuatro protagonistas más cercanos a Caspar.

Tanto este frenesí narrativo como el estilo elegido para el dibujo de la serie nos recuerda fuertemente al manga shonen. Di Nicuolo abusa de viñetas y composiciones verticales e inclinadas, con multitud de líneas cinéticas y un dibujo muy limpio y siempre orientado al estilo japonés. Desde luego, todos estos componentes consiguen que no nos aburramos en ningún momento y disfrutemos el cómic de principio a fin… si sabemos a lo que vamos, claro. Porque si algún lector llega hasta la serie buscando una obra con un mínimo de profundidad, quedará totalmente desilusionado.

Siete Secretos es divertimento y acción, es frenético combate y persecuciones al límite, giros y traiciones y mucha mucha acción. Pasan tantas cosas en este primer volumen que cuesta pensar qué se nos tiene reservado para los números posteriores. Ese puede ser el mayor secreto de la serie y su mejor baza. Tom Taylor, al menos, se ha ganado el beneficio de la duda y podemos confiar, casi sin equivocarnos, en que esta obra irá a más.

Seguiremos de cerca las aventuras de Caspar y sus amigos, porque estamos deseando saber hasta donde nos van a llevar.