Crítica: «Shigahime 1», sangre y sexo

La oferta de manga en nuestro país crece de manera exponencial y no parece tener límites. Cada semana encontramos novedades y más novedades por parte de las editoriales que, aprovechando la buena salud del medio, lanzan sin tapujos. Pero lo más sorprendente es, incluso, la gran calidad que atesoran la mayoría de lanzamientos y las nuevas licencias. Sin duda, si no estuviéramos viviendo esta época dorada del manga en nuestro país, muchas de ellas hubieran quedado en el olvido y jamás las hubiéramos disfrutado.

Una de esas licencias nuevas, que llega así, sin avisar, y que atesora una calidad sorprendente y a todos los niveles es el manga que traemos aquí: Shigahime. Mezcla de terror adolescente, gore, sexo explícito y unas gotitas de shonen… y el combinado es totalmente acertado.

Tachibana es un preadolescente que sufre abusos en el instituto. Ensimismado y tímido, es el blanco de sus crueles compañeros. Pero Tachibana se guarda un as en la manga, pues él es el encargado de llevar «presas» hasta una mansión habitada por una atractiva mujer que, como mantis religiosa, dará buena «cuenta» de los jovenzuelos. Se trata de Miwako, la terrible, voraz y sanguinaria. Un día, Tachibana elige a la víctima equivocada, Osamu, un compañero de clase que va a cambiar para siempre tras su encuentro con Miwako.

Hemos desvelado muy poco del primer capítulo del primer tomo de esta serie compuesta por cinco volúmenes y que acaba de empezar a publicar ECC Edicieones. Si os parece interesante lo mencionado, sabed que no es más que solo el principio y que toda la obra está fantásticamente contada. Primero por su ritmo creciente, que nos mantiene pegados a la historia y que nos sorprende con su evolución… no vimos venir ese leve giro al shonen, a un shonen terrorífico y visceral. Segundo por su dibujo, exquisito en detalles y pormenorizado en gore y en sexo. Se trata de una publicación no apta para menores ni para estómagos y conciencias sensibles, ya que el dibujante no tiene remilgos en reflejar escenas de violencia explícita y de sexo.

Los personajes cambian y evolucionan lo suficiente para hacer de este primer tomo algo muy prometedor, guardándose futuras sorpresas y giros y dejando abiertas tramas y opciones para retomar en el futuro. Es una vuelta de tuerca al vampirismo, una especie de vampiros del siglo XXI, con todo lo que eso implica.

Y con todo, no termina de despegar de los tópicos del manga más convencional ni olvida el grueso del público al que va dirigido. Jóvenes protagonistas, romances de por medio, violencia y sexo, acción y venganzas, dilemas morales… todo se encuentra encapsulado en este sobrecogedor manga, de manera más o menos directa.

Toda una sorpresa que va a valer la pena seguir de cerca. Así como a su autor, Sato Hirohisa. Sabe reciclar las viejas fórmulas del shonen para camuflarlas en una historia de terror, con personajes potentes y convincentes que viven en medio de una pesadilla. Sabe crear un monstruo tan sexual como sangriento, Miwako, que no podemos definir como algo concreto pero que sobrepasa en crueldad y temor a tantos otros. Si lo que dicen es cierto, que una gran historia la marcan sus villanos… esta va sobrada.

Hirohisa también destaca en el arte visual, como hemos apuntado. Y demuestra trabajar con soltura el género del terror, dosificando la tensión y controlando siempre el tempo. Hace que la lectura sea más dinámica y rápida que en los mangas habituales y no se pierde en largas conversaciones o escenas vacías. Va al grano y acelera. Esperemos que eso no le deje sin ideas para los próximos cuatro tomos.

Nosotros los esperamos con muchas ganas, pues queremos saber que va a pasar con Osamu y de qué maldito infierno se ha escapado Miwako.

• Shigahime 1. ECC Ediciones
• edición original. 屍牙姫 Coamix Publishing
• rústica con sobrecubiertas. 192 pp. B/N y páginas a color. 9,95€