Crítica: «Semillas de ansiedad vol. 2 (de 3)», destellos de terror en blanco.

El segundo volumen de esta desasosegante trilogía nos ofrece más relatos comprimidos, de pequeñas historias, compartiendo el componente común del encuentro con lo sobrenatural. A veces de manera superficial, transversal y casi sin intervenir… pero otras mostrando sin compasión las terribles consecuencias de toparse con ese «otro mundo».

Masaaki Nakayama vuelve a ser el autor completo, responsable de que nos removamos en el sillón, mientras leemos y observamos los fatales encuentros de sus personajes con el horror. Estos «capítulos del booo» están divididos en bloques, según el lugar donde se produzcan. Así encontramos episodios que se desarrollan en casa o en lugares familiares, en sitios públicos y transitados, o lugares solitarios… Y si leísteis el tomo anterior ya conocéis la técnica usada por Nakayama: En muy pocas páginas nos cuenta una micro-historia que termina de forma abrupta, con sorpresa para el protagonista y con susto para nosotros. Ahonda más si cabe en el imaginario supersticioso del Japón actual…

Tenemos pasillos de hospital donde un nonato fantasmal intenta apoderarse de los recién nacidos, seres que emergen del mar en una oscura noche, casas abandonadas donde una desgracia la vincula a una presencia malvada… o algo tan sencillo como el repetitivo sonido de los vagones en el silencio de la noche, que con su rítmico traqueteo parecen articular palabras de oscuro significado. o la, para mi, más conseguida en todos los aspectos. Con solo unos leves apuntes de guión, con dos retazos que apenas nos identifican a los protagonistas y con el genial dibujo que luce ya de manera habitual, el autor nos cuenta como hacer una inocente foto puede tener fatales consecuencias y podemos captar un horrible momento de forma involuntaria. Genial. Solo son unos pocos ejemplos de los 22 relatos que componen el segundo volumen de Semillas de Ansiedad, de tapa blanca, presentado por ECC, reuniendo estos desalentadores flashes que saben escarbar en los temores más primarios.

Pese a toda su potencia, hay un factor que puede jugar en su contra. La falta de desarrollo puede llevar a algunos lectores a no sentirse vinculados con lo narrado, a no tener tiempo para sumergirse ni implicarse en el sufrimiento y el miedo que experimentan los protagonistas. Pero hay que entenderlo como lo que es, algo único y casi experimental donde Nakayama simplemente muestra horrores puntuales, de manera aséptica y sin comprometerse más que lo necesario... una forma distinta de tratar el género, más horrible si cabe, pues los sucesos transcurren a toda velocidad sin compasión y sin detenerse en consuelo alguno.

Encantará a los incondicionales del terror japonés, pues respira esa forma única de entender el terror que tienen en tan singular país… el horror está ahí, nos sacude y alcanza… y sigue su camino.

• Semillas de Ansiedad vol.2 ECC Ediciones
• Fuan no tane.
• rústica con solapas. b/n. 136 pp. 8’95€