Crítica: «Secret Wars 5», periodo de entreguerras.

He perdido la cuenta de las veces que, reseñando una serie , he recurrido al socorrido «es un episodio de transición» para referirme a esos capítulos intrascendentes cuyo único sentido es servir como plataforma de despegue a la serie misma, como punto de no retorno para abocarnos a un gran final. Este número 5 de las modernas Secret Wars no es ni más ni menos que eso. Aunque tiene cosas interesantes…

Una vez «desaparecido» el consejero Stephen Extraño y puestos los personajes sobre el tablero, toca comenzar las verdaderas guerras secretas para derrocar al tirano-dios que ni es tan omnipotente ni es tan magnánimo. Conocemos aquí cuales son sus temores, encarnados en esos viajeros supervivientes del viejo mundo. Me entusiasma pensar qué tienen planeado los autores para ese pequeño grupo de personajes que son conscientes de su pasado en sus respectivos universos… Pero lo que tiene mayor impacto en este número es, sin duda, el conocer como (por qué y cuando) el Dr. Muerte ha sido capaz de obtener el inmenso poder divino para crear este Mundo de Batalla y como logra tenerlo cohesionado. Esto último queda revelado y queda de manifiesto la misma fragilidad de dicho nuevo mundo. La pregunta que surge es: si los héroes logran derrocar a Muerte como dios ¿no supondrá eso la extinción y desaparición de Mundo de Batalla?

Hábilmente utiliza Hickman este número, el cinco, colocado en el meridiano de la serie, para dejar atrás por fin explicaciones y puntos de partida… Llegó la hora de preparar ese gran final. También lo utiliza para tomar aire y recapitular un poco sobre todo lo ocurrido, que es mucho, durante los últimos años en las colecciones de los Vengadores. Esto se produce en el corazón de este cómic, en la parte central, durante esa bien llevada conversación entre un cautivo Hombre Molécula y un inquieto dios Muerte, elaborada como resumen y utilizada como recurso reorientativo para los lectores que, a estas alturas, es fácil que nos hayamos perdido entre tantos personajes, universos destruidos y las baronías imposibles que conforman el Mundo de Batalla.

¿Serán capaces los miembros de Fundación Futuro de encontrar a esos viajeros de universos pasados? Y si los encuentran… ¿qué consecuencias tendrá? Repito lo expuesto en el primer párrafo: este capítulo quinto puede tomarse como un descanso, una recapitulación y una marca que señala directa hacia los acontecimientos finales de las Secret Wars.

Ni de Hickman ni de Ribic voy a añadir nada, pues sería reiterar lo comentado en las otras cuatro reseñas. Se mantienen firmes y consiguen transmitir una sensación de solidez y continuidad poco común en este tipo de obras, dadas al «baile de autores», sobre todo de dibujantes. Esto me lleva a pensar que la lectura a futuro de la obra (no tardarán en publicarla compilada en formato tomo) será incluso más satisfactoria que la lectura aplazada, mensual, pese a perder su factor sorpresa.

Sea como sea, las modernas Secret Wars están dejando satisfechos a la mayoría de los aficionados porque se encuentran por fin ante un evento de importante trascendencia editorial que está confeccionada de forma cuidadosa desde antes incluso de ser publicada. Otra cosa son las series paralelas, satélites, los tie-ins… que de todo hay (os remito a las reseñas que de ellos estamos haciendo en esta misma web).

Para terminar, comentar brevemente la edición panini, que siempre llega a las librerías con dos portadas alternativas, impresas con elegante tinta metálica, y que incluye en las páginas finales todas las portadas aparecidas en su edición original amén de una columna donde nos cuentan detalles y anécdotas ligadas al número que acabamos de leer.

Ya era hora que un evento que se anunciaba como definitivo lo fuera de verdad. Y lo mejor está por venir.