Crítica: «Secret Wars 3», los Richards y cia

Comienza a tomar forma y sentido el evento de la temporada en Marvel. Como vimos en la reseña del número anterior, el mundo y su organización quedaron explicados… ahora toca cimentarlo y comenzar a poner las cargas de dinamita que amenazarán su estabilidad. Esas cargas aparecieron también en el número 2, pero es ahora cuando nuevos (viejos) jugadores entran en escena y serán ellos los que librarán la verdadera Guerra Secreta que alude el título.

Los patriarcas Richards (sí, lo digo en plural) no están vencidos pese a todo y serán ellos los que lideren la verdadera revolución que desestabilice el nuevo orden… un nuevo orden que parece no funcionar del todo mal a raíz de lo que afirma el consejero Stephen Extraño. Y pese a todo aun no es tiempo de acción. Hickman se guarda esa baza para cuando toque y sigue sembrando tramas, personajes, alianzas y fidelidades para usarlas cuando llegue el momento… con la ventaja de que ese momento se encuentra cercano en el tiempo, apenas unos meses, y no nos volverá a torturar con una historia sin fin como la que ha llevado a esta saga y vimos en las colecciones de los Vengadores. Se agradece!

Guiños a otras sagas recientes (VvsX) y a las Secret Wars ochenteras (el rostro del todopoderoso Dr. Muerte, dejá vu con la estatua del Hombre Molécula o la nave encontrada) enriquecen un tercer número que pese a ser menos extenso que los anteriores se disfruta de principio a fin y comienza a dar síntomas de avance… expectativas de «lo que está por llegar». 

Esad Ribic se mantiene puntual a su cita artística sin perder belleza y fuerza en los dibujos, casi al contrario, está consiguiendo crear un Mundo de Batalla reconocible y personal. Continúa maravillando con su particular estilo sin duda apoyado y mejorado con los soberbios colores de Iver Svorcina, luminosos y optimistas, adecuados para el punto de la historia donde nos encontramos (gran escena la que comparten Sue y Dr. Muerte, a todos los niveles).

Llegados a este tercer número sí se comienza a echar en falta algo más de información sobre Mundo de Batalla, que se nos muestra riquísimo y extenso… pero nada de él se nos cuenta, invitándonos a comprar y leer la miríada de tie-ins, colecciones paralelas, si queremos echar un vistazo a esas regiones tan bien presentadas pero tan inteligentemente (desde el punto de vista comercial) omitidas.

De nuevo Panini nos ofrece en su edición dos portadas opcionales, impresas con tintas metálicas que harán las delicias de algunos y provocarán picores alérgicos a otros (no es broma), debido a los dudosos componentes químicos de las tintas… algo ajeno a una crítica literaria, lo sé… pero tenía que contarlo.

Y ahora sí, parece que ya comienza un evento de esos que marcan época. Ya era hora!