Críticas de videojuegos

Crítica: «Scholar’s Mate», Escape Room sin salir de casa

Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración

Recomendable

Un scape room en tu consola o PC. Intenso y con puzles asumibles.

Valoración de los Usuarios Be the first one !

El concepto de los Escape Room, tan conocido desde hace un tiempo, viene heredado de los videojuegos donde ya teníamos títulos en los que se hacía eso de buscar pistas, resolver puzles, abrir puertas, etc. Toda una moda que ha terminado por plagar las ciudades con este tipo de negocios que, la verdad, son muy divertidos. Hace unos años se dio la vuelta y pudimos ver auténticos Escape Rooms virtuales en nuestros PC e incluso en los móviles y, a día de hoy, es todo un género que cuenta con muchos títulos.

Uno de los últimos en llegar es este Scholar’s Mate, desarrollado por Jandusoft y disponible en formato digital desde hace unos meses para PS5, Xbox One, Xbox SerieS/X y PC… pero que llega con edición física en PS5 justo para Halloween, el 31 de octubre, cortesía de Tesura Games. Ellos nos han proporcionado un código para su versión PS5 y por eso os contamos todo lo que se puede contar de este título, que nos ha puesto al límite de los nervios, la verdad, con tanta persecución y tensión.

La zona infantil del hospital guarda alguna que otra pista… y algún susto

Sola y encerrada

En este tipo de experiencias es muy importante crear un inicio interesante, sin dar muchos datos pero dejándonos en un punto intenso… y eso hace Scholar’s Mate. El juego se desarrolla en cámara de primera persona, así que a nosotros/a nuestra protagonista, la dejan contra su voluntad en un Hospital de cuestionable buen gusto. Tras un encuentro algo violento despertamos en una habitación cerrada a cal y canto y allí empezaremos a familiarizarnos con los sencillos controles que se limitan a mover la cámara, a movernos nosotras y a buscar por todos lados situando el punto de mira de la pantalla en el objeto o lugar que queramos. Si ese objeto es susceptible de ser cogido, examinado o leído, aparecerá el símbolo de un ojo y, solamente pulsando un botón, veremos que nos ofrece.

Podemos también correr, que nos vendrá muy bien en ciertos momentos en los que aparece un persistente, sanguinario y terrorífico perseguidor. De hecho, la combinación de correr y ocultarnos será vital para poder sobrevivir. Ya no hay más controles que aprender, pero el juego tampoco los necesita.

Es al salir de nuestra habitación/celda cuando podemos empezar a explorar con cierta libertad y descubrimos la verdadera mecánica del juego: puertas o armarios cerrados nos llevan a buscar pistas o puzles que nos den acceso a sus correspondientes llaves o sistemas de apertura. Pero claro, buscar estas pistas es algo inquietante, ya que nos lleva a visitar todos los rincones del abandonado y sobrecogedor hospital.

Nuestro incansable perseguidor

Ahora no estás sola…

Llegado un momento en el juego haremos algo, necesario para avanzar, que hará entrar en escena a nuestro mencionado perseguidor. Entonces todo se complica y buscar pistas ya no va a ser un paseo inquietante, sino que añade un componente de tensión porque este tipo se pasea por todo el lugar, buscándonos. Suerte que podemos oír sus pasos o su respiración y entonces tendremos que acurrucarnos tras algún mueble, meternos en una habitación, no movernos y, sobre todo, apagar la linterna.

La combinación de resolución de puzles + persecución constante a veces es muy agobiante y puede llegar a ser molesta al principio, cuando el espacio abierto por el que nos movemos se limita a dos plantas del hospital. Tampoco ayuda la poca exactitud del sonido, pues no se aprecia del todo bien de donde vienen los pasos del perseguidor o a la distancia que está. Jugarlo con cascos es una buena experiencia, pero haber aprovechado más el sonido 3D, tan de moda, eso ya hubiera sido increíble.

De todas formas el objetivo se cumple, que es no dejarnos pasear tranquilas por el lugar y tener siempre la amenaza ahí, presente.

Buen diseño de niveles y de puzles

Gráficamente es cumplidor. No está a la altura de otros juegos de terror que son foto realistas, pero en ningún momento hay nada que te moleste o arruine la experiencia. Las iluminación está perfecta para dejarte ver lo justo y obligarte a usar la linterna en ciertos momentos, ayudando a crear la atmósfera de tensión ideal para el juego.

A este respecto se ha cuidado cada habitación y cada zona, para que no estén recargadas de elementos que solo harían despistarnos. Pero tampoco es sobria ni dejada. Hay que pensar en la dificultad que entraña crear escenarios para este tipo de experiencias, porque en la localización de objetos y pistas está el poder avanzar y si se pasan de elementos decorativos o si se quedan demasiado cortos, dicha experiencia se arruina.

Y no solo hay elementos a descubrir o elementos decorativos, también encontramos escritos, recortes, etc. que son los que nos dan una idea de lo que allí sucede y ha sucedido. Es decir, que dentro de la experiencia jugable, de terror y agobio, hay introducido un elemento de información con el que ir armado la historia en nuestra cabeza.

Esto parece que es más que un hospital

Puzles lógicos y buena historia

El nivel de dificultad de Scholar’s Mate no es demasiado alto. Son puzles bien pensados y bien elaborados, algunos imaginativos y otros que nos van a exigir pensar un poco… pero no harán que te atasques y te frustres. Otro elemento este, el de los puzles, difícil de controlar y que está muy bien implementado. Seguramente el mayor problema está en el dichoso maníaco que nos atosiga que, por cierto, se llama Eddie. Es lo más desesperante del juego, sobre todo cuando solucionas uno de los acertijos y te rompe esa alegría el girarte y encontrártelo a tu lado, dispuesto a darte un machetazo mortal. Machetazo que, por cierto, se resuelve siempre con la misma animación.

El otro problema que puede presentar a los más experimentados jugadores es su corta duración. Evidentemente depende de la velocidad en la que se resuelvan los puzles y, más que atascarnos con la deducción de las soluciones, emplearemos el tiempo en buscar algún objeto, alguna pista, etc. Eso sí, recorreremos el hospital al completo y terminaremos conociendo cada localización que, llegado un punto, será elemento necesario para evitar a Eddie.

Dure lo que dure, dependiendo del jugador, no deja de ser una buena experiencia.

Concluisiones

Combinar esa atmósfera de misterio con unos puzles asequibles (que no sencillos) ayuda a que la experiencia no se atasque y nos frustre. Ayuda a que sigamos avanzando y descubriendo cosas al tiempo que sentimos la opresión del lugar y de la situación. Lanzar tras nosotras al psicópata de Eddie, mientras vamos descubriendo las tropelías que allí se cometieron eleva, progresivamente, la intensidad del juego.

Un buen Escape Room virtual en el que nos podemos permitir el lujo de «morir» para recuperar la partida en uno de los muchos puntos de guardado automático que tiene el juego. Muy recomendable para los novatos en el género y buena opción para los que gustan de sufrir (en el buen sentido de la palabra) delante de una pantalla.

A ver si puedes escapar del siniestro hospital indemne. Eddie hará todo lo posible para impedirlo.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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